lunes, 28 de julio de 2014

Publicar

Pasé una semana sin publicar nada acá, tratando de ordenar la cabeza y las emociones que me atropellaban mientras trataba de tomar decisiones pensadas con mente fría. Soy un disparate de persona en medio de las emergencias (más si son familiares) porque lucho para no ser "yo" y dejo de lado mis reacciones (que pasan de sentir un gran dolor a una gran cólera) con el fin de ser medianamente útil al resto de la familia (en este caso, de mis papás y de mi sobrino).

Luego el fin de semana pasó algo... me puse a leer lo que he publicado, no solo aquí, sino también en "Un Serio Accidente" y en "Nongirly Blue" y me doy cuenta... la muerte es uno de los hilos conductores de mis cuentos. No sé si es bueno. Lo confieso, a veces siento alivio cuando narro la muerte ficticia o propia, porque es una de los grandes objetivos: dejar de sentir dolor.

Y es que la muerte nos rodea... real o ficticia... está ahí siempre, cuando llegan dos pandilleros y le meten 8 balazos a un cipote con síndrome down, cuando una mujer se cae de un bus en marcha porque está nerviosa y asustada porque dos maleantes asaltan el automotor, cuando te da una neumonía que hace que te replantees la vida y cuando crees que llegaste a la respuesta, alguien te cambia la pregunta.

No importa, la muerte está aquí.

Resulta que eso lo sé desde muy niña, es una de las consecuencia de haber tenido una salud muy mala en los primeros años de vida y luego de cuidar a unas hermanas que siempre se metían en líos grandes (que siguen haciéndolo), creo que por eso no le tengo miedo a la muerte propia, pero si me aterra la muerte ajena. Puesi, con ella no logro huír del dolor.

Pero este post no era para contarles sobre mi relación con la muerte, sino para establecer el punto de partida para otro proyecto narrativo, claro, todavía no imprimo las 250 páginas de la novela que reúne la historia de mi familia y no las he revisado y bla, bla, bla.. pero para mientras, ahí vamos pensando que a lo mejor publicar algo más pequeño (es decir, esos relatos que tanto tienen que ver con la muerte) sea lo conveniente en este país donde no hay facilidades para publicar. ¿Qué será primero?

A ver...

viernes, 18 de julio de 2014

Tomar una postura

o cómo se vive la tragedia desde el anonimato.


Hace unos días ha recrudecido el conflicto palestino-israelí y diferentes cuestionamientos y opiniones han circulado en redes sociales. Desde el "para qué hablan de eso si ni hacen nada por el asunto" hasta el "yo oro por esa gente". Cada quien ha sacado a relucir su personalidad con una postura tibia o apasionada, no importando el bando por el cual se tome postura.

Tomar postura en un conflicto es difícil, ya lo dije antes, uno saca a pasear sus taras y su personalidad (que no siempre es hermosa) y es objetivo de duras críticas, pero también deja en claro, ante el mundo, la forma moderna de protesta: publicarlo en redes sociales. 

Entre tanta preguntadera sobre ¿por qué hablar de algo en redes sociales?, una respuesta llegó: "porque uno debe tener una postura ante la vida y los acontecimientos", fuera de parecer una respuesta al azar o con ínfulas, se constituyó en un recordatorio perenne, no estamos muertos, solo los muertos no toman postura, esos están precisamente en una postura eternamente inmovil. Nosotros estamos vivos y podemos con nuestras publicaciones establecer un punto de partida para la reflexión y/o la educación sobre conflictos mundiales que vienen desde hace años. En otras palabras, colaboramos con la construcción de una conciencia colectiva, no importando el bando elegido.

Ahora traslado esa enorme (macro) tragedia a nuestra vida cotidiana, cuando una pequeña (micro) tragedia impacta a una familia: un divorcio, una pelea entre familiares, la muerte violenta de alguien, el desaparecimiento de un cipote o las malas decisiones de una cipota... nadie, a menos que tenga sangre de pinesol, se queda inmutado, siempre hay una posición, no importa que se le putee al que se va sin motivo alguno, no importa si se llora mucho por las noches, no importa si el dolor es inmenso, el resto de la familia toma una posición (no importa si es la mejor, al final una posición) y se crea no solo conciencia colectiva, sino una cohesión que lleve a superar el dolor, que lleve a enfrentarnos con el conflicto, que lleve a ser soportable la tragedia a nivel anónimo.  

Siempre me he confesado un ser humano que tiende a vivir el conflicto y las tragedias de manera muy personal, es decir, tiendo a retraerme (no importa si la tragedia es macro o micro), no porque no tenga una postura, mis posturas siempre han sido claras y casi (casi) inamovibles porque antes me he documentado, he leído y he escuchado diferentes opiniones para sacar mis propias conclusiones basada también en mi criterio forjado a hierro de los años de estudios jesuíticos. Puedo decir que no comprendo muchas cosas de los israelíes y pensar que es muy incoherente seguir el argumento de ser el "pueblo elegido" cuando durante años solo han sido los elegidos para pasearse en otro pueblo. Puedo decir que la tragedia que vivimos en mi familia, desde hace dos meses, es la consecuencia de no haber tomado posturas claras hace años de un conflicto latente. Puedo tratar de ponerme en los zapatos de otros, incluso sin esperar que otros se pongan en los míos. Puedo "entender" muchas cosas.

Pero resulta que las tragedias humanas (macros o micros) son eso, tragedias que terminan por tocar las fibras que te hacen persona y terminas llorando frente a la computadora, viendo la foto de niños masacrados, de madres llorando o por la foto de la hermana que no está o escuchando a tu mamá llorando en el teléfono cada seis horas. Terminas llorando. Eso no es lo importante, lo importante es saber que esas lágrimas te deberían llevar a decir... "esto he aprendido... si usted no lo sabe, se lo comparto, no importa que llore también como lo hice yo".

Lo sé, el conflicto y la tragedia no se terminará con que lloremos, tampoco porque tapicemos nuestros muros de fotos con la sangre de los inocentes, el conflicto y la tragedia empezará a tener una salida en la medida en que cada uno aprenda a lidiar con los sentimientos propios, con la concientización de los hechos y la información (real y seria) de los hechos y de las posibles soluciones, en concreto... en la toma de postura.

Yo tomé mi postura desde hace años sobre el conflicto entre palestinos e israelíes, ayer me tocó tomar una postura sobre la tragedia familiar. La vida es eso... tomar posturas y defenderlas... con la vida misma.

lunes, 7 de julio de 2014

Inversión

Debo decir que al entrar a mi actual trabajo vi que tenía retos muy grandes porque era una corriente distinta de la comunicación a la que estaba acostumbrada. Decidí que tenía que auto-formarme en varios temas.

No es la primera vez, creo que soy un alma autodidacta en varias áreas, así que abracé la idea con tranquilidad, las primeras semanas me dediqué a buscar y leer documentos online y gratuitos. También me inscribí a un par de cursos on-line gratuitos. Pero pronto me di cuenta de algo, debía invertir en mi formación y buscar acreditación formal de mis nuevos conocimientos. 

Decirlo es fácil... lo difícil es encontrar que:
1. No hay muchas ofertas de formación en este campo en el país y
2. Los pocos son caros.

Tuve que ser estratégica. Encontré que en la UCA empezaría a darse un diplomado en Comunicación Digital, cuyas mensualidades eran impensables para mi rango salarial, entonces, ¿cómo acceder a algo que necesito? Hablé con mi jefe y llegamos a un acuerdo para poder asistir al diplomado, nos iríamos mitad y mitad, porque al fin y al cabo... a ambos nos convenía. 

Hace diez días se realizó una "convención" organizado por un medio de comunicación escrita, el "Social Media Day". Hicieron un buen trabajo de expectativa, tanto que me dieron ganas de ir y anduve taloneando una entrada de cortesía para poder, sino me tocaba pagar $50, justo después de salier del hospital una no tiene $50 tan disponibles. Ya me estaba resignando a no ir y desviaba la atención otras cosas, cuando mi jefa me dijo... "vas a ir". Me sentí feliz.

Empecé a investigar a todos los conferencistas y a leer su trabajo y a seguir sus cuentas en Twitter, cuando estoy aprendiendo soy así, quiero saberlo todo. 

Al final fui. No puedo decir que no me chocó el ambiente, es posible que sea porque yo soy una persona más bien un poco retraída, un poco "apartada de las grandes multitudes" de hecho, las multitudes me aterran. Pero eso no fue lo peor. No. 

El problema no fueron mis altas expectativas, que si lo eran, sino enfrentarme no solo a charlas repetitivas, aunque interesantes, pero que además no lograron captar la atención del público. Eran cuatro, la primera muy interesante nos plantea el Tatuaje Digital como una marca personal, pero no logró llegar al punto de dónde los seres humanos incidimos en una realidad virtual. La segunda y la tercera charlas fueron las que más sufrieron, mucha gente se fue, para mi fueron las más "acordes" a la necesidad de comunicación emocional y de tomas de acción. Fue una lástima ver el salón a media capacidad. La cuarta, era el plato principal. Yo estaba emocionada de descubrir lo que nos traía el argentino. Me parecía que debía ser un tema realmente impactante. Choqué. En un 60% era la repetición de una charla que dio en un TedX en su patria. Morí. 

No puedo decir que no vi cosas nuevas, no sería justa, claro que las vi, pero yo quería ver más, más... como lo dije, tal vez el problema inicia porque siempre me hago altas expectativas, sumado a que a los influenciadores les cuesta cambiar el discurso. 

Esta mañana le pregunté a mi compañera que también fue, y me dijo lo mismo con otras palabras, me sentí bien de saber que no fui yo. Tampoco ellos (del todo) pero que si hay una necesidad de nuevos lenguajes y discurso que nos impacten a los que andamos viendo en todos lados, leyendo cada cosa que se nos cruza en la pantalla y que estamos ávidos de conocimientos.

No les perdí el respeto del todo a los conferencistas, aún sigo esperando a que me sorprendan, supongo que estoy dándoles el beneficio de la duda... por si acaso. Aunque si me pongo a pensar como "mercadóloga" si hubiera pagado yo la entrada, me hubieran quedado debiendo el vuelto.

El año que viene habrá de nuevo esa convención, con todo respeto, veré quienes serán los expositores, los buscaré, leeré su trabajo, veré sus charlas y no iré al evento, para tomarme dos vodkas con soda al final de la noche, mejor me los tomo con Miguel.

Del diplomado, de ese... otro día les cuento, cuando ya tenga mi diploma en mano.

Concluyendo y a modo de moraleja:
1. Una puede rebuscarse SIEMPRE por formación decente, es casi una obligación. Los cambios de vida no son tan malos después de todo.
2. Hay que evaluar bien los cursos que se pueden tomar gratis y los que se pueden pagar.
3. Lo más chivo del Social Media Day fue que tuve chance de verme con las amigas que tenía meses de no ver.
4. No me pongan a investigar gente, siempre me decepciono cuando ya los conozco en persona (en el plano laboral)
5. Si usted tiene otra opinión sobre el evento, dígala... a lo mejor yo me he equivocado. 

miércoles, 2 de julio de 2014

Vivir el mundial... o de él.

Por primera vez en mi vida he vivido el mundial y he vivido de él.

A pesar de ser la hija de un hincha y ser la pareja de un obsesivo por el deporte... no es que yo sea demasiado aficionada, la verdad... culpo a mi incapacidad de recordar nombres y estadísticas, entonces me frustro y dejo tirado mi amor futbolero que solo salta en tiempos de la Champions y en el Mundial.

Ya expliqué que voy por Alemania y sus razones y ahora les voy a contar no solo la experiencia de "narrar" los partidos y las implicaciones y consecuencias de esta época que pinta a que será inolvidable.

Empecemos:

1. Hasta yo estoy sorprendida de haber disfrutado tanto partido seguido (sea que los narre o no)... pero no puedo negar que el viernes pasado me cayó bien el descanso, 24 horas sin fútbol fueron buenas, aunque sé que gran porcentaje de la población sufrió. Estas 48 horas antes de cuartos de final solo me están sirviendo para "recolectar" datos sobre las 8 selecciones que sobreviven y leer a los aficionados en su agonía de esta pausa.

2. Voy con Alemania (sí, sé que los voy a aburrir con eso, pero ni modo) pero debo admitir y admirar la preparación, dedicación y valentía de selecciones como Colombia (mi segunda favorita para este mundial) y Costa Rica (que viene a dar una luz de faro para una Concacaf convulsionada), con ello... y por lógica, la participación (a veces) tibia e individualista de algunas "estrellas" como Messi, Neymar y los españoles se ha vuelto decepcionante para la fanaticada. Todavía estoy preguntándome (analizando) si Brasil y Argentina lograrán pasar a la siguiente ronda.

3. El alcance de las redes sociales (en todo sentido) a partir del mundial es increíble, los datos del mundial del 2010 fueron superados en los primeros dos días de la contienda y la afloración de memes ha dejado claro que el pueblo futbolero es ocurrente no importando su ubicación en el mundo.

4. Shakira para "no entender de fútbol" tiene una su relación con la FIFA incluso antes de conocer a Piqué y disque va a amenizar la clausura del mundial. Esta no es la primera vez... fue a Alemania 2006, luego a Sudáfrica 2010 y ahora, por tercera (y espero, última vez) cantará en la ceremonia. Aunque ahora al menos la selección de su país es gran candidata a la final.

5. ¿No se han preguntado por qué (casi) todos los jugadores de las selecciones participantes en el mundial salen serios en las fotos oficiales? Tengo una teoría... formulada a partir de la observación de sus rostros en momentos de felicidad, en especial cuando acaban de echar gol... cuando están sonrientes parecen bichitos.  ¿Quién dijo que el personal branding tiene que ser serio, muchachos?

6. Luis Suárez ha sido todo un fenómeno mercadológico y en Social Media... sino pregúntenle a los CM's de KLM y de Mc Donalds de Uruguay. Acá les dejo otra puntada:


7. Justo un mes antes del inicio del mundial me di cuenta de algo terrible: no me podía más que cinco nombres de jugadores seleccionados para disputar la copa, me puse a llenar la versión on line del Álbum de Panini para familiarizarme con los nombres y ver algunos rostros. Investigué y atosigué a Juan (mi compañero de trabajo) y a Miguel de preguntas para "contextualizarme" adecuadamente. Siento que me sirvió.

8. Mi papá casi me manda al otro mundo cuando me dijo: "Le dije a Lorena que me abriera una cuenta de tuiter para leerte cuando narras partidos". La vida compensa tantos fines de semana oyendo al hombre hablándome de fútbol. Se me hizo chiquito el corazón y me hizo falta el aire un ratito al escucharlo.

9. El tiempo nos pasa facturas, lo hablábamos con mi jefa ayer... tal vez sea que cada vez me siento más cerca de los 40. Por ejemplo... me di cuenta que siguen sin gustarme los hombres que a la mayoría de mujeres les gusta... en este mundial (y en todos los que recuerdo) ha sido: los italianos, el portugués y otros tantos,  en cambio yo, desde el 2006 ando con Joachim Löw, entrenador de Alemania, entre ceja y ceja, es un cincuentón. En cambio, a los jovencitos... esos ya cayeron en otra categoria... ayer caí en la cuenta de que me habría gustado tener un hijo como James Rodríguez, por ejemplo, o como Joel Campbell.

10. Al fin logré aprender algo de la jerga futbolera... y sobre todo, el logro más grande de todos... ya reconozco un fuera de lugar, incluso antes de que lo pite el línea.

 * Consecuencia no tan feliz: Recibí un DM de una amiga, a la que quiero mucho, decía: " siento que entre partidos y partidos, te he perdido... :'("  Pero bueno, ya queda poco.

** Conclusión: No hay lágrimas más honestas de un hombre, que las derramadas de felicidad futbolera: Jugadores ticos lloran al finalizar el partido contra Grecia.



*** Lo que jamás voy a entender: El papel de las mujeres en el periodismo deportivo: el crimen no es que muestren a una mujer guapa, pero qué insistencia en tenerla en una cocina o bar montado en el foro de la televisora, hablando de comidas de Brasil o haciendo menciones de patrocinadores. Solo he visto UN programa en el que una maitra, con buena preparación, hizo un análisis deportivo. Tenemos cerebro, además de poder cocinar, que no se les olvide.

Ya contado lo contado... hago la pregunta... a estas alturas del partido... ¿Quién cree que sea el campeón del mundo? 


martes, 1 de julio de 2014

Puede ser

Puede ser que me haya equivocado en algunas cosas desde el final de la semana pasada... puede ser.  Eso significa que puede ser que no me haya equivocado, que simplemente tomé decisiones que no le parezcan las adecuadas al resto del mundo.

El mundo...

Siempre he pensado que el mundo es demasiado complicado, pero es bueno, es lindo y a veces aún me logra sorprender, encuentro gente que es buena y que me inspira por creativa e innovadora, a ratos el mundo se pone demasiado intenso, justo ahora que le pido un poco de paciencia a la vida. Puede ser que no estamos "tan" sintonizados en esta época. Por supuesto, sé que esta es solo una etapa, sé que pronto, el mundo y yo, nos andaremos sintonizados, sincronizados y como cuando las niñas son "mejores amigas".

Puede ser que a veces quiera llorar, como el sábado por la tarde, cuando estaba confundida entre un reclamo, entre un regaño o una forma sutil de protegerme de nuevos errores e igual no llorar, porque al fin y al cabo... ¿de qué me sirve llorar? Puede ser que llorar sea lo que he estado necesitando, porque al fin y al cabo... siempre he sido llorona, aunque no llore.

Puede ser que extrañe demasiado a algunas personas que se acaban de ir o que no terminan de llegar, pero admitirlo sería un riesgo demasiado grande para mi corazón. Puede ser que sea esto lo que me mantiene con un cansancio perenne y que pronto agarre el teléfono y al fin haga la llamada que no hago desde hace tiempos.

Puede ser que lo que necesito no es ron, ni vodka, ni regresar a mi control médico porque cada vez es más común que me siento agitada y asustada en las noches, porque a ratos me cuesta respirar, porque a ratos pienso todo puede mejorar y soy un revoltijo de esperanzas mal puestas y realidades superfluas... porque al final nunca debí haber dejado mi control médico. Puede ser que lo único que necesito es reírme mucho con mi afecto favorito o simplemente refugiarme en su hombro y llorar. No importa qué.

Pero...

También puede ser que todo mejore justo en el momento en el que, en medio de todo lo feo, un muchacho, como de 19 años, me detiene en la calle y me pregunta "Disculpe, ¿sabe si Alemania ganó?" y yo le puedo contestar, sonrisa en cara, "ganó 2 a 1", o cuando me cae un mensaje preguntando mi paradero, o cuando me doy cuenta, mientras me adentro en mi cotidianidad aburrida y demasiado adulta, que la música no me deja, o que simplemente sigo viva para poder cambiar todo aquello que no me agrada... porque me acuerdo, que el problema no son los demás (si me entienden o no), porque me acuerdo que soy yo la que puede cambiar.