lunes, 16 de mayo de 2016

She's beatiful when she's angry

Ayer me acordé de Vinicio. Mi mejor amigo de la adolescencia, llegó cuando yo tenía 14 años y era el nuevo de la clase, el día que lo conocí me dirigía a mi casa y escuchaba que llamaban a gritos a una tal "Claudia", por la calle solo iba yo, cuando vi quién era el que gritaba lo vi a él. Un adolescente que ya tenía cuerpo de hombre joven. Alto, fornido y colocho tipo micrófono. No sabía mi nombre, solo gritaba un nombre cualquiera para llamar mi atención. Me acompañó hasta la parada de buses. A mi me molestó un poco su desfachatez.

Vinicio fue una especie de hermano, yo no tuve hermanos nunca, solo hermanas y menores. Vinicio me mostró lo que era tener un hermano que te molestara, que te cuidara y que te regañara,  me contaba lo mucho que sufría estando enamorado de una compañera de clases, me contaba su relación con su mamá que estaba en Estados Unidos, me mostró lo que significa la confianza y la felicidad de la complicidad sin malicias. 

¿Por qué lo recordé ayer? Resulta que en esos momentos en que dejamos de ver una maratón de una serie con Miguel me pongo a ver qué hay de nuevo en Netflix. Encontré un documental bellísimo... titulado "She's beatiful when she's angry". Casualmente eso me decía Vinicio: "Vos sos más bonita cuando estás brava", refiriéndose cuando yo armaba algún alboroto cuando me defendía de machismos o de cosas que me molestaban, cuando era a penas una niña que no entendía nada de la vida. 

El documental es un repaso histórico de las luchas que las mujeres estadounidenses han tenido desde el siglo XIX, cuya primera victoria fue el derecho al voto en 1920, luego la revolución sexual de 1970 y el actual movimiento feminista gringo. Todos esos grupos con un solo objetivo: la equidad de género. 

Me permití un par de lágrimas al ver una producción sobre mujeres, hecha por mujeres, escuchar los testimonios de mujeres de 70 y 80 años que lucharon, las abuelas que lucharon cuando eran universitarias por una equidad de los salarios, las que lucharon porque nos dejaran salir de las cocinas, las que pidieron un sistema de guarderías para criar hijos con dignidad mientras trabajamos, las que pidieron que nos dejaran decidir sobre nuestros cuerpos, las que pidieron la libertad de decidir si casarse o no y cuándo si esto pasaba. También muestra el documental la lucha de sectores femeninos más oprimidos: las mujeres afroamericanas, las latinas y las lesbianas. 

Paralelo a la lucha femenina, se analiza el papel del arte, la cultura y la educación en la vida de las mujeres: la música, la poesía, la literatura, la investigación de la historia de las mujeres, la ciencia, la tecnología.

Me fascinó.

Recordé a Vinicio no solo porque ha sido de las personas que me ha permitido enojarme al punto de llorar de frustración, no solo porque me acompañó en un período en el que no estaba segura por qué necesitaba protestar, no solo porque me cuidaba y defendía de otros muchachos que decían que era loca, él me veía bonita cuando protestaba porque nos hacían hacer filas separadas por género en un colegio que se la llevaba de liberales y aún nos ponían la regla de tener la falda abajo de la rodilla a las alumnas. 

Recordé a Vinicio porque fue el primer hombre en mi vida en que me enseñó que siendo hombre heterosexual se puede ser feminista. En el documental hay una brevísima escena donde, en una marcha, van dos muchachos y gritan la consigna "Es así como un feminista se ve", posiblemente este par de muchachos son hermanos, amigos o novios de alguna de las chicas que van en la protesta. No importa, son feministas como las mujeres a las que acompañan. Me da alegría cuando un hombre logra solidarizarse con las mujeres, aunque no comprendan del todo lo que significa luchar por la equidad de género.

Vi este documental con mi marido al lado. Él, quizá sin proponérselo o sin saberlo, también es un feminista. Un feminista que cada mañana me plancha la ropa, mientras yo cocino, un feminista que me deja hacer remiendos eléctricos, mientras él me sostiene la luz, un feminista que lava los platos mientras yo barnizo un mueble. Es lindo saber que el mundo va cambiando, a veces lento, pero va cambiando. Ahora es de ver la manera que nuestros hijos e hijas se animen a ser feministas. 

Les dejo el trailer del documental y una de las muchas canciones que aparecen en el soundtrack.







viernes, 13 de mayo de 2016

Mayo y nuestra reconciliación

Durante diez años mayo siempre fue un cabrón. Muertes, dolores, accidentes, despedidas, ausencias... En respuesta lo he odiado. Mucho.

Aún así, desde hace unos años, cuatro para ser exactos, he buscado la manera de reconciliarme con mayo y conmigo misma. Creo que al fin lo he logrado. Reconciliarme conmigo y con cualquiera que me maltrate pasa por escribir. Eso es lo que hago, es lo que soy. Empecé a escribir a los 14 años cuando no entendía nada de la vida y sigo sin entender, pero acá estoy, reencontrándome con la escritura en este blog que ha estado olvidado; lo he encontrado un poco polvoso, un poco ajadito, poca gente nos ha visitado, pero no importa, le vamos a poner una flores, vamos a abrir las ventanas y vamos a sacudir; para eso, he abierto una página en Facebook para llamar a gente que venga y lea, no por vanidad, no por vanagloria, sino porque así no olvido que debo escribir a diario, que... como me dijo Delmy la semana pasada... una debe estar agradecida con lo que la vida nos da. 

Mayo me ha dado de todo, tristezas y ahora alegrías. Se lo agradezco.

Hace ocho años abrí este espacio, intentando salvarme, de encontrar respuestas y alivio. No he querido cerrar este remanso de letras porque al final recoge mi vida y mis ficciones, mis amores y desamores, los proyectos (fallidos y exitosos). En el inicio, el primer post, fechado un 27 de marzo de 2008, era solo el enlace de una canción, esa canción que siempre me alivia en tristezas, justo en ese momento en el que decido que la vida debe continuar. 

Hoy la posteo de nuevo, porque mayo y yo somos amigos de nuevo, porque soy consciente de la tranquilidad que me rodea, porque simplemente con esta canción, yo soy yo de verdad. Porque simplemente hay que dar gracias por las cosas buenas... y por las malas también.