Abro los ojos... la luz entra en mis pupilas, el gato me reclama atención, seguramente tiene hambre o desea su dosis de cariño y caricias. Le encanta al desfachatado que le hable chiquito. Me mira con amor.
Busco mi celular y veo la hora...¡¡¡7:45 a.m.!!!
¡ME DORMÍ!
Tiro a Tolstoi y salgo corriendo para alistarme e irme a la oficina. Me sigue el felino que cohabita conmigo, me sigue y anda buscando la manera de llamar mi atención, me abraza la pierna con sus patitas delanteras, me da pequeños mordiscos, me doy cuenta, su plato de comida está vacío... me dispongo a alimentarlo y me doy cuenta... no tiene suficiente comida para este viernes que está empezando ajolotado.
¿Qué hago? ¿Corro a la placita a comprar una libra de comida para gatos? ¿Me animo a dejarle poca (poquísima) y arriesgarme a encontrarlo famélico en la noche que regrese? ¿Por qué hoy, justo hoy que desperté tardísimo? ¿Por qué comen los gatos?
Aparece en mi memoria... tengo una lata de comida húmeda, su favorita, pero si se la dejo ahorita se la comerá de un solo y será un desastre porque no tendrá alimento el resto del día... es complejo tener un gato tragón. Me le lanzo a la lata y tomo el poco alimento seco que le queda y hago una combinación, le sirvo un poco y reservo la mayor parte, debo apurarme.
Solo pongo su plato en el piso y Tolstoi se le lanza hambriento. Lo miro sorprendida, casi que comprendo su reclamo por tener hambre.
Me voy al baño, para variar, tengo que lavarme el cabello, no puedo irme con la cabeza sucia, no lo soportaría. Me da terror algo.. cuando ando así de apurada me vuelvo más despistada y recordé la vez que me fui al trabajo sin sacarme el shampoo y pasé con el pelo tostado todo el día. Soy un desastre, me digo que no, que hoy debo tener cuidado y no olvidar sacarme el shampoo.
Entro a la ducha y desde ahí, lo primero que veo son las macetas donde finjo criar algunas plantas y me doy cuenta... la albahaca ha muerto... me baja un sentimiento de luto que ni se imaginan, ¿cómo es posible que se me mueran las plantas? Por supuesto, se mueren si uno no les echa agua... miro a la violeta y está ahí, fuerte e incólume, resistente a mis pendejadas. Pobrecita... ha sido valiente, tengo casi dos años de tenerla y ya hasta me ha dado un par de tandas de flores lindas, Tolstoi las amó, hasta cuando se comió una.
Giro la manecilla de la ducha y cae el agua... está tan rica, me doy paja y bajo la maceta de la albahaca y la riego... me siento irresponsable, está tan seca la pobre, que sus mustias hojas ni siquiera servirán para cocinar.
Ya...
Me baño, me lavo el cabello, me aseguro de quitarme el shampoo... por si las de hule, me doy cuenta, debo ir al supermercado, vivir sola es una responsabilidad me dijo un día de estos Delmy y tiene razón, tengo un paquete de fideos chinos en la alacena y no más. Anoto mentalmente.... comida para gato, comida para humana.
Salgo, el satisfecho Tolstoi me esperaba en la puerta, panza arriba, señal de que está feliz, contento y lleno, es el momento del paso dos de mi magistral plan de alimentación eficaz en tiempos de escasez... denominado... "PATE" (lo sé, me falta una E, pero sino no me sale linda la alegoría). Es hora de llenar el plato de nuevo con el resto de alimento preparado para la ocasión. Acerté, Tolstoi está en fase duermevela así que ni se mosquea de ver el plato lleno y rebosante, menos mal, ahora debo asegurar que cuando cruce la puerta en la noche, traiga su alimento y no estará tan hambriento.
Llego al cuarto, veo el reloj... 8:00 a.m., el siguiente paso.. mandarle un whatsapp a mi jefe... "ME DORMIIIIIIIIIIII.... VOY TARDEEEEEEEEEEEEE :(" y esperar que la vida sea generosa y no me jalen el aire.
Buscar lo menos ajado para vestirme pasa por grandes y complicadas decisiones, no es que mi guardarropas sea abundante y variado, sigo con la idea de que Einstein tenía razón, deberíamos solo utilizar un "outfit" y repetirlo día tras día... el mío sería... jeans, camiseta y zapatillas planas. Me enfundo la menos ajada, la de los Héroes del Silencio, la que me regaló Juan el año pasado, para celebrar que sobrevivimos a la cobertura del Mundial (siendo que hasta entonces entendí qué es un fuera de lugar y logré aprenderme el nombre y apellido del 80% de los participantes). Me paso el peine por el cabello mojado, nótese que no dije... me peiné.
Agarro las monedas que componen mi capital, las llaves y los lentes.... los audífonos... algo se me olvida... me detengo tres segundos, cierro los ojos y hago un recorrido mental por la casa.... ¡¡Mi almuerzo!!
Correr a la refri, sacar la ollita donde está listo y solo esperándome, lo meto en un deposito, regreso la ollita a la refri. Al parecer ahora si, todo está en su lugar, en su orden, agarro las llaves, mi cartera y le digo a Tolstoi, como cada mañana al irme, "cuida la casa", cierro.
Empieza a sonar "Crazy Little Thing Called Love" y el día me espera... me voy a la oficina, en automático.