Es muy conocida mi afición por la música, tanto así que... solo si estoy sosteniendo una conversación con alguien no tengo puestos los audífonos. Para mí la vida es más bonita con música.
Las canciones también son como las personas, algunas son tranquilas, otras aceleradas, unas románticas, otras llenas de dolor... lágriamas, risas... las canciones son como personas y algunas personas son como canciones.
Hace un año, el muy bandido de Miguel escogió una canción y la eligió tan bien que debido a ese sencillo recurso llamó mi atención y pues... doce meses después acá estamos, seguimos haciendo planes que implican un bar, viajes y cortinas para una casa.
Por supuesto yo le he dado algunas canciones, unas le han agradado, otras no tanto (porque no compartimos los mismos gustos a pesar de parecernos tanto) pero hace unos días yo tropecé con esta canción que es una belleza, cuando leí su versión en español, porque es brasileña la cantante, me di cuenta que la canción es la enumeración de muchas cosas que gustan... que a mí me gustan... y que de alguna manera son un símil muy adecuado con diversos momentos con ese santaneco que me saca de quicio y que me devuelve el ánimo con un par de besos.
Considerada una de las mejores canciones en portugués y para mí es un poco más que un poema que logra reunir en cada palabra el significado de tener a una persona que es el fin de una ladera, un pajarito en el cielo, un pedazo de pan, el fondo de un pozo, un rostro con disgusto, una cuenta y un cuento.
Por supuesto, él me ha dado otras canciones... unas me han gustado, otra no tanto, porque es tan bueno no tener los mismos gustos, es bueno saber que las canciones, además, marcan épocas y espero que esta te marque este mayo.
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