Cuando Gabriela me contó que le habían dado el puesto en un restaurante en cierta zona de San Salvador, me alegré tanto por ella. Me alegré.
Siempre he sospechado que mis desordenes de sueño son como una forma de libertad, si no tengo sueño, no duermo y ya... no hay problema, pero cuando tengo sueño o al fin he logrado dormirme y me despiertan, ahí tenemos un problema.
Tiene un mes de estar trabajando la bichita y ya no soporto... primero el estrés de hacerla "parte de" una rutina que había determinado como muy mía... sumado a la culillera que me dio el día que conoció a Miguel, quien para mi familia es casi un mito, terminando por el pseudo desvelo en noches de lluvia (como anoche) cuando me toca levantarme a abrirle la puerta.
Se preguntará el estimado lector... ¿y por qué no le da una llave? Muy simple... es mi hermana, la amo, pero también la conozco, si ella tiene llave de mi casa, el resto de mi familia llegará a parquearse... como el sábado, cuando mi madre DECIDIÓ que llegaría a verla.
Para hacerles corto el cuento... todos los días pongo la alarma a las 12:30 a.m. porque esa es la hora en que SUPUESTAMENTE la llegan a dejar. Esta mañana eran la 1:30 y ni sombras de la chef... estaba a punto de caer dormida de nuevo cuando escuché el microbus que llega a dejarla parquearse frente a la casa. No hay nada peor que bajar las gradas medio adormitada para abrirle la puerta y verle su redonda cara de ratona diciéndome... "hola... platiquemos". Claro, ella duerme hasta las 10 a.m. mientras yo a las 5:30 a.m. ya estoy de pie, o bueno... a esa hora empiezo a luchar por levantarme.
Otra tragedia... no me dura la leche. Durante los meses que he vivido sola he podido hacer un cálculo de cuanto tiempo me duran ciertas cosas, como: leche, queso, detergente y shampoo; aunque ya la compañía temporal de Miguel me había dado parámetros, nada me preparó para la mañana en la que se me antojó comer cereal y vi el bote de la leche... vacío.
Esta niña parece gato tierno! solo leche pide... yo no es que tome mucha leche, pero me da paz mental pensar que si quiero hacer un vaso de leche solo tengo que buscar en mi bote asignado.
Se lo dije a Miguel una vez, lo sostengo, la única oportunidad de sentir esa "aflicción" fea, maternal, solo se me da con esta bicha. Desde siempre ha sido así, pero creí que eso terminaría cuando me fui a vivir sola. u_u.
Son las 3:13 p.m. y me muero de sueño, porque por supuesto, luego de su llegada y de que me espanta el sueño... me dan las 3 a.m. y yo sin poder dormir de nuevo. Hoy sonó dos veces el despertador y ni siquiera lo sentí, fue a la tercera cuando logré abrir los ojos y poder coordinar dos pensamientos juntos. Ella, como era de esperarse, quedó fondeada...
El colmo de los colmos es que ni puedo tomar café para espantarme el sueño... por dos razones: tengo prohibido tomar café y porque al fin y al cabo, el café nunca me quitó el sueño. u_u.
Qué difícil es tener hermana chef...
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