En la oficina estábamos comentando sobre estos últimos días donde hemos hecho resistencia pacífica contra la presión de nuestros "patronos".
Nelly, abogada de profesión, nos ha contagiado con su forma, muy sabia, de resistencia... siempre estar de buen humor, salir con una sonrisa ante cualquier ataque o que es lo mismo: desestabilizar al contrincante con la calma. Nos ha resultado, claro, después nos desahogamos entre nosotras para no caer en la locura u_u
Esto me puso a pensar en el manejo que hago de mis emociones, yo que soy una chillona anónima y una ardiente defensora en la hostilidad de lo que yo creo justo a veces no he hecho buen uso de mis energías y respiro lucha y exhalo amargura. No más.
He redescubierto algo que enterré de mis tiempos en el colegio, lo que me ayudaba en aquellos días era "adornar" un mural, tenía una pared de la oficina destinada para pegar todo lo que se me ocurría... cartas de mis alumnos, dibujos, fotos, reproducciones de obras de arte... recuerditos no muy pesados... todo eso iba a parar a la pared... me daba felicidad ver la pared al entrar luego de largas horas de clases o luego de reuniones extenuantes,
Bueno, he regresado a la paz que me da ver arte... ya no tengo esos "detallitos" propios de niños, niñas y adolescentes, pero en medio de las fotos y las pinturas en mi actual muro de los lamentos... siempre se inmiscuyen los recuerdos de la gente joven con la que he trabajado, además de los tintes familiares y los recuerdos recientes con amigos y amigas.
Siempre es lindo ver algo que te recuerda a otra persona y en medio del stress... saber que podes sonreír, a veces como tonta, no importa, ese recuerdo te ayuda a salir de la presión, de las ganas de decir "sabe qué... a mi no me importa su neurosis" pero que igual, no importa la neurosis ajena, una tiene el derecho de no dejarse joder.
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