Los pierdo, los olvido... me los roban... los arruino... los ignoro.
No tienen idea de cuánto me ha costado acostumbrarme a su presencia, aunque parezca lo contrario, ahora que puedo revisar el correo y tuitear desde él, la vida sigue troleándome, rebuscándose para conjugar justo mi momento de distracción del día con el momento en que Miguel me llama.
Tengo la puta suerte de acertar mi mejor distracción con las llamadas de este hombre. Lo terrible es saber que ya hasta se está acostumbrando a que no le contesto u_u
Todo esto toma relevancia, no solo por querer cuidar las relaciones, disque ya entendí que la comunicación vía celular abona al asunto, sino porque me queda claro, luego de 12 años de celulares, que no puedo seguir siendo una mujer tan etérea y un poco de terrenalidad no me hará mal.
2 comentarios:
Si es cierto ya me estoy acostumbrando, antes te decía que me enoja... pero ya no; quizá era un problema de exceso de atención en la infancia.
He llegado a la conclusión que la comunicación telefónica para vos no es efectiva en habla, sino en mensajitos. El problema que a algunos a veces nos gusta oír la voz de la otra persona, pero son nimiedades.
Nunca me han gustado los teléfonos, los fijos nunca los contesto. Cuando los celulares se empezaron a convertir en aparatos de multiples funciones me empezaron a interesar. Prefiero un mensaje de texto o un correo electrónico a una llamada.
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