martes, 1 de enero de 2013

Primero de enero

Me gusta este día por revoluco... dos acontecimientos históricos nos dicen que es un buen día para empezar algo diferente de una manera distinta al cambio suave.

El primero de enero de 1959, en las primeras horas del día triunfó el Ejercito Revolucionario en su cometido de derrocar a Fulgencio Batista. Por supuesto, este proceso no había iniciado hacía poco, sino que tuvo una gestación larga y dolorosa. Luego del intento de la toma del Cuartel de Moncada, en el 53 parecía que era más fácil rendirse. Dejar las cosas en paz y pues... volver a lo de siempre. Pero el corazón que es necio no entiende de eso. En el 55 nació el Movimiento 26 de Julio y se organizó de otra manera la forma de hacer revolución. Durante más de dos años, los revolucionarios tuvieron que cobijarse en las montañas, protegerse en la naturaleza y dejarse querer por los pobladores. La Sierra Maestra fue su hogar y ahí se fundamentó un cambio sustancial.

Por tres rumbos distintos, se tomó el poder y la fecha oficial de la Victoria quedó en Primero de enero de 1959. 

Muchas cosas se dicen de este proceso, detractores y simpatizantes han ido y venido, muchos dicen que todo es obsoleto y que el crecimiento económico no es el que cualquier país desarrollado debería de tener. Yo solo me pregunto, qué país latinoamericano, sin bloqueo, ha podido superar a Cuba. La democracia es algo tan violado que ya ni para puta nos sirve, el apoyo del imperio solo nos ha dejado deuda externa y dependencia económica de acá a tres generaciones más (si no es que más). ¿Quién sobrevive mejor que Cuba? Altos índices de violencia social, deficiencia en los sistemas públicos de educación, salud y vivienda, la terrible realidad de no poder desarrollar el arte y la cultura y se prefiere dar impulso e inversión a la mano de obra barata, para maquilas, para carreras técnicas, un país donde no se dan investigaciones serias  y de respeto en ningún área (medicina, ciencias, humanísticas, sociales, antropológicas, históricas).

A mi me gusta pensar en la revolución, nunca he estado en una formalmente, pero siempre he pensado que la revolución no solo implica un proceso social-histórico-armado, uno puede hacer revolución cada día, con lo que hace, con lo que sueña, con lo que ama. 

Ni Cuba, ni El Salvador tienen los recursos para sostener una revolución social, no creo que haya nación que la tenga, y que me acusen los racionales si quieren, pero yo sigo creyendo en las revoluciones, de la clase que sean y el primer día del año, siempre es el mejor día para iniciarlas y más, si es con esta canción.


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