Estuve pensando en escribir este post todo el día, también todo el día tuve hueva de escribirlo. Tal vez me parece demasiado cliché, no lo sé.
Al iniciar este año tenía una rutina y un ecosistema MUY distinto al que tengo ahora, no me imaginaba todos los cambios a los que me enfrentaría, ni las experiencias a las que me incorporaría para aprender cosas nuevas, ni a la gran cantidad de persona que conocería y que se quedarían ajustándose en un lugar de mis afectos.
Supongo que es lo lindo de la vida. No saber y dejarse sorprender. El sábado me decían eso... que uno sabe que esta vivo si aun tiene la capacidad de asombro funcionando.
Eso es lo que más me ha gustado de este año... que pude reventar algunas amarras y dejarme sorprender, volví a viajar y decidí querer a una diversidad de personas y estrené una región de mi corazón. Esa es la ganancia. Si hubo dolor, no importa, porque como dice Silvio... "si hubo dolor, ya no lo escucho". La vida es demasiado corta para vivirla resentida.
Que venga el nuevo año y que nos sorprenda con música, besos, libros, abrazos, vino, estrellas, amaneceres y todo aquello que nos abra de nuevo a la vida.
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