Miércoles, 6 a.m.: Crisis laboral, tengo que terminar un reporte para la SEC y el cerebro se me ha secado (para esa actividad específica) solo papalotean en mi cabeza ideas como jugar SongPop, o escribir poemas, o hacer recuento de las explosiones en la última maratón, o acordarme del gringo que era mi vecino el fin de semana, o editar fotos, o preparar clases de Psicopedagogía... todo menos escribir el pinche informe para la SEC, como si no me pagaran para eso!
No se imaginan, queridos lectores, lo feo que es TENER QUE escribir algo y NO PODER... es frustrante. u_u
Miércoles, 6 a.m.: Sigo en casa de mi madre, debería estar en Suchitoto o al menos de camino hacia allá, reuniones, reuniones suspendidas, posible reprogramación de reuniones perdidas... el asunto es que sigo acá y no allá. Solo de pensar en las 3 horas que implica el viaje en bus me da dolor de espalda. Me he hecho una reverenda huevona para viajar, supongo que es lógico a los "treintipicos", recuerdo cuando era una muchachita de menos de 25 años, horas y horas de viaje en bus no me atormentaban, ahora lo pienso dos veces. El viaje del finde me dejó cansada y eso que Sonsonate ahí "nomasito" queda.
No se imaginan, queridos lectores, lo feo es TENER QUE ir a un lugar y NO PODER PORQUE NO HE DESARROLLADO LA TELETRASPORTACIÓN... es frustrante.
Miércoles, 6 a.m.: Se levanta mi sobrino, Sebastian está más largo, lo noto ahora que paso menos tiempo con él, ha rebajado un su poquito, anda por la casa (¡A ESTA HORA!) con ese aspecto de los habitantes del reino de morfeo, va al baño, escucho que luego de hacer lo que le urge, se cepilla los dientes, sale, cierra la puerta, me enseña los dientitos de lecho e inmediatamente añade... "son blancos como la nieve" (o_O), se acerca donde estoy escribiendo y con sus ojotes de curioso me pregunta "¿Qué estás haciendo tía?... le contesto que trabajando, va corriendo a su mesa donde tiene sus juguetes y saca su laptop de juguete y se llega a sentar a mi lado, la abre y me dice "a pues decime en qué te ayudo".
No se imaginan, queridos lectores, lo fácil que es QUERER a este cipote. ^^
Miércoles, 6 a.m.: Sebastian sentado a mi lado, disque trabajando en su laptop, me interroga cómo son mis alumnos, celoso me pregunta si los quiero mucho (maña familiar de territorialismo, que nunca entenderé) le contesto que los quiero, pero que a nadie quiero más que a él (cómo les fascina a los niños escuchar eso, bueno, a los adultos también) empieza a contarme que en su kinder tendrán un acto, me dice "estoy practicando mucho, voy a bailar y cantar... como mi papi". Mi padre no baila desde que el disco dejó de ser disco... ¿Quién le habrá dicho a este cipote que mi papá bailaba?
No se imaginan, queridos lectores, lo que venía luego de las palabras de mi sobrino...
Miércoles 6 a.m.: Frente a mí, Sebastian se pone de pie, levanta su brazo (índice apuntando al cielo) su otra mano en la cadera, es una réplica en chiquitillo de John Travolta en traje blanco (pijama, en este caso) ... y empieza a cantar... (8) Das de guey... aja, aja... ai laikey... das de guey... aja, aja, aja... ai laikey (8)...
No se imaginan, queridos lectores, lo que significa escuchar canciones disco, cantadas por mi sobrino antes del amanecer...
2 comentarios:
Jajaja, ya me imagino a tu sobrino bailando y cantando disco, ¡que bien! Tenés razón a todos nos gusta oír eso, creo que porque es bonito saber que en este mundo y en esta sociedad a alguien le importamos, más allá de los problemas que tenemos... en el caso de tu sobrino es pura megalomanía infantil
jajaja... Megalomanía infantil! XD
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