Creo que estoy PRE destinada a los movimientos. Hoy, en la oficina, no nos mudamos, pero remodelamos, pasamos más de cuatro horas moviendo, limpiando y acomodando nuevos espacios. Nos ha quedado una sensación de calor, pero de mucho aire, cada quien asumió su lugar en este universo, en este escenario y, al menos los que llevamos poco tiempo trabajando acá, trasladamos nuestras pocas pertenencias.
En lo personal creo que esta remodelación ha sido la última acción de una semana de sobresaltos, reuniones, acusaciones y aclaraciones. Muchas cartas, mucha aflicción, muchas dudas, muchas respuestas nunca escuchadas... mucho de todo. Pero acá estamos, ahora sentados cada quien en sus sillas.
Stefanía, mi compañera con la que trabajaré codo a codo, hombro a hombro y pierna a pierna (porque tocará caminar de vez en cuando), se sentó esta tarde y me preguntó qué debíamos hacer... e hice lo que cualquier otra mujer debía haber hecho... agarré un lápiz y un papel... y le pregunté qué le hacía falta y entre las dos sacamos una laaaaaarga lista de material y equipo para iniciar este proyecto que amenaza con ser arduo pero gratificante.
Mañana, ella y yo... nos vamos de compras.
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