El jueves pasado me llegó una invitación a la inauguración de una exposición de arte. Desde hace cuatro años me llegan y aunque en el 99.99% de las ocasiones las ignoro y las mando a la papelera... esta vez fue distinto, tanto así que hasta le dije a Miguel que me acompañara al evento.
Sé que me he perdido muy buenas obras, me he perdido buenos inicios de artistas contemporáneos, he perdido mucho tiempo fuera de un ámbito que, no solo me gusta, sino que (digo yo) logro apreciar con respeto. El problema ha sido mi incapacidad para dejar atrás cosas que ya pasaron. Tonta de mí.
Pero como una vez me dijeron... "todos los nuncas se llegan", así que esta tarde me alisté para ir, me fui con tiempo por aquello del terrible tráfico que rodea a la "isla" donde vivo con mis papás y hermanas.
Llegué antes que Miguel al lugar, pensé en adelantarme un poco y saludar a la organizadora porque después, cuando ya el evento está en apogeo... no hay manera de atender a todo mundo, entré al lugar... y estaba todo solo, sin obras, sin gente... o_O
Por supuesto, pensé que me había equivocado de lugar, hasta le di crédito a las dudas del hombre ese que me besa... me recriminé por la confusión y hasta pensé... "voy a esperarlo y ya luego nos vamos al lugar donde si es..." para confirmarme el lugar, abrí el correo desde el celular y vi la invitación... No me había equivocado de lugar... me equivoqué de día. u_u
(INSERTE MOMENTO DE SILENCIO INCÓMODO)
Ya qué más da!
El mundo del arte plástico aún no está listo para mi re-inserción.
Rico estaba el café que nos fuimos a tomar con Miguel.
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