"Hace casi diez años abrí un blog porque me sentía solo en un país extraño,
me sentía fuera de juego, necesitaba comunicarme con los míos y por eso le puse "Orsai",
hoy estoy seguro que la industria de la cultura somos los lectores y los autores y nadie más...
la cultura debe ser libre y gratuita"
(Hernán Casciari, charla en TEDx Río de la Plata, noviembre de 2011)
Por supuesto reunir tres conceptos ligados a la cultura (y en mi propio interés, también a el arte) es difícil.
El domingo pasado fuimos al Museo de Arte de El Salvador (MARTE) con Miguel, tenía al menos tres años de no entrar al museo que fue mi refugio mientras estuve cerca de industria cultural.
"Teórica del arte" ese era el título que se me asignó durante dos años de mi vida, nunca me han dado un título tan indigno como ese, fuera de que me encanta el tema del arte, la cultura y esa capacidad que tienen para abrir al ser humano a la sensibilidad y el desarrollo me di cuenta que jamás... y dije JAMÁS... entenderé a las esferas elitistas de mi país, que han hecho que el arte y la cultura permanecieran solo en sus salones, bibliotecas y pinacotecas.
Por supuesto, no estamos en los años 50's y 60's cuando solo las catorce familias y algunos presidentes pudieron tener acceso al aprecio y conocimiento del arte y la cultura. Los demás... los que no somos de esas capas sociales solo podíamos tener acceso si somos tercos y contar con la suerte de conocer a alguien que viera un "potencial".
Mucho se ha avanzado. Antes es un tiempo verbal que va quedando más lejos, aunque falta mucho por recorrer en el tema. Ahora se pueden contar con programas de acceso a la formación artística en el país, por supuesto no como yo quisiera, pero eso es porque yo soy exigente hasta con las piedras. Mi papá siempre me lo ha dicho... soy una persona siempre fuera de lugar... porque es cierto, para mí, todos los salvadoreños y salvadoreñas deberíamos de tener acceso no solo a programas de formación artística profesional, sino también al acceso a la educación cultural para la apreciación del arte.
Claro que todo esto, en este país ideal, ese en el que quisiera vivir, tendría que hacerse una inversión monumental en tantos aspectos, hasta en los más mínimos, inversión que no es tentadora ni vista como necesaria. El arte y la cultura no solo carece de inversión, sino que aún existen algunos acaparadores.
Es difícil. Es difícil pensar en una humanidad que sea sensible, que sea creativa... hasta que alguien dice/hace algo que merece réplicas.
Pienso en Hernán Casciari, por supuesto, es argentino, residente en Europa, que no solo tiene una educación superior, sino también ha tenido el buen tino de acompañarse de otras personas que vibran a su misma frecuencia. Se sintió solo, pero no lo estaba en realidad.
De alguna manera, quizá un poco retorcida, Hernán implementó... sin saberlo... la democratización de la industria editorial (parte de la cultura), para ello primero tuvo que pasar por un tiempo de revolución y arriesgarse a "chuparse un huevo" si su plan no funcionaba. Fue valiente.
Miguel dice que no le gusta el término "democratización", que para él lo correcto debería de ser "popularización". Le di vueltas a su argumento durante más de un día y llegué a una conclusión. Este país no está listo para una popularización del arte, tal como la plantea Miguel, porque no hay un acceso directo de las masas al arte. Primero tiene que darse una democratización, no para que siga siendo parte de una élite, sino para forjar una nueva generación, no solo de artistas, sino de un pueblo completo que pueda defender su derecho a la identidad cultural, que hasta ahora solo se queda en una selección de fútbol, a un torito pinto o expresiones artísticas menos elaboradas.
Ya sé que le pareceré a Miguel... y a otras personas... una elitista, una hijadeputa, arrogante educada por jesuitas, una "teórica del arte" que jamás ejercerá una maestría de ángeles y arcángeles en un país centroamericano, porque como me pasó con otros estudios que me propusieron en la juventud me parece que es terminar sirviéndoles a los altos poderes económicos.
Conclusión: Antes de la popularización de la cultura, debe darse una democratización de esta... pero antes de todo eso, es saberse fuera de lugar, agarrar ese sentimiento y hacer algo valiente.
1 comentario:
Ay, Karla, no te imaginás cuánto me gusta este post. Es un tema demasiado largo y frustrante... El otro día hablaba con @ElCopycito de la poca sensibilidad al arte que hay en este país. Sí, porque para apreciar el arte, primero les tenemos que enseñar a ser sensibles a las cosas más cotidianas (por cierto, tengo en el tintero de mi compu un post que va a hablar de eso, de la cotidianidad de las cosas y el arte de ver). Le decía a mi homólogo copy, que las cosas deberían empezar por las mal llamadas clases de arte de las escuelas y colegios. En vez de estar enseñándoles a hacer manualidades, porque de eso se trata, deberían sembrar las bases para una verdadera apreciación del arte... No cuesta nada emocionar a un niño con esos temas. De verdad... Y bueno, hasta aquí llego. Es un tema del que tenemos que hablar largo y tendido, acompañadas de unas cervezas, por supuesto.
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