y si... dije... JAMÁS... voy a entender. (Este post lo tenía en deuda)
Hay dos cosas, o formas de pensar que no entiendo de la mayoría de mujeres. No digo todas porque resulta que conozco y tengo amigas que no piensan de esa manera, lo que me hace pensar que esto que no comprendo no está en el adn femenino y descartamos de entrada, aquella mítica frase de los hombres... "todas son iguales".
Dos temas concretos en los que me caen mal los pensamientos tradicionalmente femeninos:
1. La maternidad.
2. La infidelidad.
Así como tengo un amigo que me dice las cosas más desubicadas, tengo (o tenía... no lo sé) una amiga que me tenía un poco psicosiada con la bendita maternidad.
Hace poco más de un año le pedí, encarecidamente que no me copiara o mencionara en esos post, mails y/o tuits referentes a la maternidad, por una sencilla razón: no tengo hijos, no me interesa tenerlos y ahora menos que nunca no los podré tener. En aquel entonces la doña en cuestión cesó un poco en el asunto. No se imaginan lo bueno que fue. Una cosa es escuchar a una persona, EN PERSONA, que te cuente algo de sus hijos (algo puntual y que no sea el único tema de conversación) , pero eso de estar viendo o leyendo consejos maternales, que si las tareas, que si las llamadas, que si nosequé... en las redes sociales es hostigue. Sin embargo lo asumí como parte de la amistad que nos unía.
Hasta que un día, el primer correo que me cayó en ayunas fue una serie de fotografías de su bebé. En mi más sincero estilo se lo dije... lo siento, no me conmueven sus fotografías. Me hice acreedora de una frase y por supuesto del silencio y la discriminación. No más menciones, no más chistes, no más DM... no más nada.
Acá van las dos cosas que no entiendo en todo este tema:
1. ¿Cómo una persona puede volcarse tanto y tan completamente a sus hijos? Existen otras madres, igual de cariñosas pero que son profesionales y mujeres con otros intereses y objetivos en la vida (aunque lo sé... al final siempre todo afecta a sus críos, de manera positiva). Quizá fue eso precisamente lo que me daba miedo de la maternidad en mi primera juventud, perderme en mis vástagos.
2. ¿Cómo quiere una mujer con hijos que una mujer sin hijos entienda sus más profundos y emotivos pensamientos, justo cuando la que no tiene hijos pasa por una época en la que la idea de la maternidad ya no es cuestión de opción, sino más bien una imposibilidad? Empatía que le mienta, vea?
Vamos a la cuestión de la infidelidad.... tema duro y arduo.
Empiezo con esto: nadie puede cambiar si no quiere y nadie puede hacer cambiar a otra persona. De este modo, entonces... ¿por qué las mujeres insisten en "cambiar" a sus parejas en cuanto a este tema? ENTIENDA, si le es infiel, entonces cambielo, pero por otro. Así es, váyase. ¿Falta de coraje y valentía para hacerlo? bueno, eso ya es problema de cada una.
Ahora bien, si decide quedarse y "perdonarlo" entonces no haga de su vida un drama... perdónelo, está en su derecho, puede maltratarlo un rato y después, ojalá que no le suceda de nuevo, pero si le pasa de nuevo... entonces asuma las consecuencias. Así de fácil. No, no voy a hablar mal de los hombres infieles, ¿sabe por qué? porque las mujeres también tenemos la misma capacidad y oportunidad de ser infieles y muchas deciden serlo.
Miguel tiene una teoría: se es infiel si se busca la ocasión, es decir... si uno quiere ser fiel es fácil: no anda buscando ocasiones para no serlo. Honestamente a mí me parece que es lógico.
Conozco mujeres que se quejan de las infidelidades de sus parejas y disculpan sus indiscreciones con un "pero él hace lo mismo". Simplemente no entiendo.. y de paso andan buscando que otras mujeres aprueben sus conductas.
Por supuesto que sé que las relaciones de pareja son complejas, pero hay mara que se esfuerza por hacerlas un calvario.
Todo se reduce a algo bien simple: si es feliz... sea feliz, si no es feliz (y ya intentó todo desde su propia dignidad y amor propio)... pues déjelo y sea feliz por su lado, si no tiene hijos será más fácil, si los tiene, será difícil pero se lo aseguro, usted tendrá vida y al tenerla... la tendrán sus críos.
Ahora bien, sé que en mi incapacidad para entender todo esto... está mi capacidad de caer mal ante estas mis opiniones, y parafraseo a la sabia Mariana: "¿si no le gusta lo que digo, entonces para qué me lee?".
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