Soy un desastre.
Inicio admitiendo mis incapacidades en el plano de recordar las cosas a tiempo, soy despistada y el agitado modo de vida que llevo últimamente, hicieron que fuera posponiendo el asunto de mi declaración del impuesto de la renta. Miguel se dio a la tarea de recordarme desde el 13 de abril pasado para que no llegara al último día para hacerla.
Es increíble la cantidad de inconvenientes que se sucedieron antes de poder realizar mi declaración esta mañana, si... a casi 48 horas de cerrar el plazo.
Primero: la iba a realizar vía internet, para evitarme la fatiga de ir a dejarla al Ministerio de Hacienda, cuando el buen hombre que me tiene paciencia quiso abrir mi registro para realizarla nos dimos cuenta de algo: yo ya estaba en el registro, pero... ALTO... yo nunca me había registrado ¬¬ por tanto no tenía la clave, muchas preguntas me surgieron: ¿quién me abrió registro? ¿cuál es la clave? ¿con qué correo estaba registrada?
Tuve que vencer mi pena y le pregunté a Edgar si él había hecho el registro, porque él en su papel de buen amigo, el año pasado, me ayudó a hacer el dichoso proceso. Si, ya lo sé... soy una inútil para esto de la declaración. Quince años declarando mis ingresos a Hacienda y no he aprendido, siempre pido ayuda. Resulta que Edgar no me había registrado... por tanto no tenía ninguna clave... por tanto... ¿y ahora?
Miguel que es (a veces en exceso) práctico me dijo... "solo andá a Hacienda y solicitá cambio de correo de referencia y clave". Cómo lo quiero cuando me dice estas cosas, porque solo queriéndolo no me dan ganas de hacerle mala cara.
La semana pasada, en algún momento entre entrevista y entrevista fui. Tuve que esperar media hora para que se me notificara que la persona encargada de hacer esa gestión... ya se había ido... ¬¬
Pensé... voy a ir el viernes... justo ese viernes que pasé tirada en la cama con fiebre de 40 grados... subsistiendo a base del fresco de mango maduro que Lorena, mi hermana, me hizo. No hubo manera que pudiera realizar el dichoso trámite la semana pasada.
Hoy es 29 de abril, faltan 48 horas para que miles de salvadoreños entreguemos la declaración de la renta. Eran las 7 a.m. y el nudo en la entrada de las oficinas del MH era eso... un nudo. Menos mal que la ventanilla a la que iba estaba ostentada por su respectivo burócrata y que no éramos muchos los que habíamos "olvidado" nuestras claves. Entre llenar un formulario, sacarle fotocopia a mi DUI y volver a hacer fila me tardé como media hora.
Al llegar a la oficina me dispuse a realizar los pasos para re-registrarme en el MH... lo bueno fue cuando no pude. Pasé media hora viendo qué puercas pasaba, cada vez que entraba a la dirección que estaba en el diminuto papelito que me dieron, me daba error, estaba que me llevaba quien no me trajo >_< paralelamente Miguel estaba "monitoreando" mi avance tecnológico.
Hice lo que cualquier otra mujer en mi posición hubiera hecho: llamé al MH. Esperé media hora para que me atendieran, pero cuando lo me atendieron, lo hizo una mujer joven, ella en su inmensa sabiduría me dio las respuestas que estaba buscando y al fin pude conseguir una "clave temporal" para entrar, cambiar mi clave de nuevo y realizar la declaración.
Con esa tranquilidad volví a hacer lo mismo... lo que cualquier otra mujer en mi posición hubiera hecho: pasarle toda la información a Miguel y que él me hiciera todo el trámite.
Hoy, a las 11 a.m. mis impuestos, mis ingresos y mi alma estaban registrados y declarados en el Ministerio de Hacienda.
Quiero ver que se tarden en devolverme lo que me tienen guardado ¬¬
1 comentario:
Siempre me pareció absurdo la parte de devoluciones o pagos adicionales, para los empleados asalariados estables. Menos mal este gobierno ajustó las tablas de retención y este año no tuve que hacer declaración de la renta. ^^ . Lo que en otros años me devolvían, este año me lo descontaron menos cada mes del año anterior
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