con el paso seguro de no ir a ningún lado,
mientras mis pasos van a otro lugar,
no creas, tampoco sé a donde voy.
Luego imagino a mis hermanas
caminando hacia el ocaso,
con mi sobrino de la mano,
tampoco saben a dónde van.
Así también mi madre y mi padre
van caminando, avanzan,
dilucidan hacia donde ir
calculan, proponen pero no llegan
a ninguna parte.
¿De qué sirve caminar?
¿Por qué debemos avanzar?
¿Acaso el movimiento nos recuerda que estamos vivos?
¿Acaso el sol, la luna y las estrellas nos vigilan el camino?
No lo creo.
Sin embargo,
como siempre y desde siempre
desde que aprendimos a no tropezar
debemos caminar.
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