Bajo esa premisa... posiblemente yo tenga todo un abanico de posibilidades.
Por ejemplo, es posible que vaya al lago a caminar (si logro despegarme del escritorio) o es posible que no vaya a la playa el próximo finde (si sigo con la desidia social en la que me encuentro) o es posible que logre manejar mis emociones cuando algo no sale bien en el proyecto (si acaso me agarran de buenas). Como podrá ver usted, querido lector... toda posibilidad siempre trae a su lado una condicionante que generará la acción futura.
Nunca he sido buena con las condicionantes, a veces (solo a veces) me molestan, porque no me dejan ser. Condicionan mi libertad.
Sin embargo, y pensando en serio en las posibilidades que me rodean, lo que me queda es agarrar mi inspiración y seguir escribiendo poemas que nunca publico y cartas que nunca mando.
Posiblemente... después de todo esto, logre ser una mejor persona.
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