Varias veces he escrito de lo difícil que es para mí eso de los cambios, porque en el fondo (muy en el fondo) no soy TAN aventurera... o quizá si lo fui, pero el tiempo es inmisericorde y ya va siendo hora de tener un poco de rutinas que me den un poco de paz.
Ayer estuve con el clan familiar, sentirme secuestrada desde el sábado por la tarde, en posesión exclusiva de mis progenitores fue tan raro y raro no es malo, solo diferente...
El fin de semana fue lento, estuve en medio de una marejada de gente y vi personas conocidas pero no me acerqué a saludar, estar sola es una dimensión cómoda, me proporciona tranquilidad y me ahorro unas cuantas palabras tartamudeadas. Esto no es raro en mí, lo sé. Lo raro es que jamás pensé que lo haría con ciertas personas, igual... raro no es malo, es solo diferente...
Ha vuelto el insomnio, dormir solo 8 horas de 48 no es bueno, pero leer cosas que tenía pendientes, conversar con gente que tengo tiempo de no ver, jugar pispisigaña con Sebastian y redescubrir la casa de mi madre vestida de navidad... es raro... por supuesto, no es malo, es solo diferente.
¿Será acaso que yo que soy rara, no soy mala tampoco... solo diferente? No me hagan caso, el aciclovir me pone a pensar loretadas.
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