miércoles, 19 de octubre de 2016

#NiUnaMenos

Estoy cansada. Sí.

Las cosas no están cambiando para mejorar, hace 25 años vivía aterrada de lo que podría pasarme en la calle, no llegar noche, juntarme con gente adecuada, todo por evitar la agresión sexual.

El 8 de octubre pasado, en Argentina mataron a una chica, Lucía se llamaba... tenía 16 años. Dos hombres mayores la drogaron, la violaron y la mataron. Encima de eso, trataron de ocultar el crimen alegando que había muerto de una sobredosis.

Lucía tenía un hermano, un papá, una mamá... amigas, iba a la escuela, tenía piercings y seguramente vestía a la moda. Lucía era como lo fui yo a mis 16, Lucía era como son ahora mis hijas. Lucía era mujer.

Esta tarde un compañero de trabajo preguntó cuál era el gran escándalo sobre ese movimiento del #MiércolesNegro o el hashtag #NiUnaMenos. Sentí mucha tristeza. Mucho dolor, mucha cólera. Cómo a estas alturas de la vida (o de la muerte) existen hombres incapaces de preguntar por qué protestamos, por qué defendemos nuestros derechos a la vida y a ser libres en pleno siglo XXI. No le dije nada, estaba demasiado enojada.

A este mi compañero no le deseo el mal, siendo hombre no podrá nunca en su vida saber qué es caminar solo en lo oscuro y temer hasta los huesos que algo malo le pase, no sabrá nunca qué es ser agredido sexualmente por un pariente cuando fue un infante, no sabrá nunca el miedo que da pensar que a otras chicas (hijas, hermanas, alumnas, compañeras de trabajo) puedan ser víctimas no solo de depredadores sexuales, sino que además luego escucharán cuando pregunten "¿Qué traía puesto cuando la violaron? ¿por qué andaba sola? ¿por qué le gustaba tomar un mojito con las amigas? ¿por qué tenía un novio como el que tenía?".

Yo tuve suerte. Mi primo no me mató cuando me violó siendo yo una niña. Eso si, se robó todo lo bueno que pude haber tenido en esa época. Viví con miedo, viví horrorizada. No quiero eso para ninguna mujer. No quiero. Estoy cansada.

Lucía, vos que ahora sos mediática, gracias por recordarnos que debemos seguir peleando por no ser agredidas, por no seguir siendo asesinadas.