domingo, 31 de marzo de 2013

El fin del mundo...

La mara se pone apocalíptica y las iglesias pentecostales hacen su agosto con el miedo infundado del pecador permanente... la mara es tan... alegórica.

Pero el fin del mundo no está en un meteoro que se aproxima a la tierra, cuya destrucción inexorable pondrá fin a esta vida. No. El fin del mundo es una cosa más cotidiana, más terrenal... más "sin gracia".

Puede ser que el fin del mundo venga disfrazado de balacera a las once de la mañana en una calle concurrida de San Salvador, o que se conduzca en un taxi nocturno o que se presente en un cáncer chiquitito y diminuto que te haga perder tanta sangre y que te doble del dolor... no importa, el fin del mundo siempre nos llega. SIEMPRE. 

Estos últimos días estuve pensando mucho sobre la fragilidad de la vida, de la vulnerabilidad de la que somos presas, de lo que podemos dejar atrás al morir, de las personas que nos llorarán cuando sea el momento de irnos de este mundo.

La muerte no es algo inevitable y solo será momentáneamente dolorosa... lo terrible de la muerte es para el que nos extrañarán... los hijos, los padres, las hermanas, los sobrinos, la pareja, los amigos y amigas... claro, de ese dolor no nos enteraremos, pero qué difícil es estar del otro lado, del lado del que se queda, no del que se muere.

Para rematar vi una película que me golpeó de frente y con todas las ganas de hacerme llorar todo lo que no lloré el miércoles pasado porque mientras ese terrorífico sentimiento de inminente incidente no podía darme tiempo para llorar, mi mente estaba ocupada pensando qué debía hacer, a quién debía llamar, a dónde debía buscar. 

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- Ojalá te hubiera conocido hace mucho tiempo. Cuándo éramos niños.
- No podría haber sucedido de otro modo. Tenía que darse ahora.
- Pero no hay suficiente tiempo. 
- Nunca habría sido suficiente.
- Tengo miedo.
- Yo... estoy loco por ti, Penny. Eres lo que más quiero en el mundo.
- Pensé que de algún modo nos salvaríamos.
- Lo hicimos. Penny... me da mucho gusto haberte conocido. 

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En medio de todo eso que es difícil, contrariado, inverosímil... en medio de todo eso que nunca pensamos que nos pasará... estar en medio de una balacera, que te asalten, una enfermedad que no entendés, de una familia que no comprendes, de un sentimiento de abandono... en medio de todo eso, te das cuenta de algo bien simple, de algo tan básico: Si tenes a una persona, una tan sola, que te cuente de su primera casa cuando vino a San Salvador, de las mujeres que ha amado, de lo cotidiano de su trabajo, de sus hijos, de sus sueños, de sus amigos, de sus planes para el futuro y que de repente te das cuenta que podrías contarle todo lo que por tu cabeza pasa y de paso también por el corazón... entonces... la vida ha valido la pena. 

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El fin del mundo puede venir, para todos o solo para mí... no importa. Lo importante es tener alguien con quien poder platicar, oír dos horas a Sabina en un bar, a quién cocinarle pastelitos de carne, aunque vos en tu puta vida hayas hecho pastelitos de carne. El fin del mundo vendrá, lo sé, pero yo estoy feliz de haberte encontrado.

miércoles, 27 de marzo de 2013

2008-2013

Morirse no es quedarse sin aliento, sin latido, sin conciencia. Existe toda una variedad de formas de morirse y quedarse así, muerto. 

Durante años yo morí y me quedaba muerta por puro capricho. No quería ver nada, no quería escuchar nada, no quería querer a nadie. Todo me lo arrebataba yo sola, me hacía autosabotaje... apagué la música, ahogué a la creatividad y me senté a esperar a que llegara la muerte. Fue una época muy fea.

Existen miles de explicaciones, psicológicas, espirituales, biológicas y de otras calañas para las depresiones, en menos de un año me las dijeron todas y pasé por un período de medicinas y pesadillas por encargo. Todos opinaban y todos querían decidir por mí. Hasta que me harté.

Una mañana desperté y pensé que vivir así no vale la pena, nada arreglaba con esa manera de esperar a la muerte, ahora la espero... pero ahora de otra forma muy distinta. Esa mañana decidí que no tomaría nunca más una pastilla antidepresiva y que nunca tomaría un somnífero, si no iba a dormir, pues no dormía y ya, al fin y al cabo, este cerebro que tengo lo manejo yo a él, no él a mí. 

La doctora que se había echado el lastre de ver mi caso se asustó cuando le llevé a su consultorio todas las medicinas que me había dado, intentó convencerme de solo bajar las dosis, pero que tenía que seguir medicándome. "No" le dije, le dejé aquel pastillero sobre el escritorio de hospital viejo y oxidado y nunca más fui a otra consulta. Antes de salir, lo recuerdo muy bien, escuché algo, el único consejo que le escuché a aquella mujer y que le agradezco que me lo dijera... en definitiva, el único consejo que le seguí. "No dejés de escribir". 

Ya habíamos hablado sobre eso, porque en medio de mi depresión y mi insomnio perenne había dejado de hacer lo que siempre me distinguió desde los 13 años: escribir. 

Eso fue a inicios de marzo de 2008.

Luego de darle vueltas y vueltas a cómo recuperar mi capacidad de escritura y después de explorar un invento relativamente nuevo para mí, decidí entrar a ver qué era aquello del blogger. 

Así nació este blog. Hace, exactamente cinco años. 

Siempre me he preguntado si me sirve para algo escribir acá, a parte de seguir el único consejo "seguible" de la doctora Garay y hace un par de días me di cuenta, me sirve para recordar. 

Ajá, para recordar, porque resulta que soy una olvidadiza y es precisamente eso, olvidar, es lo que me había llevado a tanto dolor, era tanto dolor que ya no quería vivir. A pues, escribir acá mis recorridos, mis sueños, mis alegrías, mis tristezas, mis preocupaciones; escribir sobre la gente a la que amo, escribir sobre la gente que ya se ha ido, la que aún persiste a mi lado, de mis futuros oscuros y de mis clarísimos pasados, escribir de todo eso me hace recordar, no permite que me olvide de nada y es precisamente eso lo que no permite que yo vuelva a morir. 

Por supuesto que sigo teniendo problemas, el insomnio no se marcha del todo, a veces creo que estoy a un paso de la locura, a veces me siento la más normal de todas las mortales, sigo siendo yo y he mutado, sigo siendo la que no desea pastillas para dormir, la que está convencida en su necedad de no necesitar antidepresivos, la que tiene miedos y la que se siente la más invencible de las mujeres, ha vuelto la música, cada día abro los ojos y sigo esperando, recuerdo cosas que han pasado y me quedo solo con lo que ha valido la pena, abrazo a la que fui y la dejo ir.

Hace cinco años no solo empecé a escribir este blog, hace cinco años volví a vivir.

martes, 26 de marzo de 2013

Ir a tomarse un café

Yo tenía una vida solitaria... nunca me dio roña ir sola al cine, a una librería o a tomarme un café... a veces me acompañaba Lelouthan o Iba Pasando, a veces Nelson se apuntaba, a veces Emilia y otras FlorsyPower... en definitiva gente con la que me sentía a gusto, cómoda; por aquel entonces, también había un par de hombres que insistían en acompañarme, pero no los dejaba  acercarse demasiado, no me daban buena espina. Para mí, ir a tomarse un café es un acto de intimidad, no se hace con cualquiera.

Hace un año, fui a tomarme un café, sola para variar... escribir sobre ello fue un juego, fue una forma de burlarme, no solo de otros, sino de mí misma, eso hago cuando hay situaciones que no me gustan, trato de verle el lado bueno a éstas y me burlo de mis preocupaciones, recuerdo que ese día había sido muy duro, había dado mil vueltas en el afán de demandar a los sindicalistas con los que trabajaba, estaba cansada y  creí que nada valía la pena. Ir a tomarme ese café era una especie de recompensa también, escribir sobre ello me pareció inofensivo, nunca pensé que eso me cambiaría el panorama... siendo que en el fondo, no sentía que tuviera un buen panorama.

No fue lo que sucedió ahí, mientras me tomaba ESE café, lo que me modificaría la vida. Al día siguiente, de la nada, Miguel llegó y se burló un poco de mí y de mi manera de expresarme. No sé desde cuándo llegaba y me observaba, él mismo se confiesa como un "voyerista", llega a varios blogs y solo lee, nunca comenta, pero entonces lo hizo.

No me pregunten cómo, ni por qué, pero desde el primer momento... aunque se burló... me cayó bien.  Mi respuesta a su sarcasmo fue invitarlo a tomarnos un café, cosa que JAMÁS se me había ocurrido hacer con otro lector desconocido del blog. Desde entonces, contrariando mi instinto de conservación, permití que se acercara. No me arrepiento.

Hoy iré a tomarme un café, con él. 

lunes, 25 de marzo de 2013

Sabines

Jaime habría cumplido 87 años este día. Su transcurrir en este mundo se le fue entre mujeres, política y poesía. Creo que me enamoré de él.

Nunca había oído hablar de él y su poesía, nunca supe de Chepita, su novia, amante, esposa y madre de sus hijos. Nunca... hasta que un día un hombre con bigotes como los de Jaime me habló de él... es una suerte encontrarse con personas que te llevan a otras. Así se hacen los recuerdos.

Pasé más de cinco meses leyendo los poemas de Sabines en la computadora, a mi no mucho me gusta leer en la compu por dos razones: 1. Porque una siempre está haciendo hasta tres o cuatro cosas distintas en la compu y 2. Porque JAMÁS leer un libro en formato digital será lo mismo que agarrarlo entre las manos.

En diciembre, luego de que Miguel me avisara que una antología de Sabines estaba en un almacén en San Salvador, decidí ir a comprarlo, desde entonces "Recuento de poemas 1950-1993" ha estado conmigo y un rato con Miguel. 

Las personas a las que nos cuesta expresar afecto físicamente agradecemos a los poetas, porque el oficio de ser poeta, a pesar de ser mal remunerado, siempre se queda con nosotros, nos da palabras a los tiesos y nos emociona a los que pretendemos ser fuertes. 

Sabines fue un hombre de su tiempo: mujeriego, machista y un poco loco. Los hombres siguen siendo así, en especial los de mi país, no ha habido proceso educativo que los civilice a todos, solo algunos han ido dejando algunas costumbres y eso ha sido bueno para las mujeres que, como yo, seguimos creyendo en quimeras. 

De verdad, yo le agradezco muchos versos a Sabines. Siento que le he quedado debiendo cariño y respeto durante muchos años, ya se los iré compensando. De momento, acá les dejo uno de sus poemas para que también se enamoren.

Feliz cumpleaños Jaime.

NO ES NADA DE TU CUERPO,
ni tu piel, ni tus ojos, ni tu vientre,
ni ese lugar secreto que los dos conocemos,
fosa de nuestra muerte, final de nuestro entierro.
No es tu boca - tu boca
que es igual que tu sexo -,
ni la reunión exacta de tus pechos,
ni tu espalda dulcísima y suave,
ni tu ombligo, en que bebo.
Ni son tus muslos duros como el día,
ni tus rodillas de marfil al fuego,
ni tus pies diminutos y sangrantes,
ni tu olor, ni tu pelo.
No es tu mirada -¿qué es una mirada?-
triste luz descarriada, paz sin dueño,
ni el álbum de tu oído, ni tus voces,
ni las ojeras que te deja el sueño.
Ni es tu lengua de víbora tampoco,
flecha de avispa en el aire ciego,
ni la humedad caliente de tu asfixia
que sostiene tu beso.
No es nada de tu cuerpo,
ni una brizna, ni un pétalo,
ni una gota, ni un grano, ni un momento:

Es solo este lugar donde estuviste,
estos mis brazos tercos.

sábado, 23 de marzo de 2013

Rituales

La vida nos ha estigmatizado a las mujeres, nos han dicho, repetido y convencido de que somos complicadas, a veces si lo somos, pero eso es de todo mundo, no solo de las mujeres. 

Entre las complejidades atajadas al hecho de ser mujeres están los rituales. Hasta para una mujer tan desfachatada y descomplicada de horarios y rutinas como yo resulta necesario un par de rituales. Créanme, tengo rituales que realizo cada cierto tiempo, lo que me salva es que los realizo cuando el tiempo y la gana me dan suficiente excusa, estos rituales no tienen ni fecha en el calendario, ni hora en el reloj.

Uno de mis rituales favoritos de todos los tiempos era subir al techo de la casa a leer, esta costumbre la adquirí en la adolescencia cuando en casa teníamos un enorme árbol de mango que me prodigaba sombra y frutos para tenerme tranquila. El ritual fue suspendido debido a que ya no estamos en la misma casa, no hay palo de mangos y ya no soy hábil para subir a un techo.

Otro ritual en ciertas épocas, ha sido cocinar. Ahora cocino mucho menos, pero hay recetas que siempre repito, ya sea por que me las piden o por el simple hecho de que me gustan...rellenos de papa, de guisquil, carne mechada, pavo horneado... ustedes no se han enamorado de mí porque nunca han probado mis platillos... pero los que me salen de verdad ricos... cuando tengo pereza me salen aguados u_u

Un ritual familiar que SIEMPRE hemos tenido, no solo yo, sino todos los Rauda, es decir buenos días y buenas noches. Así es... por más enojados o molestos que estemos con los demás, la cortesía de desear buen momento es algo que no podemos evitar, así me he sorprendido diciendo buenas noches hasta en momentos en los que no les dirijo otras palabras y ellos... por supuesto que me contestan, no se quedan callados. 

Ir al cine... ese ritual/costumbre me lo pegó un jefe que tuve hace años, Julio Moreira... jesuita bastante joven, con el que nos íbamos del colegio los sábado luego de trabajar toda la mañana... agarrábamos a la UES, ahí por la entrada de Derecho a comprar unas "tortas chucas" bien ricas, lástima que desaparecieron, luego de comer ahí en la acera y de pie, nos íbamos al cine... ese era ritual de casi todos los fines de semana. 

Hace dos años, con mis ex compañeras de Círculo, Mayra, Lea y Maritza, nos reuníamos en un bar casi todos los viernes a las 5 p.m. para echarnos algunas cervezas. Este ritual meramente femenino en el que hablábamos casi exclusivamente de hombres me agradaba, porque no hablábamos en mal de ellos y de sus retorcidas visiones de las relaciones con las mujeres, sino que hacíamos el intento de sacar estrategias para no salir tan dañadas en el caso de iniciar alguna relación de pareja, en aquel tiempo todas estábamos solteras y eramos de diversas edades (20's, 30's y 40's). Era interesante escuchar especialmente a Maritza.

En cuanto a los rituales, a veces tenemos algunos que no sabemos que los tenemos, hasta que algún día, por no sé qué razón uno se fija que los tiene... por ejemplo... hasta esta madrugada tuve conciencia clara de que cada vez que despierto en la madrugada salgo al patio y sin mucho esfuerzo busco por dónde va la luna en el firmamento... esta es la segunda vez seguida, que la veo rojiza a las 2 a.m.

Mis rituales no son de cremas en la noche, o de tomarme mis pastillas a la hora exacta, no tienen que ver con el orden en mi cartera o de si me depilo cuando la luna está en menguante... mis ritos son más bien frugales, no se alimentan de cosas que otros consideran importantes, mis rituales no son ostentosos, son sencillos y requieren poco esfuerzo: escuchar los pájaros al amanecer, revisar las canas nuevas que van naciéndome para ponerles nombres, de vez en cuando escuchar las canciones que me mandas adjuntas en correos al azar, alzar la mirada para buscar la luna... y entonces... pensar en vos. 

viernes, 22 de marzo de 2013

Hace 50 años

Lo que ustedes no saben de mí es que yo soy reencarnación de una británica que murió a finales de 1963. Así es... claro que la latinazación de mi alma atormentada ha hecho que poco a poco vaya perdiendo la puntualidad y la rigidez de mis maneras. 

Hace 50 años yo... o ella... no lo sé, ostentaba un  nombre como "Annie" o "Phillis"... algo muy anglosajón. Era joven, no pasaba de los 20 años. Pertenecía a una familia con suficientes recursos como para tener acceso a un aparato revolucionario llamado televisión, una caja extraña que arrojaba imágenes en blanco y negro, acompañada de sonido. La vida era simple.

Esta que yo era... o esta que fui... no lo sé, era una muchacha chelita, cabellos negros y largos, de repente se me dio por usar minifaldas y botas a go-go. Mi perdición, según mi madre de aquel entonces, fue escuchar a los Beatles. Así es, en mi vida pasada fui fan de los fabulosos cuatro de Liverpool.

Hace cincuenta años, un día como hoy, The Beatles publicaron su primer disco (formal), el Please please me, fue una sensación, era emocionante ver a John, Paul, George y Ringo con sus hermosos y lustrosos trajes negros, sus cabellos de corte pseudo monárquicos, ellos que eran y ejercían la locura propia de la gente muy joven. 

Hace cincuenta años... la vida era tan distinta... aquel año murió el mejor Papa de la historia, Juan XXIII, se instaló el "telefono rojo" (que en realidad era negro según me cuentan) entre la oficina de la Casa Blanca y el Kremlin, también aquel año murió Aldoux Hurley, Edit Piaf se despidió de la vida, esa vida que siempre le pareció "en rosa"  y asesinaron a Kennedy, un tal Cortázar publicó un libro titutlado "Rayuela". Sin nadie sospecharlo en la lejana Argentina nació un tal Rodolfo Páez y un Lars Ulrich también aterrizó en esta vida, este último llegaría a ser el batero de Metallica, tuvo más revuelo el nacimiento de una infanta en España que llamaron Elena. 

Mientras la que fui en aquella época agitaba las caderas al ritmo de Twist 'n Shout.. (8) Shake it up, baby now (8) you know you look so good (8) y mi enfadado padre decía que apagara ya la radio, porque seguramente esos estruendos eran parte de una maquinación del demonio para echar a perder a señoritas respetables como yo, toda la vida se configuraba para que al morir meses después... esta KR, alma inglesa tropicalizada, pudiera nacer 15 años después en un paisito chiquitillo e insignificante y pudiera redescubrir todo aquello que 50 años antes pude vivir siendo una muchachita de veinte años. 

1963... fue un gran año, hasta para morirse.

Luna roja

1:23 am
Luna roja avistada en el firmamento. Como quisiera que vieras lo que mis ojos ven...

Peso

Siempre intenté viajar ligera de equipaje. Lamentablemente de unos meses acá siempre llevo un peso sobre mi espalda... ¿a quién engaño?... tengo años con el mismo peso encima, solo que nunca lo había admitido.

Hay pesos que vale la pena llevar, al menos así lo aseguran personas que viven con pesos sobre sí, pero que al final son equipajes que ellos y ellas asumieron en una elección propia: los hijos, las relaciones de pareja, el manejo de una casa propia... 

Siempre alardeo de mi soltería, me gusta y me he cuidado de no cambiar de estado civil, mi vida sin hijos es cómoda y libre. Si me va bien, qué bien, si me va mal... pues apechugo y ya. Siempre pensé que no quería pasar llevándome de encuentro con mis conflictos internos a un marido y unos hijos, pues no serían culpables de lo que no logro arreglar de mí misma  

Durante años me he dicho egoísta, cobarde... si, me recrimino por cosas que yo misma me busco.

Al otro lado de mi vida están ellos, esa familia que ha estado en lo bueno y en lo malo, a pesar de lo mucho que los quiero no puedo evitar pasar por épocas como esta, en las que los desacuerdos son más patentes, a estas alturas no sé si es que ellos esperan mucho de mí o soy yo la ingrata de pedirles cosas distintas a lo que ellos son. Ya no atino.

Ya no atino si ellos son los que me hacen sufrir o si ellos me hacen sufrir a mí. Desde hace poco más de una semana son un peso. 

Este peso es grande, me duele y me llena de silencios atroces. Este peso me deja llena de dudas, de recriminaciones y ganas de salir corriendo. Me repito a cada momento que yo no tengo por qué soportar el peso de todas sus decisiones, de todos sus errores, de todas sus exigencias.

¿Cómo es posible? 

Claro que soy culpable. No debí permitir que todo llegara a este punto. Por supuesto que es difícil, es obvio que los amo, pero también es obvio que este peso ya no es soportable y que es hora de soltarlo. 

Por supuesto que ellos no lo entienden así... y aquí vamos de nuevo con el círculo vicioso. 

Sé las respuestas, sé la estrategia, la solución y el tiempo de ejecución... aún así... debo esperar y esperar no es de mis actividades favoritas. Para mientras, cada mañana, al abrir los ojos inicia mi búsqueda de un lugar donde estar para no estar acá. 

jueves, 21 de marzo de 2013

Día de la poesía

Hoy se celebra a nivel mundial el día de la poesía. Para mí este día está ligado a dos recuerdos, principalmente.

Cuando una vez me preguntaron cuándo empecé a escribir poemas, contesté que fue cuando llegué a séptimo grado, tenía 13 años. Este dato no es del todo cierto. Es verdad que esa fue la primera vez teniendo ya una conciencia de lo que hacía, pero el primer registro "histórico" de que la poesía era parte de mi vida data de más atrás. 

Tenía cinco años, no podía escribir y las únicas letras que tenían sentido para mí eran las vocales. Pero resulta que un día mi papá andaba documentando mi vida, ese hombre se dedicó a tomar fotos y grabar cosas que supongo que cualquier otro papá también hace, al menos para tener recuerdos a posteriori.

Andaba con una de esas enormes grabadoras negras, con grandes teclas y que parecían más una radio que grabadora de voz y me pidió que hablara, como siempre he sido tímida no daba señales de hablar, insistió y de nuevo solo su voz quedó registrada, pero se le ocurrió decirme que recitara un poema, pensando en que repetiría alguno de esos poemas desabridos que le enseñan a los niños en el kinder. No fue así. Agarrando el valor que siempre agarro cuando ya me veo acorralada dije... "te voy a hacer un poema papá" y seguido de eso hice alarde de todo mi amor infantil por aquel hombre que yo veía como un enorme gigante bonachón. 

Mi papá ha guardado ese viejo cassette durante más de treinta años, el año pasado le pidió a uno de mis primos que le pasara la grabación a digital, así que descubrí con gran sorpresa, hace unos meses, que lo anda en su versión mp3 en su celular. Me dio ternura la verdad. 

A inicios del año pasado, salí un par de veces con un tipejo... ha sido de los errores de edad media que no me pasan, en realidad no era un tipo agradable y creo que salí (las dos veces que salí con él) por puro compromiso, en fin.. el tipo al enterarse (a través de la amiga que nos presentó) que yo escribo, me dijo algo así como "lo bueno de que un escrito se enamore de alguien es que lo inmortaliza en sus escritos"... quizá el muy desfachatado pensó que le escribiría un poema ¬¬

Contrario a lo que muchos piensan al leer mis poemas de mis bellos años veintes, no le escribía a una persona en particular, no había un hombre que fuera inmortalizado en aquellos poemas. Como dijo Guido (poeta de "El tigre y la nieve") los poemas de amor son los más difíciles, uno puede escribirlos a alguien cuando ya no somos unos muchachitos, cuando sabemos lo que en realidad existe en nuestro interior. 

Yo soy medio "seca" para expresarme en lo habitual, soy gruñona y a veces se me sale el modo feo, muchos encontraran contradictorio esa forma de ser con el hecho de que me guste la poesía, con el hecho de que, cuando he superado mis miedos, pueda acercarme, abrazar y besar a alguien. 

Es justo en ese instante, cuando la persona que me quiere y a quien quiero, me toca, es cuando todas las palabras, todas las emociones y todo el cosquilleo de un temblor que se avecina, toman sentido y bien puedo decir "dame otro beso" o construir un poema para inmortalizar al bigote que roza mi rostro al besarme.

Hoy es día de la poesía y me ha gustado... está gris, pero hay luz suficiente... 
 

La tecnología

Soy de carácter limitado en cuanto a la tecnología... no es que no me guste, es que me abruma... u_u

Al regresar al hogar materno me enfrenté al hecho de que mi laptop estaba arruinada, creo que tenía un virusero terrible debido a las descargas indiscriminadas de canciones de regguetón que mis hermanas realizaban, si no era eso... no me importa, eso quiero pensar.

Antes de entregar la Vaio que me acompañó en Suchitoto, mandé a arreglar a la pobre niña (llamada así por chiquita) y hasta hace poco me la devolvieron... casi nueva porque tuvieron que cambiar un par de piezas y darle en la nuca a TODO lo que ella contenía... TODO.

Lo terrible no es eso... lo terrible ha sido tratar de instalar de nuevo todo lo necesario para estar comunicada. Tengo más de doce horas de estar en el afán de instalar el skype... y nada.

No tengo más remedio que "cortarme la pata"... me largo... iré a ver qué hay en la ciudad.

martes, 19 de marzo de 2013

José

Hace muchos años este día era especial, crecí oyendo de su significado y de todas las metáforas de buenos hombres alrededor de una imagen mítica.

He conocido muchos José's, abundan tanto como maristas... a veces me he quedado un poco cansada de ellos. Ha de ser así, porque a cada José le corresponde una María... y resulta que yo soy una María muy contestona, trompuda y malcriada y las María´s como yo no son bien vistas (a veces).

José... este José en particular es mi amigo, he de confesar que no sé ni por qué es mi amigo, han habido ocasiones en las que nos hemos querido matar mutuamente, no nos comprendemos y nos enojamos. A él no le parece bien mi ateísmo, le parece una aberración mi relación con Miguel y de paso no comprende mi vida trashumante. ¿Por qué me habla?

Admito que me cae mal su religiosidad mal puesta, no comprendo su necesidad de saberse necesitado de afecto y de paso me parece una calamidad su intolerancia hacia ciertas poblaciones. ¿Por qué le hablo?

Es de esos misterios que nunca comprenderé.

Es verdad también que nos hemos apoyado, que hemos sido compañía en soledades descarriadas, nuestros padres han sido fuente de conversaciones a la una de la mañana y en cierto momento, solo

Hace un año tuvimos una discusión y eso marcó el pleito con casi todos los hombres en mi entorno. Ayer nos volvimos a pelear y solo espero que esta vez sea con el único con el que tenga conflictos, siento que no soportaría otro.

Sé que habrán otros José's allá afuera, a lo mejor me falte conocer a un par más, lo único que espero es que no sean como suelen ser todos los Josés... complicados.

¬¬

jueves, 14 de marzo de 2013

"Norte"

Caminaba por alguna calle cuando de repente apareció un gran ventarrón, de esos que te empujan, te llenan los ojos de arenilla y te maltratan... te despeinan y de paso te ponen eriza la piel.

¿No se supone que estamos en marzo? Esto del deterioro de la capa de ozono, el descongelamiento polar y otras desgracias ecológicas están haciendo estragos... ni se han escuchado las cigarras, al menos yo no las he escuchado para nada.

Me enconcho para que el viento no me maltrate, espero a que él pase, que haga el destrozo que quiera hacer, el berrinche o preocupación que quiera expresar, que sea libre, yo solo me escondo un poco para no terminar tan golpeada. Es lo que se me ocurre que es lo menos trágico para mi.

A veces, el norte es como esa persona que se supone que te quiere y una mejor solo se protege un poco, no vaya a ser. 

Espero que todo se calme.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Conmoción

Cada persona tiene distintas formas y razones para conmocionarse. Debo confesar que muchas cosas me conmocionan al día, solo que tuve que aprender a moderar mis emociones y tratar de parecer persona normal, pero a veces no tengo remedio.

Habitualmente no leo noticias, es decir... las leo pero con mi actitud parca, fría y distante. Durante meses me tocó leer noticias y estudios sobre violencia y eso me dejó algo podrido el ánimo, pero de unos días para acá es demasiado y ayer tuve que toparme con una nota en La Prensa Gráfica para recordar eso que tanto me conmociona.

Verán... a mi los niños no me agradan mucho, son ruidos, caretos e inquietos... pero no todos, lo que me hace pensar que al final la culpa no es de ellos, sino de las personas adultas que los rodean que no les enseñan a respetar limites y zonas de juego. Nunca quise hijos, nunca. Ni en los momentos más románticos de mi vida he deseado uno, no al menos como he escuchado que otras mujeres los desean (y de hecho los buscan), siempre fui de la idea que sí tuve la grandiosa dicha de tener un papá bastante decente, por qué no iba yo a buscarle un papá medianamente aceptable a un vástago... por supuesto, las hormonas son unas perras y una vez al año me da por pensar cómo sería tener a un pequeño Farabundo o una Alfonsina, por suerte esto me dura como una semana y la semana correspondiente al 2013 ya pasó. 

Mi mamá tenía mucha razón cuando me contó de sus rezos en un 12 de marzo de hace 36 años, es bien difícil pensar que vas a traer a otro ser humano a un mundo donde no se respetan sus derechos y se abusa de sus debilidades y se les hace daño. Daño consciente y con maldad.

Desde hace ratos vengo leyendo o escuchando noticias aterradoras contra niños y niñas, lo que me dice que estamos acostumbrados a la violencia contra el indefenso. Hace unas semanas, dos hombres entraron a una casa, intentaron violar a una mujer, ésta tiene dos hijos, de 3 y 5 años, al ver el peligro defendieron a su mamá y fueron vapuleados hasta casi matarlos, su abuela quien también fue vapuleada murió días después en un hospital. Ayer supe de un hombre quien dio veneno a sus dos hijos, de 9 y 7 años, el mayor murió, el más pequeño está en el hospital tratando de sobrevivir, si lo logra, al recobrar su vida, su vida no será la misma: sus padres y hermano han muerto. 

Según el registro del Ministerio de Salud, en el 2012, 1,869 personas sufrieron vapuleadas, al grado de ser atendidos de emergencia en hospitales públicos, de esa estadística... 814 tenían entre los 0 y 18 años, es decir... un 43% eran menores de edad. 

Me dirán algunos que muchos de esos menores no eran inocentes palomitas, que a lo mejor se lo merecían, que... mil excusas y razonamientos... pero al final no deberíamos olvidar que los adultos somos los responsables de evitar que estos menores sufran a tal extremo.

Me conmociono, no puedo evitarlo, síndrome de paladina dice mi hermana que tengo y a lo mejor así sea, pero no puedo evitar pensar en tanto dolor en tan pequeño cuerpo. ¿Por qué somos así los adultos? ¿qué garantía tienen los niños y niñas de tener una vida sana y normal con gente tan loca a su lado?

Pienso en Sebastian, está por cumplir 6 años, ha sido corregido, más de alguna nalgada se ha ganado con alguna imprudencia, es inquieto, es enojón (como todo buen Rauda), a veces le da por hacer pucheros, pero  jamás ha conocido la fuerza bruta y la violencia descontrolada y aniquilante, su piel está libre de marcas, sus ojos guardan inocencia aún. ¿Este 43% de niños y niñas golpeados sin medida habrán tenido al menos un día  así, una niñez normal? No lo sé, me gusta pensar que si, pero esa es mi mente tratándome de dar paja. 

Hoy venía escuchando esta canción, que habla de un corazón, sería lindo tener un corazón así, ya adultos, con dudas, pero lleno de amor, sería lindo que estos niños, si han sobrevivido físicamente, lleguen a sobrevivir emocionalmente y puedan acoger tonadas que alivien sus recuerdos, que alivien sus heridas. Sería lindo.

martes, 12 de marzo de 2013

Perdono, pero nunca olvido...

Este día me tocó desbarrancar algunas ideas, formar nuevas expectativas y buscar otra manera de vivir. Todo esto, como se imaginarán no es muy fácil de hace, más de si de decir.

Resulta que es tan fácil olvidarse de todo, mandar todo al carajo y centrarse en el propio ombligo, en la miseria que uno cree vivir, somos tan egoístas, somos tan egocéntricos... "semos malos".

Mientras el Barcelona le ganaba al Milán, mientras se elige a un nuevo Papa en el cónclave en Roma, mientras yo busco un nuevo trabajo, mientras todo gira sin detenerse... mientras todo eso pasaba.. llegó un correo, traía tres canciones incrustadas. 

Empecé a oír la primera y de golpe recordé qué fecha es hoy. Posiblemente para el amplio mundo, el 12 de marzo nada signifique, nada dice a una historia que no es la nuestra. Posiblemente para las generaciones después de los noventas nada conciben sobre este día.

Hace 36 años, en una calle polvorienta, de un cantón refundido en el municipio de Aguilares fue asesinado un jesuita. Rutilio Grande era un cura de pueblo, nada de esos intelecualoides que citan a Zubiri o que formulaban la Teología de la Liberación, él la vivía.

Lo mataron. Con él inició una persecución más cruenta y más descarada, ya la había, pero desde entonces, monjas, catequistas, laicos comprometidos, otros sacerdotes y un arzobispo fueron asesinados. La muerte les vino de diversas formas, pero casi siempre, con balas.

Muchos dirán que uno no tendría que recordar estas cosas, porque resulta puede ser un sinónimo de rencor añejo, de un odio de clases, de un montón de cosas que no son ciertas. Uno no debe olvidar, es la forma de aprender de la vida. Uno no puede olvidar, uno no puede olvidar. 

Tendría unos quince años cuando estaba acorrolando a mi mamá con la pregunta más estúpida que le he hecho en mi vida... ¿por qué vos nunca me hablas de la guerra? A saber qué presión le había hecho ya para ese entonces, que furiosa se me quedó viendo, de esa manera que tienen las mamás de verla a una cuando se es demasiado impertinente. "¿para qué querés que yo te hable de eso? si en el colegio ya suficiente te hablan de eso" me dijo. No es lo mismo, le contesté. Ya cuando estaba más serena me contó que cuando ella venía saliendo del Hospital donde ya trabajaba, un conocido le dijo... "mataron a un cura en Aguilares", ella que toda la vida ha sido católica practicante se conmocionó tanto que lo que hizo fue agarrar para una capilla, entró a la Basílica del Corazón de Jesús, esa iglesia gótica que está ubicada sobre la calle Arce y se puso a rezar.

Por supuesto, le pregunté que para qué rezaba en ese momento, que lo adecuado era tomar otras acciones, otras decisiones, otra forma de vida, "yo no lo hubiera hecho" le dije con el tono más ácido que he tenido desde entonces. "Posiblemente lo hubieras hecho, conociéndote te creo... pero yo fui porque fue lo único que se me ocurrió en ese momento, tenía que rezar porque sabía que venía una guerra y dos días antes me habían dicho que estaba embarazada, me partía el alma saber que te iba a traer a un mundo en guerra". Nunca más le dije nada hiriente a mi mamá sobre el tema de la fe. 

Hay muchas formas de acordarse de las cosas, porque te lo dice una canción, porque recordás lo que estudiaste en un tiempo, porque volvés  a sentir lo que sentíste cuando tuviste fe, porque seguís esperando a que las cosas cambien un poquito para la gente que sigue en el otro lado de la gran brecha social o porque se tiene una mamá que le da a una lecciones (aunque una se crea más inteligente y soberbia) sobre cómo recordar. Porque te das cuenta que siempre se tiene que perdonar, pero nunca olvidar. 

Aceptar y desprenderse

La vida la trae a una como avalancha cuesta abajo.

Nada se concreta, todo se altera, las posibilidades son mínimas y de paso los planes dejan de serlo. Una queda como novia de pueblo... vestida y alborotada.

No es que no haya estado en esta situación antes, por tanto he sobrevivido y eme acá... siendo la que soy, con la tanatada de dudas, experiencias, defectos y cosas buenas. Como ya dije, he sobrevivido a cosas peores. 

Hace exactamente un año, luego de una carta a una organización internacional, denuncié a mis empleadores en el Ministerio de Trabajo y me fui. No tenía nada concreto, solo un pequeño negocio que al final no resultó. Muchas cosas fallaron por mi culpa, otras no. Hubo algo que me tenía con esperanza, esa era la diferencia. 

La diferencia.

¿Qué me da esperanza ahora? ¿a qué me puedo asir? ¿con quién puedo contar?

Son tantas las preguntas y tan pocas mis conexiones neuronales y me repito, me repito, me repito... ME REPITO que no es la primera vez que estoy en esta situación y que saldré bien, que ninguno de mis planes cambiará, que no tengo que tener miedo, que soy valiente, que soy valiente, que soy valiente. 

Pero el asunto no es solo repetírmelo, el asunto es aprender a saberme de tal forma. Sin embargo, hay otra cosa importante en todo este proceso: debo aprender a aceptar las cosas y desprenderme. 

Lo decía bien Charles Darwin, no es el espécimen más fuerte, o el más rápido o el más hermoso el que sobrevive, es el que sabe adaptarse, en mi caso, adaptarme significa eso: aceptar las nuevas situaciones y desprenderme emocionalmente de las cosas, de las circunstancias, de las personas. Saber que las mutaciones son necesarias para que exista vida.

Pueden tacharme de cabrona, tienen permiso, pero en épocas como esta hago el ejercicio diario de pensar, una vez al día, cómo sería mi vida sin mi familia, sin Miguel, sin mis amigas, sin el trabajo que tanto deseaba, eso me da fuerza, como dije... pueden decir y pensar que soy una arpía, está bien. Pero es una forma de darme fuerza.

No es que no los necesite, o no los quiera... es simplemente recordar, que yo no dependo de ellos, puedo convivir con ellos pero no dependo de ellos. Tienen derecho a marcharse tanto como yo lo tengo. 

De momento creo que el pánico está controlado, a lo mejor regrese, pero seguiré dándome fuerzas, seguiré tratando de crecer y compartiré, esta nueva vida, con los que de verdad quieran quedarse. 

lunes, 11 de marzo de 2013

Los golpes que Larsson me ha asestado en dos días.

"... nunca necesitó papeles para saber que era diferente a los demás." (página 270)

"- Ya tienes muchos tatuajes. ¿Estás segura de querer otro?
 - Es para no olvidar - contestó." (página 296)


"Él tenía una capacidad sinceramente fastidiosa para penetrar en sus mecanismos de defensa y engañarla para que hablara, una y otra vez, de sus asuntos privados y sentimientos personales...
Repentinamente comprendió que el amor era ese momento en el que el corazón quiere salirse del pecho..." (páginas 658-659)   

Nota: no dude en leer el primer libro de la Trilogía Millnnium.

Silencios

A mi me gusta el silencio, caminar sin decir nada, apostarme en un sillón y leer en silencio, ver una película en silencio... el silencio es una dimensión cómoda.

Hasta que una especie de silencio se instala, llega y se queda entre mi persona y los que me rodean, como si fuéramos extraños, como si nada de lo que se diga es válido.

Puede ser que me vea cómoda en este silencio, pero no es así, porque no es natural, porque encierra gritos que no se dieron o reproches gestados hace años, ese silencio pesa, arrastra canciones tristes, aleja a las nubes, me pone mal, aunque parezca que vivo en otro mundo.

No es así.

De viernes para acá... todo se está "volteando" y no me agrada...

El libro

Querido Stieg Larsson: 

Donde quiera que estés, quiero escribirte esta carta para agradecerte que hayas escrito.

En realidad no he terminado tu primer libro, voy por la página 418 y he de confesar que sos el primer escritor (en mucho tiempo) que me hace quedarme leyendo todo el día por el puro placer y morbo de ver qué sucede en la próxima pagina de tu historia. 

Dejame decirte que tenías el cerebro bien retorcido como para poder combinar tan bien la belleza de tus descripciones con cosas tan horribles como son las violaciones y los feminicidios; como también la delicadeza de dar vida a Lisbeth Salander. Estabas bien loco.

Te quiero confesar un par de cosas: 
1. Hace como dos años vi tus libros expuestos en algún Sanborns, los vi... los tres... con sus tapas rojas donde tres distintas mujeres vestidas de rojo (también) y con aspecto anoréxico y con esas feas sombras rojas sobre los párpados... hicieron que sintiera repulsión de siquiera tocarlos. Cerrada como soy, te catalogué, gracias a la poca imaginación del diseñador gráfico que se encargó de la portada de la versión en español de tus libros, como uno  de esos nuevos escritores que hablan de vampiros, orgías y otros temas menos importantes para mí. Qué equivocada estaba.

2. El año pasado, justo por estas fechas, más o menos, fui a ver la segunda versión cinematográfica de tu primer libro de la trilogía Millenium, ya sabes cómo es Hollywood... no le tiene respeto a nada y aunque en su momento me pareció una película buena, llena de tormentosa ternura y delirante violencia, no le hizo ni pizca de justicia a tu prosa. 

Te preguntarás, querido Stieg, por qué te estoy escribiendo a estas altas horas de la noche, bueno, resulta que nuevamente tengo insomnio, duermo dos horas al día y entre presiones del trabajo, pleitos con mis hermanas y silencios incómodos con otras personas, me he dedicado a encontrarte y vos te has encontrado con grandes secretos de miles de mujeres que guardamos en el estrecho más escondido de nuestras mentes y recuerdos. Yo no tengo tatuajes, siempre dije que quería hacerme uno, pero creo que ya llegué a la edad en la que se piensa no una, ni dos, ni tres veces... sino muchas veces, hacerse uno. En cambio tengo varias cicatrices. Te confieso que las estoy tratando de quitar, diariamente me aplico un gel muy recomendado contra ellas. 

Pensaras quizás que soy una cobarde o que quiero olvidar. Pero no es así, no... posiblemente no me haga el tatuaje, posiblemente me vaya a la tumba solo con las marcas que ya tengo. Pero de lo que si estoy segura, es que como le sucedió a Lisbeth, siempre habrá algo en mi piel, que me haga recordar. 

Prometo regresar en unos cuantos días, para escribirte otra carta. Es una lástima que hayas muerto tan joven, de verdad te lo digo... al menos me queda la esperanza de leer los otros dos libros de la trilogía. 

Cuidate Stieg... se te empieza a apreciar.

KR

Palabras cortas

"No sé"...
"Tal vez"...
"Pensalo"
"Ok"...
"Si"...
"No"...
Y tres larguísimos "Buenas noches".

No es una sorpresa que me sienta inadecuada o intempestivamente fuera de lugar con las personas, incluyendo (muchas veces) a las que quiero y/o que me quieren.

Cito a Cecilia Vanger "Las relaciones interpersonales no son mi fuerte"... y creo que nunca lo serán.


sábado, 9 de marzo de 2013

5 años

Son 60 meses, 240 semanas, 1,825 días 43,800 horas, 2,628,000 minutos, 157,680,000 segundos.

El tiempo es solo eso... tiempo. 

Por lo general nunca había pensado tanto en el tiempo y menos (lo confieso) si es un tiempo compartido con otra persona. Pero en algún momento tenía que pasar. No es ahora, no es mañana, ni el otro mes, todo puede cambiar (para bien o para mal), todo puede seguir igual. Cumplir mis metas y objetivos sin pedir ayuda, no detenerme ante los obstáculos, aunque parezcan enormes.

El tiempo es eso... tiempo.

Nunca lo había visto así, pero está pasando rápido, de manera contundente e inmisericorde. Hoy se lo comenté a él, dice que soy una paradoja andando, y es posible que así sea, es posible que nunca cambie al final y siga como ahora, puede ser que la normalidad solo me haya estado asustando sin motivo, puede ser... puede ser...

El tiempo es eso... tiempo.

Yo no dejaré de ser la que soy, no puedo reclamarle nada a la vida, la he vivido como se me ha antojado y eso me satisface. Puede ser que siga acá conmigo, puede ser que se marche, puede ser que él lo decida, puede ser que yo sea la que me marche. No lo sé y tampoco lo sabe él.

El tiempo es eso... tiempo.

Hace un año tenía otro panorama, hace un año redactaba, veía a otras mujeres, estaba sana (o al menos lo pensaba), me sentía fuera de lugar, inadecuada para toda ocasión y sola, otras personas me rodeaban y me proponían otras ideas, intercambiaba inmensas cadenas de mails con un desconocido, me arriesgaba.

El tiempo es eso... tiempo

viernes, 8 de marzo de 2013

Tengo una amiga

Le debo un almuerzo, un consejo y varios abrazos. Resulta que soy una tosca y a veces no sé qué palabras decirle para aliviarle un poco los dolores cotidianos y saber estar. 

Tengo una amiga que me ha escrito varias veces, tengo más de un año de no verla, con ella y otras chicas nos íbamos a tomar cerveza y a hablar sobre los hombres, pero no en ese tono de "todos los hombres son iguales", no ... créanme, hablábamos de la forma más adecuada para quererlos sin salir dañadas. Ella siempre daba los mejores consejos.

Tengo una amiga que colecciona nubes, es mamá bien "pro" y anda afligida cuando yo le cuento que no me siento bien, que ando triste o que me ataca el desánimo. Es una amiga bien linda porque ama las palabras y las suelta al viento. 

Tengo una amiga me llamó una noche, quería que fuéramos a vagar como lo hacíamos hace años, me esperó y esperó pero al final tuvo que partir, hoy, sin mi. Sé que ya no he coleccionado recuerdos con ella y soy una ingrata porque debería haberlo hecho. 

Tengo una amiga que vive frente al mar, siempre me invita, me dice que llegue, su hijo ha de estar enorme, siempre me deseó lo mejor, era cariñosa y estaba pendiente de que comiera cuando trabajábamos en los cantones incrustados en laderas de Ciudad Arce.

Tengo una amiga... aún digo que es mi amiga... a veces la extraño, extraño las risas que solo con ella podía tener, la conocí cuando éramos unas niñas y su partida, aunque a veces necesaria, me parece que sigue siendo una piedra en el zapato de mi corazón. Ella, la música, colocha y chelita... se fue en marzo, hace un año.

Tengo una amiga... varias, a las que admiro por diversas razones, aunque no se me note, pero es cierto... nunca lo digo, nunca se los he dicho... posiblemente algunas ni me creerían esto que escribo, pero es cierto. A veces pienso que ellas son mucho más fuertes y valientes de lo que yo he sido, aún contrariando lo que ellas piensan de mí. 

Música para este día

o... cómo las mujeres me gustan cuando cantan... porque...



¿y si dios... fuera mujer?




Porque mi más reciente teoría es que no tuve hijos porque el mundo no estaba preparado para mi forma de maternidad...




Porque no espero mucho, ni demasiado... todo lo que necesito para respirar, ya lo tengo



Because.... "you know i love when the music is back... " ejerzo mi derecho a la música, a la alegría, a las lágrimas cuando me dan la gana, a decirlo cuando estoy enojada, pero sobre todo... a caminar bajo la lluvia.



Porque reconozco la presencia de una extraña clase de amor en mi vida .

Soy mujer

Lo determina mi cuerpo, la primera socialización, que le indicó a mi madre que yo debía usar vestiditos blanquitos con ruedo rizadito, dejarme el cabello largo y yo debía ser tierna y delicada. Y si lo soy (tierna y delicada, no siempre pero si lo soy), también soy mujer, no solo por como me veo, ni la primera socialización, por mi educación y mi des-educación, por cómo me han tratado los hombres, por cómo me han tratado otras mujeres a lo largo de treinta y seis años.

Soy mujer porque, además, defiendo mis derechos, mi derecho inalienable de que se me respete, de defender causas que considero justas, porque admiro a otras mujeres que, antes que yo y de manera más irreductible, alzaron su voz desde una fábrica, un alambrado o una trinchera para que en mi generación no dependamos de un padre o de un hermano o de un marido. 

Soy mujer porque disfruto de mis amigos hombres, gozo profundamente de mi sexualidad y busco respuestas concretas y claras a una enfermedad en mi útero. Soy mujer porque soy hija y no soy madre y eso no me hace menos mujer, no me reduce, no me es problema. Soy mujer y es una delicia hablar y convivir con otras mujeres. Cada una, desde las intelectuales hasta las amas de casa, desde las científicas, las brujas y las soñadoras me han heredado sabiduría que cualquiera podría tener, pero que yo poseo y eso me enriquece, como a tantas millones de mujeres. 

Soy mujer porque jugué juegos de niñas cuando fui niña, porque deseché la idea de leer "literatura para mujeres" y también porque admito mis errores. Porque el mundo es hermoso y porque es terrible también, porque lo veo y no me asusto, porque me gusta ser mujer, me gusta ser esta mujer que soy, con mis terribles demonios, con mis virtudes y mis debilidades, mis fortalezas y todas los besos que le regalo a Miguel, por las caricias que le prodigo a mi amor principal cuando le cuento un cuento para dormir, porque escribo y porque analizo realidades, porque creí y descreí. 

Soy  mujer, no por este día, sino porque el día que fui concebida hubo una mágica forma de combinarse los genes de mis padres, porque la historia me determinó, lo soy con todos mis  miedos, con todas mis fantasías, con todos mis problemas y sus soluciones, con mis carencias y mis riquezas, soy mujer porque así tenía que ser, porque así lo he decidido, porque si. 

jueves, 7 de marzo de 2013

La historia a veces es complicada.

Por una parte, la libertad de un pueblo latinoamericano está ligada a una palabra tan negativa. NO. Eso, cualquiera lo podría interpretar como una forma circunstancial de enfado con la vida. NO.

La historia de los dictadores de esta región encantada es tan diversa, es tan llena de asombro. Pinochet quería perpetuarse en el poder, como todo militarón, pero por presiones de política exterior tuvo que llamara  a un plebiscito, para "dar un espacio" a una mal trecha democracia y seguro de que ganaría, dio 15 minutos a la oposición para hacer su campaña. 

Es esa la base de la película NO. 

La vi hace unos días ya y me sorprendió en varias formas: primero porque su director tuvo la delicadeza de hacer real hasta el soporte técnico con el que filmó la película, usó cámaras de la época para que el resultado de la cinta fuera veraz al contexto. Por supuesto, de las otras cosas que me sorprendieron fueron las buenas actuaciones y un Gael García Bernal cada vez más adulto y menos sexual, más creíble, un padre soltero y un hombre creativo, capaz de comprometerse con una locura. 

Pero lo que más me sorprendió es lo que en realidad pasó. Creo que en mi memoria no hay registro de ninguna campaña publicitaria que con todo en su contra pudiera ser tan exitosa como el NO que dieron los chilenos al gobierno de Pinochet y que, como consecuencia, llevó a ese pueblo a elecciones presidenciales democráticas y con ello, a una transición a gobiernos de izquierda en el cono sur.

En lo personal, solo escuchando "Carmina Burana" de Carl Orff he logrado vibrar ante algo tan negativo, hasta ahora. Inevitablemente pensé en @FlorsyPower y su Manifiesto del No, en el que nos recuerda lo que ya vivieron los chilenos, nuestro derecho inalienable de no dejarnos joder por otros. El derecho antiquísimo que cada uno tiene de decir NO. de plantarse en una posición que busque el beneficio, no solo individual sino colectivo de un futuro mejor. 

La película estuvo nominada para el Oscar a mejor película extranjera, por supuesto, no ganó. Pero igual se las recomiendo. Hay algo en esta película que es hermoso y llama a cualquiera a decir NO y a esperar mucho más de la vida, aunque todo parezca en contra. 

miércoles, 6 de marzo de 2013

Haiku

Muchas debilidades poseo como profesional de la literatura, encasillada como soy, me quedé en el disfrute y el análisis de la literatura latinoamericana, no sé si es por herencia cultural o por simple asombro de la historia de este territorio, pero así es. 

Esta noche, hablando con Miguel me preguntó algo sobre los "Haiku", a lo que me quedé sin responder, simplemente porque no sabía de qué me estaba hablando, el pobre hombre intentó explicarme que son una especie de poema japones. Se lo confesé... no tenía ni idea de lo que hablaba. 

Me sentí bastante "inútil" como dice él, luego nos metimos en otras discusiones periféricas, pero de lo que si estoy segura es de algo... si no lo sé... lo investigo. Así soy. Como dijo Tatiana ayer... "necesitas leer y entender las cosas, es así como funcionas", quizá por eso es que cuando leo las cosas (y a veces cuando las escribo también) es que en realidad asumo y hago propia cada cosa. 

Si, los Haiku son una forma poética tradicional japonesa, compuesta por 17 moras (forma más sencilla que las sílabas en nuestro idioma, por lo que sospecho que son fonemas...) dispuestas en 5, 7 y 5 versos. Por lo general está ligado a la contemplación de la naturaleza. 

Sí, nunca he leído un Haiku... soy ignorante en es aspecto, pero leyendo lo que son y la emoción que generan en quienes lo leen, a pesar de lo cortos que son, imagino que han de ser como el mail que hoy encontré. 

Era corto, mínimo, con tres líneas, que podríamos decir que son versos... estaba olvidado en mi carpeta de entrada y tiene como 8 meses de edad... no nació siendo poema, pero esta noche llegó a serlo.

Esta nueva forma de Haiku que ha estado en mi correo desde julio pasado dice:

"Llueve acá... 
quisiera estar acostado a tu lado 
y darte un abrazo"

Yo no sabré mucho de Haiku's y literatura japonesa, no sé de muchas cosas en realidad, pero algo si sé... la lluvia es mejor con tus letras. 

martes, 5 de marzo de 2013

La expo

El jueves pasado me llegó una invitación a la inauguración de una exposición de arte. Desde hace cuatro años me llegan y aunque en el 99.99% de las ocasiones las ignoro y las mando a la papelera... esta vez fue distinto, tanto así que hasta le dije a Miguel que me acompañara al evento.

Sé que me he perdido muy buenas obras, me he perdido buenos inicios de artistas contemporáneos, he perdido mucho tiempo fuera de un ámbito que, no solo me gusta, sino que (digo yo) logro apreciar con respeto. El problema ha sido mi incapacidad para dejar atrás cosas que ya pasaron. Tonta de mí. 

Pero como una vez me dijeron... "todos los nuncas se llegan", así que esta tarde me alisté para ir, me fui con tiempo por aquello del terrible tráfico que rodea a la "isla" donde vivo con mis papás y hermanas. 

Llegué antes que Miguel al lugar, pensé en adelantarme un poco y saludar a la organizadora porque después, cuando ya el evento está en apogeo... no hay manera de atender a todo mundo, entré al lugar... y estaba todo solo, sin obras, sin gente... o_O

Por supuesto, pensé que me había equivocado de lugar, hasta le di crédito a las dudas del hombre ese que me besa... me recriminé por la confusión y hasta pensé... "voy a esperarlo y ya luego nos vamos al lugar donde si es..." para confirmarme el lugar, abrí el correo desde el celular y vi la invitación... No me había equivocado de lugar... me equivoqué de día. u_u 

(INSERTE MOMENTO DE SILENCIO INCÓMODO)

Ya qué más da! 

El mundo del arte plástico aún no está listo para mi re-inserción.

Rico estaba el café que nos fuimos a tomar con Miguel.

El dios tecnología...

Hace meses @FlorsyPower me enseñó la página de unos talleres literarios on line: Fuentetaja. Estuve buscando, leyendo y tratando de contactar. Pasó.

Hace poco más de dos meses me cayó una invitación de Fuentetaja... era para escribir un relato corto con el tema "El dios tecnología". Conociendo mis debilidades en varias áreas pensé que escribir de tecnología no es lo mío, pero se lo comenté a Miguel, quien es loco gadget... me dijo que escribiría algo y lo enviaría, de paso me animó a que hiciera lo mio, confieso que escribir el dichoso relato fue algo "complicado" para mí, pero lo logré y los enviamos.

Fueron enviados 590 participaciones, de estas, se seleccionarán 25 que pasarán a jurado para sacar a los ganadores.

La primera fase es de lectura y puntuación, es decir, desde el 20 de febrero al 10 de marzo... si solo faltan CINCO DÍAS... la gente puede leer y votar por los relatos que gusten... la puntuación va de 1 a 5.

Ya los había invitado a leer, pero los veo lentos ¬¬ así que acá están de nuevo nuestros links para que puedan leer y puntuar nuestros relatos.

KR: http://www.clubdeescritura.com/convocatoria/ver/dios-tecnologia/354
Miguel: https://www.clubdeescritura.com/convocatoria/ver/dios-tecnologia/334

También les dejo el link general, porque la idea es que podamos leer no solo uno o dos relatos sino diez.
Todos los participantes: https://www.clubdeescritura.com/convocatoria/participantes/dios-tecnologia

Me parece que este tipo de iniciativas pueden llegar a ser valiosas, no tanto por ganar un premio, sino para perder la "pena" de publicar y para ejercitar la escritura y la lectura.

Gracias por darse una pasadita por allá.

domingo, 3 de marzo de 2013

Entender

Hay muchas cosas que no entiendo... ignoro tantas cosas, que... parafraseando... podría escribir una enciclopedia con todo lo que ignoro.

En parte eso es bueno, no saber ciertas cosas... es un ejercicio invaluable para sorprenderse. Una sabe que está viva si hay cosas que la sorprenden a diario.

Entre todas las cosas que trato de entender, debo clasificarlas en dos áreas: conocimientos y personas. Los conocimientos son todos esos datos, hechos, historias y sabidurías heredadas desde antiguas eras. Las personas... esa clasificación son simplemente las reacciones de los que nos rodean.

La clasificación que más problemas me ha dado es... personas. 

Por ejemplo, he tenido que pasar días y/o semanas en amplia observación de los que me rodean (familia, amigos y pareja) para "saber" qué dicen, cuando no dicen nada... entenderlos. 

Como cuando mi mamá dice que irá al super mercado sola y regresa renegando de que fue sola... ¬¬ ¿qué pasa ahí? Por suerte, aprendí a leer esas reacciones-acciones de ella y ahora nos evitamos conflictos y habladas. 

Por supuesto, tratar de entender a la gente, a vece, tiene su recompensa en cuanto a los demás a veces hacen el intento de entenderla a una... no niego que entenderme es un poco complicado, tanto que a veces, ni yo sola me entiendo... no me da pena decirlo, es una forma de aceptar mis carencias y tratar de resolverlas.

¿Cuáles son mis "señales de alarma" para cuando sé que algo no va bien con otra persona? Cuando en medio conversaciones aparecen frases como "es que es complicado", "no me molesta... pero...", "en serio, no hay problema..." Es como si un foquito imaginario y rojito se encendiera en la esquinita superior derecha del encuadre de mis ojos... es una verdadera señal de alarma, porque después, tarde o temprano, esas frases ya  mencionadas, rendirán los frutos en un  monumental regaño y/o reclamo.

Qué vida esta!

Este domingo, a parte de tratar de entender a los demás, de entenderme a mí misma... sumado a todo ese trabajal, me metí a tratar de entender lo dicho por mi doctor este viernes. Fue tan difícil. Porque resulta que el muy bandido dice todo como si de tomar botonetas se tratara y no... no es así.

Trato de entender, sacar un par de conclusiones y agarrar el teléfono y comunicar una decisión precisa y calculada, pero es imposible por una tan sola razón: No logro entender, ni los procedimientos, ni las causas, ni a mí misma. 

Después vendrá otra consecuencia de todo esto: entender lo que la gente que me rodea va a decir. 

sábado, 2 de marzo de 2013

Sábado... otra vez.

¿Soy yo o las semanas están pasando rápido?

No sé que se me hicieron los cinco días de la semana que va terminando y eso que he pasado bastante quieta en casa de mi madre...

No hice ni la mitad de las cosas que dije que haría... quizá me estoy ateniendo al saber que tendré tiempo la próxima semana. No vi a qué hora se fue febrero, no vi a qué hora se me pasó esta semana.

Lo bueno de los sábados es soltar todo... informes, poemas, crisis, aburrimientos, guías, grabaciones, conflictos, desastres naturales y todo lo que (a veces) me quita la paciencia. 

No es que los sábados sean fuera de este mundo, porque al final hago lo que todo mundo hace en una habitualidad casi encadenada, muestra de ello es que termino en lugares con más personas que hacen exactamente lo mismo. La vida no me cambia, siguen los problemas ahí cuando regreso de los sábados, las palabras me esperan para ser escritas, me esperan los nuevos amaneceres para correr como locos. Lo diferente de estos días, de los sábados, es que te materializas a mi lado. 

viernes, 1 de marzo de 2013

Futuro

No podemos negarlo, todos tememos al futuro. Quizá sea porque no sabemos qué es lo que hay ahí... porque una puede hacer muchos planes y decir que hará ciertas cosas... y si, realizamos esos planes, pero no sé si a ustedes les ha pasado, pero a mí si... cuando a medio camino de dichos planes, una se pone a pensar si es lo mejor. Miedo.

Para mí ha sido tan simple como pensar que el futuro no pasa de unos cuantos meses adelante. Nunca he hecho planes a largo plazo. Mucho se me ha criticado por ello, sin embargo... a mi me ha resultado como una forma de evitar frustraciones o derrotas demasiado grandes. Puede afinar su puntería y lanzarme su peor mirada, pero es cierto. Soy cobarde. 

Me gusta solucionar mi futuro que radica en esperar el fin de semana para ir , o quince días planificando una salida de la ciudad o un mes preparando un procedimiento médico. No puedo hacer planes largos. Bueno... no es que no pueda, no he querido.

Pero un día, sin tanta gracia y preámbulo, él me dijo "deberíamos de..." y yo me quedé pensativa. Logró captar mi atención y eso es bueno. Todo está en su estuche de "idea" aún, ahora que tengo un poco de tiempo "libre" me he dado a la tarea de averiguar cuestiones monetarias, hacer cálculos y soñar que se puede y que todo está en encontrar una factibilidad para esta idea. 

Yo no sé que trae el futuro, no me importa mucho en realidad, lo que si sé, es que en mis futuras dos horas próximas... iré al banco. Solamente.