viernes, 28 de junio de 2013

Esperar

Siempre he pensado que un buen remedio para mi impaciencia y para mis tristezas sin sentido es cocinar. 

Es como si algo se instalara en mi interior y mis manos empiezan a fabricar cosas que pueden nutrir a otras personas. Creo que al final es eso... la sensación de poder hacer algo para las personas que son importantes para mí. 

En este caso, nosotros no celebramos ningún aniversario, ni cosas por el estilo, pero esta noche viene a cenar Miguel y yo me dispuse a cocinar desde temprano, pensé qué le podría gustar... antes le había preguntado... pero en una desmarcada espectacular me dijo que yo decidiera. Como si eso fuera fácil. 

Acá estoy, a un par de horas para que él llegue, tengo un reguero de verduras frente a mí, están esperando su turno para ser salteadas mientras la carne está cocinándose en la única sartén que tengo. Y me parece maravilloso como conviven el zuquini con los tomates y el ajo... así como se combinan las cebollas moradas con los hongos... estos dos últimos caramelizados por una sabrosa sidra de manzana. 

Y se acercan las papas con cilantro y otras cosas que servirán para saciar un hambre que no es de estómago nada más, tal vez sea demasiado ingenua a mis 35 años, pero siempre he creído que compartir los alimentos genera lazos, establece vínculos y de paso... me recuerda que no estoy sola y que... aunque sea impaciente... todo tiene su tiempo de cocción y hay que esperar para todo esté mejor.

jueves, 27 de junio de 2013

Las mujeres y la política

En esta semana he visto las noticias... hasta de más... estoy algo aturdida por la cantidad de conflictos en el escaño político del país... que si dijo, que si no dijo, que se disculpa por el lenguaje y no por lo dicho... que si es táctica sucia, que si madrugones, que si mil cosas...

Entre las muchas cosas que sucedieron esta semana en Asamblea Legislativa es que se aprobó la ley sobre la lactancia materna.

Me van a perdonar la desfachatez... pero a mi cada vez me da más risa este juego en el que los hombres deciden sobre cuestiones que competen a las mujeres. Temas como el aborto, la educación sexual, los métodos anticonceptivos y ahora... el derecho sobre la decisión de qué darle de comer a los hijos e hijas en los primeros meses de vida. ¿No les parece que sería bueno contar con opiniones de las diputadas, por ejemplo? Es engorroso oír hablar a Vaquerano (macho opresor) sobre algo que desconoce.

La ley promulga que se de solo pecho en los primeros seis meses de vida del bebé... me parece bien... pero ¿existen las condiciones sociales y laborales para que eso sea posible? Durante el 2011 pude participar en una consultoría de la OIT sobre los derechos de las madres trabajadoras. Ahí se empezó a gestar un poco la ley actual, el asunto es que nos dábamos cuenta en ese entonces que hablar es bien fácil.

¿Cómo una madre que solo goza con 3 meses de incapacidad post-parto podrá amamantar a ¿ su crío durante seis meses? ¿Las empresas y las instancias gubernamentales abrirán las guarderías para los hijos de estas madres para que ellas puedan amamantarlos al menos cuatro veces en sus jornadas laborales, además de no hostigarlas sobre el tiempo que ese proceso requiere? ¿Qué sucederá con las mujeres que simplemente no producen leche? ¿O con aquellas que por cuestiones médicas no puedan dar de amamantar? ¿Al fin darán asistencia seria y profesional a mujeres que sufren depresión post-parto?

La ley contiene vacíos grandes, hacer consulta no es tener un par de entrevistas con oenegés dedicadas al tema, va mucho más allá, tiene que haber un estudio exhaustivo en de lineamientos sobre los pasos a seguir, además de equiparar la compañía y empatía del padre.

Al final yo me quedo con una sola interrogante: ¿Hasta cuándo van a consultar a las mujeres sobre las leyes y asuntos que nos corresponden? ¿Hasta cuándo las mujeres que están en la Asamblea (no importando su partido) serán consultadas (todas) sobre los menesteres femeninos?

No hay mujeres en la política... y existe demasiada política con respecto a las mujeres.

La delicia de vivir sola

Debido a que ayer terminé un proyecto, decidí tomar un tiempo de relax... es cierto que otro trabajito lo llevo en un ritmo inapropiado, pero me daba chance de levantarme a las 8 a.m.

Pensé que sería rico amanecer acostada sin el estrés de salir corriendo a la hora pico junto a cientos de capitalinos que se dirigen a sus lugares de trabajo o estudio. 

Tonta de mí. 

Una noche antes no cené bien, porque así soy yo... cuando el hambre me abandona no como bien y como a deshoras... resultado, a las 5:30 desperté con hambre. ¿Cómo es posible que me de hambre a esa hora? ¿Por qué no esperó mi estómago al menos hasta las 7:30 para rugir?

Me levanté e hice primero un inventario de los alimentos en mi casa: latas de atún, sardinas, curtido, leche, cereal, avena, huevos, verduras varias... qué hueva. 

Me decanté por hacer leche con avena... tenía días de no tomar/comer quaker. La preparé y debido a mi estado casi sonámbulo no me percaté cuando la leche empezó a subir en la ollita. Dos minutos después me tenían limpiando la cocina y lavando los trapos ¬¬

Como ya estaba levantada y el sueño se me fue con la cólera de la leche, me senté frente a la compu, después de todo, informarse es lo necesario en mi vida... empecé a revistar las ediciones on-line de los periódicos.... recomendación... no lo hagan en ayunas... no se imaginan lo triste que resulta leer malas noticias y de paso mal redactadas. 

Empecé a ver si me concentraba para empezar a escribir y tuve que aplicar mi técnica de leer más para alejar el síndrome de la página en blanco. En eso se conecta mi hermana... empezamos a chatear y a enterarme de las nuevas noticias familiares que van desde enojos, despechos y abandonos (y que conste que en ninguna estaba involucrada yo). 

Como la hueva existencial es grande, el sueño fue apareciendo a eso de las 7... pensé que no era mala idea subir y tomar posesión de mi confortable cama... y eso hice... estaba agarrando puesto cuando a lo lejos escuché una campanita... no me inmuté... cuando de repente recordé que ahora vivo sola y que la basura no sale por arte de magia para que el camión se la lleve. Abrí los ojos y en un movimiento rápido y sagaz encontré mis ginas y salí corriendo a la primera planta.... casi me mato debido a un tropezón en las gradas y dejo embadurnada mi humanidad en la ventana... me recuperé rápido del susto y sigo hacia el baño, la cocina y agarro las bolsas de basura... llego a la puerta... y... ¿y las llaves?

Aquella maña de ponerle llave a la puerta cada noche! ¿¿¿dónde están las putas llaves??? El camión de la basura se oía más cerca ya... hice esfuerzo mental de pensar dónde dejé las llaves una noche antes, subí a mi cuarto y estaban justo al lado de mi cama... vuelvo a bajar (ahora con cuidado) y empiezo a sacar llave, pude sacar la basura justo a tiempo. Ahí estaba yo... en pijama en plena acera a las 7:30 a.m.

Entré y vi la compu abierta... decidí servirme un poco más de avena con leche y sentarme a escribir, al fin y al cabo ya se me había espantado el sueño de nuevo. 

Me amenizo el momento con música de Johnni Cash... pienso que yo habría sido una de sus mejores fans si hubiéramos coincidido en tiempo y espacio.... ¿de dónde me viene pensar eso a esta hora? En eso aparece conectado Miguel, nos saludamos y como casi siempre, empezamos a tener una de esas conversaciones raras y convulsionadas que incluyen temas como: sociópatas, asesinos en serie, economía nacional y otros monstruos. 

Si... es lindo vivir sola... pero a esta hora ya me empezó a dar sueño de nuevo, no me he bañado, me empezó a doler el estómago por tanta leche consumida y sigo en pijama... buenas noches. 

martes, 25 de junio de 2013

La carta

Desde que me mudé a San Salvador los días han sido como medio movidos y gracias a la compañía de Miguel y Emmety no he sentido tanto el golpe de la soledad familiar. 

Puede parecerles extraño, pero si... extraño a mi familia, en especial a Sebastian y su imperante necesidad de preguntar cosas y de contarme qué aprendió en el colegio cada día. 

Esta mañana mi papá pasó a visitarme, oficialmente era de madrugada aún cuando llegó a dejarme algunas cosas que pensó que me servirían en esta aventura de vivir sola. 

En medio de discos que había olvidado, medicinas rezagadas y aritos impares... venía un pequeño papelito, clásico trozo de página de cuaderno escolar. Contenía la inequívoca caligrafía de mi sobrino. Sebastian, tal como pasó cuando aprendió a hablar, está redescubriendo toda la magia de las palabras, ahora que ha aprendido a escribir. 

La carta era sencilla... práctica y sucinta... como él... "Karla: te extraño y te quiero"... solamente. 

¿Qué puedo pedirle a esta vida? Si ya se me ha dado todo para seguir adelante. Por supuesto, hay detalles técnicos y capitalistas que resolver, pero ese tipo de cosas... no son nada en comparación a esa carta con letra infantil que me deja feliz de vivir, feliz de quererlo tanto a él y al resto de la familia. 

Yo también te quiero y te extraño Sebastian y te mando todo mi amor.

La llanta

¿Cuántas mujeres son necesarias para cambiar una llanta?

Cuanto tenía 14 años le insistí tanto a mi papá que me enseñara a manejar que accedió con una sola condición... debía aprender a cambiar una llanta pacha, porque según sus propias palabras: "Ninguna hija mía va a estar a medio camino esperando a que un idiota la salve". Así que pasé casi un año cambiando cuanta llanta pacha se me puso enfrente. 

Durante mis gloriosos años 20's mis amigas fueron felices porque en cuanto tenían una llanta pacha y si yo estaba cerca, no tenían ese dolor de uñas para salir del apuro. 

Lo irónico de todo esto... es que nunca he tenido carro.

Anoche nos quedamos con Emmety y su hermana en una "noche de chicas" ahí estábamos cenando y chistando hasta la hora en la que nos dispusimos a regresar a nuestras respectivas casas. Cuando salimos, nos dimos cuenta... la llanta estaba pacha... pero no vayan a creer que le faltaba aire... nooooooo... totalmente pacha, con el rin rozando el piso.

No quiero hacerles largo el cuento, en resumen... tuvimos que usar tres micas, dos llaves cruz, tres mujeres, una cachorra y un buen vecino de la Emme surgido de la nada una hora después de estar luchando por cambiar la pinche llanta. Fernando, desde Guatemala y vía teléfono solo hacía lo que me papá hacía cuando me estaba enseñando a cambiar llantas: regañarnos y reirse. 

¿Cuántas mujeres son necesarias para cambiar una llanta? Respuesta: ninguna, porque luego de una hora de lucha, cansadas, chucas y sudadas, un tipo llega y con un medio empujoncito de macho aflojó la cuarta tuerca y cambió la llanta en menos de cinco minutos.

¬¬

Bien feo sentirse medio inútil. 

lunes, 24 de junio de 2013

Noche de San Juan

La más corta de todo el año, la más calurosa...
la que se llena de estrellas y espanta el dolor.
Noche de luna llena, luminosa y redentora.

Noche de San Juan,
donde la traicionada es la rutina,
donde se encuentra tu piel con la mía,
donde los gemidos nunca terminan.

Vago a la deriva de esta noche,
jamás comprendí porque solo es una vez al año,
constituyamos muchas noches como esta,
desboquemos a nuestros propios tiranos,
desatemos a las quimeras.

Noche de San Juan,
para decir no termines.

El Celular

“El verdadero lujo del siglo XXI es ser anónimos,
ilocalizable y que nade te pueda espiar.
Pocos pueden vivir así.
Y lo primero que hay que hacer es perder el celular. “
Jorge Ramos. Prensa Grafica, domingo 23 de junio de 2013.


Hace unas semanas decidí cerrar mis cuentas de facebook y tuiter. Por varias razones, más bien de lobbie político tuve que reabrir la de Face y abrí una cuenta alternativa de tuiter, en la cual no aparecen ni siquiera mis iniciales.

Jorge Ramos, periodista de CNN y columnista para varios periódicos a nivel nacional contó ayer que estaba en vacaciones en Venecia, Italia cuando por contestar una llamada que pensó que sería urgente cometió un error: dejó caer su celular en uno de los canales de la ciudad de los 400 puentes.

Pasó una semana sin celular.

La reflexión que realizó iba en la línea de cómo el gobierno norteamericano justifica su espionaje de celulares y computadoras para evitar nuevos atentados terroristas. Cada pueblo tiene lo que quiere. Supongo que es un mal necesario para ellos.

Pero fuera de eso me quedé pensando que mis tres semanas sin redes sociales fueron muy buenas, posiblemente pudiera cerrarlas de nuevo y nada cambiaría. Pero me pregunté si podría volver a vivir sin celular. Recordé cuando no lograba acostumbrarme a esos aparatos y me costaba tener uno conmigo. 

Ahora siempre está ahí. Como un intruso.

Ayer que salimos a caminar con Miguel, habíamos caminado unos metros de la casa cuando recordé que no llevaba mi teléfono, me regresé porque pensé que mi papá podría llamarme mientras caminaba con “él”.
Qué tristeza más grande. No poder vivir sin celular, luego pensé que sería lindo volver a no tener cómo contactarme, luego pensé en el trabajo, en la pareja, en mi familia… yo tengo que estar atenta si alguien de ellos quiere hablar conmigo.

¿Cómo era cuando nadie tenía celular? Cuando teníamos que ser puntuales, cumplidos y responsables en las citas, encuentros y planes. Parece que nadie lo recuerda ya.

Hemos perdido autonomía, somos dependientes de un aparato que para colmos ahora no solo sirve para hablar, sino también para chequear y responder mails, llevar cuentas de los meses y reuniones, enviar mensajes instantáneos y para colmos ahora sirven para que nos espíen o nos extorsionen.


A veces quisiera perder mi celular y no encontrarlo nunca más. 

jueves, 20 de junio de 2013

El descubrimiento del día

Más bien es el re-descubrimiento de la época... es difícil ser mujer.

No es ganas de victimizarme, es ganas de reírme un poco de las cosas serias de ser mujer. El tiempo es inmisericorde con todos, pero cuando el tiempo pasa facturas personales es mejor agarrarlo con calma y con un poco de humor. 

Encontré esta campaña de un jabón que nos hace caer en la cuenta de que esta vida, por más podrida que parezca... un piropo siempre cae bien. 



 o que siempre hay una cosita que se llama reloj biológico.


Emmety

"-Mira... mira.... si tenés miedo o tenes problemas 
vos grita ¡SOS!  y yo vengo a ayudarte
 - dirás que grite... ese, o, ese...
 - si... por eso... vos gritá ¡SOS!"
(Diálogo de dos niñas en la obra... "La Ruta de las Latas")


Hace exactamente un año la conocí. Hace un año muchas cosas estaban cambiando, junio siempre ha sido así... desde que tengo memoria, las mejores personas llegan en este mes y las mejores experiencias también.  

Dirán que estoy loca, a lo mejor; pero es gratificante estar loca con gente linda al rededor. 

Emmety es una chica bastante joven, dedicada a tres pasiones fundamentales: sus estudios, el teatro y construir un hogar con Fernando, su copiloto.

Resulta que  hace un año estaba a punto de irme  a vivir/trabajar a Suchitoto y con una de las personas que trabajaría era con ella, al inicio todo fue caótico... los talleres que dábamos sobre prevención de violencia nos jugaron chuco y fuimos víctimas de la violencia en un municipio ahí por Olocuilta. 

Pensé que luego de esa fea experiencia nunca la volvería  ver, pero no fue así, de hecho... la escuela le ofreció un puesto fijo y se mudó a vivir con mi jefa y conmigo, las tres alquilábamos una casa pero en realidad quienes pasábamos más tiempo ahí éramos ella y yo. 

Tiene la particularidad de la bondad, a veces me he preguntado de dónde le sale tanta, en serio... es que en este mundo tan horrible encontrar a alguien como ella es casi un golpe de suerte. Para mí lo fue.

Pasé un tratamiento a su lado, me ayudó y me cuidó, cuando me dio zóster me untaba crema y sábila todas las noches en la espalda, me cocinaba y calmaba mi llanto cuando me daba por llorar (por diversas razones) durante noviembre y diciembre. Fue un consuelo absoluto.

Tocó regresar a San Salvador y creí, de nuevo, que nuestras nuevas rutinas nos alejarían y estaba dispuesta a esa lejanía con resignación... pero no fue así. Comprende tanto mi estilo de vida nómada que hasta me dio una llave de su casa y me lo dijo: aquí podes venir el día que querrás, a la hora que querrás, este puede ser tu refugio. ¿¿¿Quién en esta vida anda haciendo eso??? ¿¿quién?? Creo que solo ella.

Y fue así. en su casa se sufragó la mudanza que he tenido el fin de semana pasado, me ayudó y cuando supo que estaba con una fuerte gripe hizo lo más humano posible: bajo la tormenta... me trajo un plato de sopa caliente y tres sobres de antigripales, atrás de ella estaba Fernando sosteniendo el paraguas. 

El ser humano tiende al egoísmo, una quisiera que gente como ella nunca se fuera, yo lo he deseado y solo tengo un año de conocerla, siento que si de repente ella decidiera alejarse lo respetaría y ya... así son las cosas... pero creo que la extrañaría mucho. 

Hace un año, hace un año llegaron varias personas y ha sido bueno que llegaran. Es lindo saber que puedo gritarle ¡SOS!

martes, 18 de junio de 2013

Vivir sola

El fin de semana me mude a vivir sola. Muy macha agarré mis tres trapos y me abrí camino a una vida que siempre he querido.

Durante las siguientes horas compré algunas cosas necesarias para el diario vivir y esos menesteres, luego sacudí, limpié, trapié y desinfecté. Todo muy "de hogar".

Todo iba bien hasta que me llegó la gripe y qué jodida es estar sola y empezar a sentir que te va subiendo la temperatura, que la nariz se congestiona y que el cuerpo empieza a reclamar.

¿Qué sería de una, entonces, si no se tuvieran amigas?

Emmety llegó a eso de las 6 p.m. cuando aún no estaba tan pior, pero ya la mocosera anunciaba el triste desenlace... a las 9 p.m. apareció en mi puerta, con una sopa caliente y tres sobres de antigripales, qué lindo es tener amigas, en serio.

Vivir sola tiene sus méritos... entre ellos, esas amigas.

Una nueva forma de ser padres

Ayer fue el día del padre y por diversas razones no escribí este post. Como ustedes saben, con ese complejo de Electra no lucho, simplemente quiero al papá que me tocó tener, aún si no lo entiendo y aún si no me entiende. 

Durante años lo he admirado por el corazón bondadoso que tiene, aún cuando sé que padece de un mal genio que no se lo aguanta ni él solo, pero cuando es libre y feliz... ah... es maravilloso. 

Con todo eso, no es de él (en sí) que quiero hablar en esta fecha conmemorativa, sino de otros papás que se han cruzado por mi camino. 

En nuestro país tenemos la fea costumbre (arraigada por años y años de educación machista) de pensar que el papá es el que engendra (y el que topan en la procu), pero al menos yo he descubierto que durante los últimos años eso va cambiando, poco a poco y a veces hay que andar bien atentos para fijarse, pero es cierto. La paternidad toma un nuevo rostro.

El primer ejemplo de ello es la proliferación de padres solteros, si usted no conoce uno al menos, déjeme decirle que está bien jodido y que de paso debería de revisar sus círculos de amistad. El primer padre soltero que conocí fue mi tío Carlos, que además es mi padrino de bautizo y gracias a él ostento mi nombre en femenino. Su mujer (porque así la denominaba él) lo abandonó no solo con sus dos hijos en común (Ricardo y Ernesto) sino también con la hija de ella (Vilma) y fue así como este rudo hombre, dedicado a la albañilería, curtido por el sol y con la piel áspera por mezclar tanto cemento, se dedicó a educar a esos tres críos que le quedaron antes de cumplir los 10 años la mayor. En aquellos dorados tiempos, finales de los setenta, no creo que muchos hombres se atrevieran a enfrentar semejante tarea solos, teniendo el tipo de trabajo que tenía mi tío. Muchas personas, todas sus hermanas, por ejemplo, le decían que se buscara una nueva pareja, pero nunca lo hizo, no... al menos, hasta que el menor de sus hijos se fue de casa, hasta entonces se "arrejuntó" con Rosario, ahora tienen más de quince años juntos y ahí están, recibiendo a los nietos los fines de semana. 

El segundo caso de padre soltero que conocí fue al Sum, lo leía en su blog y en el tuiter y por razones del destino cuando lo vine a conocer ya estaba emparejado con Cindy pero pasó varios años criando solo al Gabo. Era muy joven mi amigo, pero qué bien me sentía de saber que hombres jóvenes podían enfrentar ese reto. 

Luego vino Nelson S. un ex compañero de Círculo (una ong) que tenía a su cargo una niña llamada Zoe, él es un monumental gigante de casi dos metros de alto y se veía chorrear ternura cuando cargaba a su hija en brazos, con la particularidad de que Zoe padece de una extraña enfermedad congénita que le ha hecho recibir 7 operaciones a sus apenas 4 años para corregir ciertas dificultades físicas. Criar a un hijo sano es difícil, ahora se imaginarán enfrentar la vida con una dificultad física. Lo admiré mucho.

Por último, llegó Miguel... hace exactamente un año... durante este tiempo y poco a poco me fui dando cuenta de varias cosas, porque él es así, no suelta nada de un solo, va por dosis... yo le digo que ha sido un buen papá, él (a veces, creo que por modestia) no lo admite, pero es cierto, yo que casi soy una experta en papás (gracias a mis casi 10 años de consejería juvenil, en un colegio) se lo digo. Se reconocer a un buen papá, aún que sea medio tosco o que tenga que hacer un par de respiraciones profundas para no matar a un cipote en un arranque de enojo y calmarse y lograr un poco de estabilidad para oír el tartamudeo clásico de querer explicar cosas inexplicables. 

Debo decir que conozco a otros papás que a pesar de seguir en pareja, pareciera que no lo están, que se encargan de cosas pequeñas y tiernas que sus parejas no asumen y está bien, las mujeres también vamos cambiando el rostro de la maternidad, no hay nada de malo en ello. 

Recordaba ayer a un muchacho, la semana pasada venía en la 168 muy temprano, en una parada luego de subirme yo, se subió un muchacho que rondaba los 20 a 22 años, moreno, pelo crespo, fornido... con todo el talle de ir a trabajar duro en alguna construcción, inmediatamente recordé a mi tío Carlos, a diferencia de mi tío, este cipote traía una pequeña bebé, de menos de un año, una niña líndísima, delicadamente vestida y con zapatitos blancos, venía medio dormida debido al viaje en madrugada, toda la ternura y rosadez de la niña contrastaban con la ropa oscura y aspecto rudo de su padre. Me alegré de ver que en una situación de limitaciones económicas, un tipo así de rudo, tiene la ternura suficiente de tomar a su bebita cada mañana y llevarla, quien sabe, a una guardería o a la casa de algún familiar, mientras él y su pareja trabajan.

Llegará el día en que frases como: "ahí ve vos qué haces con los bichos" o el "yo me encargo de traer la comida a la casa, vos encargate de los bichos" ya no se oirán, estoy segura, a lo mejor, lo que necesitábamos era un poco más de tiempo para ir viendo que ser papá, es una nueva forma de ejercer el heroísmo. 

jueves, 13 de junio de 2013

Camino

¿No les ha pasado que de repente, mientras caminan les dan ganas de salir corriendo? ¿no? (._.)

A mí si. De hecho cuando siento presión sobre una serie de cosas (llámese trabajo, casa, mudanza, etc. etc. etc. etc.)

Resulta que la Julieta Venegas tiene razón, el futuro es un camino que vamos recorriendo sin darnos cuenta. Debo confesar que tuve miedo en las últimas semanas, nada se concretaba, todo estaba borrascoso, ahora la vida dice "si".

No me gusta esperar, es de mis grandes debilidades, tuve que aprender que hasta esperar implica un movimiento de mi parte, no tengo que esperar sentada, mientras espero puedo hacer muchas otras cosas. El mundo concreto sigue siendo un misterio para mí, creo que lo será casi siempre, no importa, es lo bueno de los misterios... una se divierte revelándolos.

Es jueves, quedan 48 horas. Nada más.

 

Todo lo que quiero a penas va a llegar... todo lo que quiero a penas va a llegar...
Mira la vida abriéndose camino, mira la vida diciendo que si.

miércoles, 12 de junio de 2013

El delicioso humo de la rebeldía

Hace unos días conversábamos con Miguel sobre el paso de los años, claro... hablábamos a raíz de tratar de comprender a gente aún mayor que nosotros, siendo que nosotros no somos ningunos jovencitos.

Es cierto, el paso del tiempo nos hace menos flexibles, nos vuelve intolerantes y sacamos el sarcasmo como una fina espada que no hay que desenvainar a la primera provocación, pero seguros de que si la desenfundamos, solo habrá un muerto: el adversario. 

También es una realidad que nuestras rutinas nos envuelven de manera engañosa y nos convertimos en adultos ocupadísimos, distraídos de las cosas bellas que tiene la vida... pinche tiempo.

Esta mañana venía caminando para el cuartel general cuando vi a un par de muchachitos (cipote y cipota respectivamente) con aspecto desaliñado, con ropa muy relajada y con un cigarro cada uno, estaban sentados en la acera y tenían el aspecto de los trasnochados; no eran ni las 7 de la mañana cuando vi la estampa aquella. Por supuesto, mi lado adulto me jugó una mala pasada y lo primero que pensé al verlos fue: "Ve estos bichitos! fumando en plena madrugada!". No acababa de pensar eso cuando vino a mi recuerdo mi propia imagen a los 23 años, caminando hacia el colegio donde daba clases, llevaba un cigarro y una de esas tazotas térmicas con mi café... me daba el lujo de bajarme en la Nacional y caminar hasta el colegio, eso son como dos kilómetros, a veces llegaba luego de noches enteras en vela, ya sea leyendo o estudiando. La vida era simple y relajada. Fumaba, bebía los fines de semana, viajaba seguido y me daba el bárbaro lujo de la rebeldía, llegaba si quería y sino quería me quedaba estancada en mis citas. El único lugar/obligación que me detenía en un horario fijo era el colegio. De ahí, la vida era una maravilla que tenía que descubrir. 

Yo era aquella muchachita desaliñada que vi esta mañana, estaba acompañada por algún pretendiente o amigo fiel... veía el amanecer con desfachatez... justo a la cara, como retándolo a sorprenderme. Era joven. 

Ahora que estoy en mi segunda juventud, a la mitad de los treinta... me lo pienso mejor cuando voy a tomar decisiones, busco trabajos más estables, he dejado de fumar y me tomo una taza (pequeña) de café a la semana... el cuerpo no me responde como antes y veo con "malos ojos" a los jovencitos que fuman antes de las 7 a.m.

He terminado siendo una anciana de 80 años, con solo 35. :/

Creo que necesito emborracharme en serio de nuevo, volver a la rebeldía de mi corazón desaforado o escuchar esta canción en loop... o lo que mejor resista mi cuerpo.


lunes, 10 de junio de 2013

Aprehensivo

Ser aprehensivo... ¿qué es?

Esta palabra es del repertorio que me ha dejado Miguel en lo cotidiano, ni siquiera termino de entenderla (a la palabra y a él cuando la utiliza)

Fui a ver al diccionario su significado concreto y dice que tiene dos usos: alguien que tiene capacidad para aprender cosas nuevas y la acción de coger o asir algo o alguien, en especial de manera ilegal.

Habitualmente "él" la utiliza en el contexto de los afectos desordenados, es decir que te apegas de manera desmedida a alguien o a algo.

Ejemplo: antes yo era aprehensiva a tomar café. (Creo que es un buen ejemplo) Sin embargo, cuando Miguel me ha acusado de ser aprehensiva me lo ha dicho en otro contexto. Hoy se lo aplicó a sí mismo mientras veíamos sillones, mesas y otros enseres para no sentarnos en el mero piso de la casa.

Comprendí, hasta entonces, que la aprehensión es más bien una "preocupación" sobre asuntos cotidianos, sabernos con un trabajo fijo, estar pendiente de reportarte luego de un recorrido accidentado en carretera, sentir una terrible necesidad de comprar una vajilla para la casa (sabiendo que podes sobrevivir con un par de platos al inicio) y así... como ya dije... al final se reduce a que el hecho de ser aprehensivo es tener una especie de vicio.

De momento, ya empecé a hablar incoherencias, otra vez, así que haré aprehensión de mi cama. Buenas noches.

Desaparecer

Muy conocida, durante muchos años, es mi capacidad de desaparecer. He llegado a puntos en los que más que una capacidad es una habilidad.

Estoy segura que esta capacidad viene de una necesidad muy arraigada de mi derecho a la privacidad, solo que esta vida tecnificada nos dificulta y hay una insistencia sobre la exposición de la vida. Por supuesto, una es capaz de decidir hasta donde dejar que este fenómeno ataña a la existencia.

La semana pasada hice algo que venía necesitando desde hace meses, como cuatro meses atrás, cerré mis cuentas de tuiter y feisbuq. Una noche, harta de leer quejas, desvergues y reclamos (hacia mí o hacia el universo en general) decidí alejarme de la vida "social".

Sí, soy una ermitaña... o al menos lo intento.

Le escribí un correo a las pocas personas que pasan por este blog y con las cuales me interesa mantener una comunicación y les dije.. "chau", momentáneamente.

Es rico irse, ver que te han escrito solo personas que de verdad se interesan en vos como persona, no otros... es lindo cuando suena el celular porque te ha caído un mensaje de las únicas tres o cuatro personas que son habitualmente tus interlocutores de tus locuras cotidianas.

Siempre me consideré una persona más bien tímida para muchas cosas, ya suficiente con este espacio del blog para expresar y ejercitar la escritura no institucional o laboral.

No se imaginan lo mucho que me estaba perdiendo, ahora salgo a caminar, hago planes, avanzo en varias cosas pendientes y construyo un lugar propio.

Miguel se burló un poco de mi radicalismo, luego que le comenté que le próximo paso es conseguir un teléfono sin internet... un fon... sin smart... me dijo que lo siguiente sería vivir sin zippers como los amish... creo que he empezado a ver con ojos misericordiosos a los botones :)

jueves, 6 de junio de 2013

¿Qué va a llevar?

Frase clásica del comercio informal de nuestro pueblo.

"Buenas, regáleme..." ¿regáleme?

"Qué desea? ¿va llevar?" ¿qué deseo yo?

Póngame para llevar:
- Dos litros de alegría,
- Tres libra de calma,
- Una botella de borrachera,
- ¿A cómo tiene los orgamos?... a pues póngame 5
- ¿Tiene amaneceres lindos?... mmm... ¿pero están maduros o sazones? Si están maduros, póngame unas 5 manos.
- Y dos coras de silencio.

... sí, póngamelas en una sola bolsa, por favor.

¿Qué deseo? ¿Qué voy a llevar?



martes, 4 de junio de 2013

Carta a la que soy

Querida KR:

Te escribo porque a veces pienso que es la única forma en la que me prestas un poco de atención, supongo que soy la persona que más te conoce o que al menos está más cerca de vos.

Sé que acabamos de pasar mayo, que este no fue muy diferente a los mayos anteriores y que este junio será particularmente agitado.

Tenes exactamente quince días para terminar una tarea terriblemente grande y terriblemente tediosa, comprendo que no querrás escribir, que no te baje la inspiración y que a veces (y dije a veces) te de por querer salir huyendo, en serio, te entiendo; pero me es imperioso decirte que DEBES terminar ese encargo. Por difícil que sea, por tedioso que te parezca, tu responsabilidad es terminar. No recuerdo desde cuándo no pasabas por una etapa como esta, ¿te acordás que una vez tu profesor de apreciación literaria te dejó una tarea y que no podías hacerla?, te castigó de la peor forma... tenías que terminar el texto, hasta que la entregaras no podías entregar las siguientes tareas y solo se te fueron acumulando una tras otra por más de un mes, cuando al fin terminaste el dichoso texto, entregaste de un solo siete tareas más. Pensá que esta vez es igual, no podes avanzar a otro trabajo si no terminas este, solo que la vida común y corriente, normal y silvestre de otros adultos no logra hacer que tu jefa entienda que padeces "síndrome de la página en blanco" a estas alturas del partido. Es inadmisible. 

Por otro lado, te has auto impuesto una mudanza, muy necesaria, imprescindible para tu desarrollo personal, pero que perfectamente podes realizarla sin estresarte. Podes con calma, durante tus días libres ir a buscar muebles, comprar cositas que te harán la vida más cómoda y todo eso... pero no pretendas correr en esto. La casa seguirá ahí, esperándote, no le saldrán patas. 

Te digo esto por dos razones concretas querida:
1. Debes ordenarte. Hacé lista de prioridades en las labores diarias, igualito como cuando un día Miguel te pidió que enumeraras todo lo pendiente. 
2. No tengas miedo. Así es, no se lo has dicho a nadie, pero eso es en el fondo lo que te ha molestado últimamente, hasta que tu mamá te preguntó "en serio" qué te pasa, lograste identificar que lo que tenes es pinche miedo. 

Comprendo que ya no sos una muchachita de veinte años, a esa edad cualquiera es valiente porque no se ha vivido en condiciones duras y el arrepentimiento no tiene sentido porque aún no se han vivido ciertas cosas. No tengas miedo. Las cosas se concretarán cuando deban concretarse, en la medida que dispongas ciertas condiciones para que se den, en otras palabras: echá riata para poder hacer lo que te pegue la gana. 

Ahora tenes una gran ventaja, aunque te sintas sola por ratos, sabes que no es así... no solo tenes pareja, sino también una serie de amigas que te animan a retomar la vida justo donde la dejaste hace años, pero sobre todo... me tenes a mí. Así es, antes no te escribía estas cartas, no sabíamos que una le pertenece a la otra, yo vivo en vos y vos me habitas, compartimos la misma piel y... aunque no lo creas... también los mismos miedos. No te miento, también siento miedo de vez en cuando, sobre todo al visualizar todo aquello que era tan distinto hace un año.

Nadie dijo sería un jardín de rosas... decía Paez y es cierto. Vos tenes derecho a cansarte, a querer un poco de soledad (bien medida y controlada... solitariedad que le mientan), a desear la compañía de algunas personas y alejarte de otras.  Pero sobre todo, también tenes derecho a querer lo que nunca te pareció importante: estabilidad (encontrar un trabajo perenne, hacer lo que otros ya hicieron, disfrutar la vida desde otros y nuevos ángulos), en serio... tenes ese derecho, siempre lo has tenido, pero nunca te hizo falta... hasta ahora. 

No tengas miedo, sabes que algunas personas te acompañan y disfrutan estar con vos... si se van, por una u otra razón, también tienen ese derecho... si alguno decide irse... no importa, sabes que yo no te voy a abandonar nunca, siempre estaremos juntas bajo esta misma piel. Por eso, no tengas miedo por favor.

Tenes quince días exactamente, para terminar dos tareas: el texto y mudarte. Sé que lo lograras, para mientras, te dejo... concéntrate, yo me encargaré de otras cosas para mientras.

De momento te dejo, un enorme abrazo.

KR

sábado, 1 de junio de 2013

Cambio de planes

La gracia de la vida es que no sabemos qué sucederá al día siguiente.

Pues... les cuento que mi padre salió del hospital, ya estamos instalados de nuevo en la casa y este sábado ha sido el sábado más largo de la historia, acompañado del dolor de cabeza más rato en mucho tiempo. No importa.

Lo que realmente importante es que se acabó mayo.

Hasta hace una semana, preparábamos con Miguel el viaje a Guatemala, tenemos varios meses de no salir a vagar (hobbie más preciado entre los dos) y teníamos los ojos puesto en ese paisito... pero no. Desde el marte la vida ha hecho lo que se le pega con mis huesos y entre malas cosas, también se concretaron cosas buenas.

Con todo eso... he rescatado mi libretita roja donde anoté todo "lo necesario" para mudarme a San Salvador, vendrán dos o tres semanas de sobresaltos, de prisas y risas, la compra de cosas básicas como cama, cocina y un garrafón de agua cristal... y las miles de cosas que "necesito" para vivir... una vajilla, vasos y cortinas para la casa.

Volví a abrir mi "pizarra" del pinterest para ver las decoraciones que tanto me costó reunir durante más de cuatro meses. Sé que inicia un tiempo de construcciones, tendré que ser austera, medida y comedida. No importa.

La emoción me embarga... todo para iniciar bien este junio. No iremos a Guate, pero no importa... la aventura es mejor ahora.

Seguiremos informando.

Tener 17

Recuerdo cuando cumplí 17 años, es de las edades más lindas para una mujer. Es una edad en la que no se es niña, pero tampoco se es mujer. 

Se es frágil y totalmente imponente, se tiene vida y jamás la muerte es una posibilidad real. Se tienen sueños y proyectos que casi nunca se concretan porque la vida está ahí para sorprendernos. No sé cómo lo viven los hombres, pero al menos las mujeres estamos, a esa edad, explorando las emociones que jamás lograremos entender, sin embargo... llegaremos a un punto en el que tendremos que decidir vivir de la manera que nos asegure sobrevivir el resto de la adolescencia. 

A los diecisiete pesaba 105 libras, ostentaba el mismo pelo negro, solo que sin las canas que me han nacido en el último año, pensaba que sería doctora y tenía la fantasía de cocinar para centenares de personas que vivían en la calle y pensaba que mis hermanas nunca crecerían y que las cuidaría siempre. No estaba lista para todos los cambios que iban a suceder.

Pasaron 17 años de nuevo y encontré el mismo mundo en el que crecí, en este último año tuve que re aprender muchas cosas, me enamoré y me volví a desenamorar, me encanté de un proyecto y volví a desencantarme de la vida. Posiblemente esa sea la gloria de esa edad, que como en los 17 una puede aprender y emprender nuevas cosas.

¿Por qué hablar este día de los 17? 

Hoy cumplen esos años dos niñas-mujeres que tiene una cosa en común conmigo... queremos al mismo hombre. Felicidades cipotas, que disfruten estos 17.