viernes, 31 de enero de 2014

A veces hay que decirte las cosas que le dirías a tus amigos

Miguel dice que soy algo maje con la gente que quiero. 

Posiblemente tenga razón, me cuesta decir "no", me cuesta mucho despegarme de los pocos afectos que tengo y de paso tomo malas decisiones pensando en el beneficio de otros. Debo aprender. Estoy aprendiendo. 

Una buena forma de aprender es precisamente decirme a mí misma aquello que le diría a mis amistades. Es una muestra de auto amor. 

Por ejemplo: hace unos días entré a tuitter y saludé a un amigo al que quiero mucho, me dijo que no estaba bien, que estaba triste. No es necesario que me diga por qué, solo sentí su tristeza porque creo que no se la merece, nadie merece estar triste a ciertos niveles. 

Justo al día siguiente escuché de nuevo una hermosa canción de Carole King con Sara Bareilles titulada "Beatiful Brave". Es una canción que le canta una persona a una amistad que no pasa por los mejores ratos. Cuando la escuché recordé a mi amigo.

Pero como acá se trata de crecer como persona luego caí en la cuenta que yo he pasado por esas tristezas y a veces ando arrastrando demonios bien impropios, me di cuenta que debo decirme justo eso... "KR, debes ser valiente".

Ayer tuve tiempo libre. He pasado las últimas dos semanas llena de ansiedad, de trabajo pesado y de tantas cosas que estaba empezando a detenerme y dejarme lenta en mi caminar. Obvio, algunas situaciones siguen igual de lentas, no resuelven a mi favor y a veces parece que me llevan la contraria por hobbie. "Debo ser valiente" pensé. Justo en ese momento llegó Miguel e hicimos justo lo que no hacíamos desde hace mucho tiempo: nada. Solo platicar... sin ver tele, sin beber, sin cocinar, sin tantas otras cosas... solo salir al balcón y ver un árbol totalmente lleno de flores blancas, tantas que parecía un enorme ramillete de novia. Entendí que esta "carrera" llamada vida no es solo trabajar, no es solo cuidar a otros, no solo es resolver problemas, matar ratones o comprar una llave para el lavatrastos... no, la vida es quedarse en el balcón unos segundos y maravillarse del volcán que nos observa, es encontrar nuevos sabores en nuevas comidas, es reirse de tonteritas, es ser valientes sin ser fuertes, solo estar ahí... y resistir. 

La rutina y lo terrible nos tratará de atrapar, pero para esos momentos está esta canción que le puedo dedicar a mis amigos y a mí misma y saber que resistiré. 



Honestly... i want see you be brave...

lunes, 27 de enero de 2014

De aquí hasta el Oscar...

Durante años pasé esperando a que los cines entendieran que tiene un mercado cautivo en mí si trae ciertas películas. Al parecer no soy su target. u_u

Así que muchas de las películas ganadoras del Oscar las vi ya cuando habían sido premiadas... no me permitían tener esa ansiedad pequeña, loca y fugaz de sentirme emocionada después de ver una película y hacer mis propias predicciones en el tema.

Por supuesto yo no soy una intelectual con apellido rimbombante (aunque el sábado, la señorita que nos atendía en un almacén tartamudeó mi sencillo apellido de cinco letras), ni tampoco tomo vino tinto en copa ancha y con el meñique levantadito... elegante. No, simplemente me gusta ver películas, así de sencillo, fue una costumbre heredada de mi papá en mis tiempos infantiles. 

El asunto es que este año dije.. "No, chis... ve... ya que tengo tiempo para estar en casa voy a buscar las películas y las voy a ver antes de la ceremonia". Dicho así, un domingo me fui a piratear y (lo confieso) obtuve lo que andaba buscando...bueno, casi. Me falta una nada más. 

Por supuesto Murphy que me ama tanto, ya cuando tuve las películas en mano, hizo que ya no pasara en casa y si paso... paso bien atareada transcribiendo entrevistas. Total... he visto pocas películas nominadas, pero al ritmo que vamos, pues Miguel también es cinéfilo, esperamos completar la tarea de ver al menos las películas nominadas en las principales categorías. 

Este fin de semana vimos Agosto y Lobo de Wall Street... géneros muy diferentes, pero la sensación de satisfacción fue plena. Con Agosto escapé a llorar en una escena en la que una hija persigue a su mamá... me recordó tanto a mi mamá (que sea dicho de paso, me llamó el domingo y terminó colgándome el teléfono... nunca he entendido eso de ella, me llama para colgarme!) y con la de Scorsese definitivamente hizo que reevaluara mi vida y recordara mi propósito de este año: dejar de ser pobre. Fuera de eso, me parece que es una película bastante entretenida, uno tiene que tener buen sitio porque dura tres horas y un estómago y moral a pruebas de casi todo para verla relajados (cumplimos vida, cumplimos), aún así... debo decirlo, porque como dijo @segunsazo (Ac, ac, adac) "tenemos un compromiso con la verdad", no me pareció que sea una de sus mejores películas, es buena, pero no creo que llegue al punto de "Obra Maestra" como me lo pareció en su momento Infiltrados. 

En fin, seguiremos viendo películas y les mantendré al tanto. 

Si se han fijado ando "platicona" o como dirían por ahí... "mas eco-amigable"... yo culpo a una taza de chocolate caliente que acabo de ingerir. 

Lord a ti, hermoso cacao!

viernes, 24 de enero de 2014

Haber perdido algo.

No es porque en realidad haya perdido algo... un objeto me refiero, incluso a una persona. No. 

Este tiempo que ha sido raro, porque no ha sido malo, pero hay algo que no lo deja ser bueno del todo... he tenido esa sensación, como si algo se me ha perdido. 

Me he enfrentado a esa pérdida, a esa ausencia, a ese silencio tierno. Algo falta.

Pasé un par de días dándole vuelta a mi cabeza, buscando qué era "eso" que siento que ya no está. Tontamente pensé que era que he extrañado demasiado a Miguel esta semana, no lo he visto más que dos horas en toda la semana y algunas de nuestras conversaciones más profundas de este tiempo han sido en monosílabos. Luego pensé que esta sensación nació del hecho de que casi no he visto a Gabriela en toda la semana, antes casi no coincidíamos y ahora menos. Incluso... hasta pensé que me estaba afectando no ver a la gente de mi anterior oficina... pero no. No es "alguien" quien me está haciendo trastabillar. 

Luego pasé al análisis del objeto... es cierto que (para variar) ando pobre, pero eso nunca me ha hecho sufrir tanto como para andar con sensación de abandono. La refri sigue arruinada pero ya logré sobrevivir sin ella, el miércoles se acabó el gas, así que he estado sin cocinar y pensé que eso también me podría estar afectando... Pero no, al final no es "algo" o una "actividad" lo que me ha tenido inquieta. 

Fue tan grande esta sensación que hasta hice lo que no hacía desde hace meses, le llamé a mi mamá.

Pero a media mañana de hoy me enteré por qué he andado con esta sensación de vacío. Todo gracias a un par de notas que leí sobre la nueva Tutela Legal, otra sobre la conmemoración de la muerte de Schafick y una tercera sobre los pleitos entre Funes y Robertillo. 

Mientras me almorzaba mi sandía caí en la cuenta... He andado vacía porque mi entusiasmo "político" me ha abandonado. Sí. La política ya me tiene un poco harta. 

Recordé que hace un par de años aún sentía y pensaba que una puede ayudar a que este país puede ser un poco mejor, me recordé en mi adolescencia cuando aún creía en la utopía de la igualdad que promulgaba la izquierda, recordé que me sentía profundamente interpelada a crecer y trabajar por los que más necesitaban. Recordé que quería ser revolucionaria. 

Ahora tengo una vida normal... casi, casi descolorida. Mi revolucionaria interior muere de soponcio al verme desanimada políticamente, le digo y le explico que es culpa de tanto ir y venir de gente que al final no se creen para sí eso de la lucha del pueblo para el pueblo. Creo que he crecido un poco. Me he vuelto más vieja y mi "maitra" interior pone "en juicio" a mi adolescente revolucionaria que me habita en el fondo. 

Faltan nueve días para las elecciones, en el trabajo tendremos jornadas intensas y se me ocurren tantas cosas que pueden abonar al tema, pero me doy cuenta... mi entusiasmo no nace de mi convicción de creer en la libertad, sino en mi necesidad de demostrar que soy la mejor persona para el puesto laboral que estreno. Me siento traidora, aún cuando sé que los políticos no colaboran para que no me sienta así. 

Recuerdo que hace ocho años, justo a esta hora, estábamos sentados en las gradas de mi casa con Marlon, conversábamos sobre la muerte de Schafik, esa tarde había dicho adiós a esta vida y se fue (seguramente) por alguna mala cólera atravesada. Fue increíble el sentimiento aquel día, como si se hubiera muerto un pariente lejano, algún tío que vivía en los estados. Todos los que nos denominamos de izquierda habíamos perdido un vínculo con la historia reciente. Todo en menos de 40 minutos. Con Marlon llegamos a una conclusión aquella noche: nos quedaba poco tiempo para seguir siendo contestatarios. Cuánta razón teníamos sin saberlo.

Ya no puedo decir que soy contestataria. A veces creo que es porque estoy cansada, o porque me duele la columna o porque no tengo "los conectes" adecuados o simplemente porque ya dejé de creer en otros que se dicen revolucionarios. 

Por supuesto que he perdido algo. No sé cuándo exactamente lo perdí, pero de que ya no está estoy segura. Se ha ido, no sé si se murió, pero esta ausencia de ello me ha pesado, es como si se llevara con ella un pedazo de mí, un trozo de la que fui. 

No sé qué sucederá dentro de nueve días, de lo que sí estoy bien segura es que quiero que termine pronto. 

Buenas noches. 



" A penas perceptibles, escucho tus palabras
se acercan las bandas de rock and roll...
y sacuden un poco las paredes gastadas
y siento las preguntas de tu voz..."

jueves, 23 de enero de 2014

Carta para ser madre de alguien.

Siempre apareces en enero. No sé por qué... a lo mejor era el mes en el que estabas destinado a nacer y nunca llegaste. Posiblemente sea también que en este mes me da por andar pensando en iniciar siempre... como nos sucede a todos los seres humanos. Como ya sabes siempre apareces en el mismo sueño.

Otra de las grandes explicaciones de por qué cada enero apareces para recordarme que no soy madre de nadie es porque al final existe la gran duda de si hubiera hecho un buen trabajo contigo a mi cargo. Añadile aquella explicación muy trillada del sentimiento de pertenencia y las enormes carencias que hasta estas alturas no logro resolver. No le pertenezco a nadie, excepto a vos dos veces al año.

Lamento que no sea más a menudo, ya es suficiente que mi sentimiento materno-retrasado aparezca dos veces al año y que te desee profundamente. Me pregunto qué edad tendrías. Posiblemente ya estuvieras cerca de la adolescencia y yo ya me habría escapado a volver loca con alguna travesura, con alguna emergencia médica o simplemente ya me habría peleado con alguna otra mamá al ver que te molestan en el kinder. Menos mal que no naciste, no te imaginas de la madre de la que te salvaste.

Obvio que nos perdimos.

Nos perdimos de muchas cosas: de que te cocinara cada día, incluso en aquellos en los que ni siquiera yo quiero alimentarme, de mis experimentos con mermeladas, curtidos y otros menesteres. Nos perdimos de ver amaneceres juntos, de ver televisión hasta por los codos a pesar de que, ya sabes, no me gusta ver tele. Nos perdimos de un par de mascotas, de la compañía de tus tías, de Sebastian (quien sigue preguntándome por qué no tiene primos como el resto de niños en el colegio). Nos perdimos de tardes enteras tirados en el piso de la casa, pintando o de las eternas bromas cuando aprendieras a hablar y no pronunciaras bien las palabras.

Pero más que perdernos, vos te salvaste.

Te salvaste de oírme cantar a las dos de la mañana mientras transcribo entrevistas, de mi eterna aflicción cada vez que tiembla; te salvaste de verme llorar sin saber qué hacer con un ratón muerto en la trampa, te salvaste de verme noches enteras escribiendo como si no tuviera que ir a trabar a la mañana siguiente, de mi histeria por la buena ortografía y de cosas mínimas y sin valor como el hecho de que detesto planchar. Te salvaste de que amara tanto.

Lastimosamente yo sigo un poco perdida. Sigo un poco perdida sin vos.

No le pertenezco a nadie. A veces creo que he encontrado un par de personas que me acompañan a diario, pero no, no les pertenezco... quisiera pero no.

A decir verdad es un poco triste. Te lo confieso. Ellos ya tienen o llegarán a tener versiones tuyas, Miguel tiene cuatro y seguramente tu tía Gaby tendrá un par en un futuro. En cambio yo nunca te tendré. Tu tiempo pasó, tu tiempo de llegar caducó hace mucho tiempo, justo cuando no conocía al único hombre que me habría atrevido asignarte como padre. Ahora ya no es tiempo. No sé si alguna vez en la vida lograré sentir que le pertenezca a alguien.

Vos seguirás dentro de mis sueños, apareciendo dos veces por año, siempre una en enero. Siempre con la misma imagen... mal vestido, medio adormitado mientras yo te preparo la lonchera para que te vayas al colegio... diciéndome... "Mamá, no quiero ir, dejame que me quede durmiendo" y yo contestándote... "¡Cómo vas a creer! Tenes que ir porque hay miles de cosas que te esperan para que vos las aprendas..."

Vos seguirás ahí y yo acá.

Pero tenemos que estar felices, nos ahorramos mucho... por supuesto, esta es mi voz racional que quiere combatir este llanto por no tenerte, por no tenerte para regañarte por llegar tarde, por que salis mal en las notas o porque simplemente alguno de tus amigos no me simpatiza.

Nunca te puse un nombre. No quería encariñarme con alguien que nunca llegaría, aún así no sirvió. Igual te agarré cariño desde la primera vez que te soñé hace más de doce años atrás. Eso ya no importa. No te puse un nombre, pero si tenes una canción. Eso es importante.


Te dejo, debo seguir transcribiendo. Nos vemos en unos meses, cuando volvamos a pertenecernos uno al otro en un sueño.

viernes, 17 de enero de 2014

La música que hizo historia

En diciembre nos dio a Miguel y a mí de hacer un top ten de las canciones más memorables. 

Para ser justos dividimos todo en cuatro listas: tres en inglés y una en español. Buscando equidad también determinamos que iniciaríamos el conteo en el año de mi nacimiento, teniendo en cuenta que él me lleva más de una década de edad nos pareció justo que esos años no entraran en el conteo. Dividimos los rangos por décadas, de 1977 a 1986, de 1987 a 1996, de 1997 a 2006 (en el caso de las listas en inglés) y una sola década para la lista en español, de 1987 a 1997. Por último nos detuvimos en el 2006 pues de ahí para acá, siendo honestos, todo nos parece más de lo mismo.

En esta entrega, les dejo dos décadas... Verán ustedes la tendencia marcada de nuestros gustos, el análisis frío y calculado de Miguel y mi caos musical de siempre. El ejercicio ha sido entretenido y la razón por la cual no les dejo las otras dos listas es simple: no las hemos terminado. Con esa tarea pendiente les dejo las listas de las mejores canciones de las décadas 1977 a 1986 y de 1987 a 1996.


** 1977-1986**

Miguel
10.  Hotel California - Eagles - 1977
9. Do you really want to hurt me - Culture Club - 1983
8. Jump - Van Halen - 1984
7. You Give Love A Bad Name - Bon Jovi - 1986
6. Another brick in the wall - Pink Floyd - 1980
5. I will survive - Gloria Gaynor - 1979
4. Like a virgin - Madonna - 1985
3. We are the champions - Queen - 1978
2. Billie Jean - Michael Jackson - 1983
1. Night Fever - Bee Gees - 1978

KR
10. When doves cry - Prince - 1984
9. Under Pressure – Queen / David Bowie - 1981
8. Every breath you take – The Police - 1983
7. I want break free - Queen - 1984
6. Sweet dreams - Eurithmits - 1983
5. YMCA – Village people - 1978
4. Hotel California - Eagles - 1977
3. Another brick on the wall – Pink Floyd - 1979
2. Take on me - A-ha - 1985
1. Eye of the tiger- Survivor - 1982


**1987-1996**

Miguel
10. Can't Help Falling In Love - UB40 - 1993
9. What Have I Done To Deserve This? - Pet Shop Boys - 1988
8. Like A Prayer - Madonna - 1989
7. Wonderwall - Oasis - 1996
6. Devil Inside - INXS - 1988
5. My friends - Red Hot Chili Peppers - 1995
4. It Must Have Been Love - Roxette - 1990
3. Nothing else matter - Metallica - 1992
2. Smells like teen spirit - Nirvana - 1991
1.With Or Without You - U2- 1987


KR
10. With or without you - U2 - 1987
9. Alone - Heart - 1987
8. Cryin' - Aerosmith - 1994
7. Under the bridge - Red Hot Chilli Peppers -1992
6. Nothing else matters - Metallica -1991
5. Losing my religion - REM -1991
4. Zombie - The cranberries -1994
3. Enjoy the silence - Depech Mode -1990
2. Like a prayer - Madonna -1989
1. Smell like teen spirit - Nirvana -1991

Y bueno, no puedo dejar de decir que estas listas nos dieron motivos de discusión seria y profunda de nuestros gustos, circunstancias, maneras de leer los tiempos y formas de argumentar y defender nuestros gustos.

Para la siguiente... la década entre 1997 y 2006 y la lista en español

miércoles, 15 de enero de 2014

Crónica de una muerte ratonil anunciada

Cuando inició el 2014 hice dos propósitos de año nuevo, el segundo era deshacerme de los ratones que cohabitan en mi casa.

Ayer fui a comprar la respectiva trampa y a 12 horas de haberla puesto se han tenido los siguientes resultados...

1. Un intento fallido, puse la carnada y el muy cínico ratón se la comió sin activar la trampa... iniciar así me dio algo de frustración.

2. Dos muertes consumadas... una rata grande, a eso de las 10 p.m. de anoche, me desperté y vi el cadáver, me dio mucha lástima y terminé chillando como niña... Esta mañana encontré el segundo cadáver.. un ratoncito pequeño.

3. No sirvo para matar animales, me parte el corazón verlos atrapados.

En fin, seguiremos reportando los avances de la operación "Exterminio ratonil".

Vulnerabilidad

El sábado en la noche platiqué con una amiga, sabe ella que la amo. Compartimos desde hace un par de años una amistad bastante peculiar, no es que nos veamos todos los días, pero lo que vamos viviendo lo compartimos de una u otra forma.

Esa noche platicamos de casi todo... la familia, los amores y nosotras mismas, de las alegrías, de las tristezas (presentes y pasadas) de los planes a futuro. En medio de todo lo que nos acontece caímos en la cuenta de algo bien importante: la vulnerabilidad que poseemos.

Podrán ustedes atribuirnos dicha vulnerabilidad a lo que quieran: cambios hormonales, que la luna está llena, que a veces no sabemos cómo enfrentar ciertos problemas, a necesidad de atención de nuestras parejas, de autogestión de los sentimientos... lo que sea. El punto es que somos vulnerables.

No solo ella o yo. Todos, solo que no todos lo demuestran.

Me quedé pensando en cómo vivo mi vulnerabilidad, a veces es un poco difícil. Desde pequeña se me enseñó que llorar no soluciona nada y que debía ser fuerte... por no decir un poco dura... pues debía cuidar a mis hermanas. Durante años no demostré a nadie mis puntos débiles. Me daba miedo que los demás vieran mis miedos o tristezas, o cuando alguien me gustaba.

Luego caí en la cuenta. Siempre me ha ayudado escribir, es así cómo canalizo mi vulnerabilidad.

No es desagradecimiento con la vida, muchas cosas buenas me pasan... tengo un nuevo trabajo, me siento querida y valorada por Miguel, al fin la relación con mi mamá va mejorando y todo parece marchar bien, mi salud es mucho mejor... pero hay algo que esta noche me tiene triste. Pero no es de esas tristezas enormes y que te comen. No, es una tristeza pequeñita, como una pequeña gripecita emocional, como una gana de estar en mi cama, acostada y sentir un abrazo.

Es una tristecita con canción lenta, a guitarra, con voz de mujer... es mi vulnerabilidad ante un dolor de vientre, ante un futuro que espero, ante una brisa sin la compañía de Miguel.

Soy feliz con mi vulnerabilidad, me hace humana, me prepara para el error, pero también para la rectificación, me hace fuerte y me hace comprensiva con otros... me hace solidaria, me hace soñar con planes a corto plazo.


martes, 14 de enero de 2014

Carta para despedir a Juan Gelman.

Querido Juan:

Durante 36 años coincidimos en este ancho mundo y solamente hasta hace poco menos de un año y medio supe de tu existencia, por supuesto vos te fuiste de este mundo sin saber de mí.

Este día moriste, sentí una de esas tristezas extrañas al saberlo, 83 años permaneciste acá... viviendo, amando, buscando a tus nietos, escribiendo, haciéndonos llorar con tu historia y con tu poesía. 

Cuando conocí a Miguel, él se encargó de mencionarte un día, como quien no quería la cosa... de manera casual, de manera inesperada. Como casi todo lo que ha hecho ese hombre, terminó sorprendiéndome y recordándome que tengo que regresar al impulso incontrolable de leer. 

En agosto pasado fuimos a una enorme librería, una de esas que no existe en nuestro país, tuvimos que viajar cuatro horas para encontrar un lugar donde venden tu gran antología poética. Lamento confesarte que no lo compramos, el presupuesto no nos dio para eso. Compramos otros libros y vos quedaste en un stand-by que no logro perdonarme aún. 

Te escribo esta carta Juan, a pocas horas de tu partida, porque quiero darte las gracias. Es sorprendente encontrar tanta belleza y esperanza en medio de un dolor tan grande como el que viviste, como al que sobreviviste. Simplemente me queda claro que esto que llamamos vida vale la pena cuando nos encontramos gente como vos que simplemente se dedica a escribir. Escribir dolores, tristezas, amor, pasión y esperanzas. Todas juntas. 

Fuiste genial Juan, en serio. Magnífico abuelo de ausencias, padre de muertes, marido de un solo amor. Es triste tu muerte, la poesía se queda enlutada y las palabras se ponen grisáceas en esta noche, justo cuando la luna está a punto de ponerse llena, cuando el viento mece mis ideas, cuando es inevitable sentirse un poco sola... cuando una melancólica canción me recuerda que es hermosa la vida, incluso en su melancolía. 

Que tengas un buen viaje Juan, espero que encontrés (allá donde llegues) la paz y la alegría de encontrarte con los seres amados que perdiste durante la dictadura de tu país. Un enorme abrazo. 

Ausencia de amor

Cómo será pregunto.
Cómo será tocarte a mi costado.
Ando de loco por el aire
que ando que no ando.

Cómo será acostarme
en tu país de pechos tan lejano.
Ando de pobrecristo a tu recuerdo
clavado, reclavado.

Será ya como sea.
Tal vez me estalle el cuerpo todo
lo que he esperado.
Me comerás entonces dulcemente
pedazo por pedazo.

Seré lo que debiera.
Tu pie. Tu mano.

Administrar un hogar.

En mi experiencia vivir sola... ahora medio sola (porque tengo la compañía de Gabriela y de Miguel cuando al fin aterrizan en esta casa) lleva a enfrentarse a problemas cotidianos que no resolvemos cuando vivimos en casa de nuestros padres. 

Durante años llevé la carga económica de la casa paterna, es decir... pagaba casi todo, pero nunca resolvía pequeñeces. 

La primera vez que me mudé a vivir sola tenía 25 años y el primer problema que enfrenté fue el día en que se me acabó el tambo de gas. Sentí interminable el recorrido de mi casa hasta la tienda donde lo vendían (y que no tenía servicio de entrega a domicilio). O como la vez cuando la caja de fusibles de la segunda casa donde viví sola estalló y a parte de asustarme mucho, me dejó sin energía eléctrica durante dos días. 

En este episodio de mi vida me enfrento a dos problemas serios: ratones y la refri (que se volvió a arruinar).

Problema número uno:
Les conté que tenía un par de huéspedes y que intente deshacerme de ellos por la vía de ingesta de veneno, pues no funcionó. Peor aún, como me dijo un día Gabriela, en tono de broma, más parecía que les gustaba y sospechamos que tomaron el raticidio como una afrenta y siguieron trayendo a sus amigos y parientes. El colmo llegó ayer. Cuando regresé de hacer las compras semanales del supermercado encontré al señor ratón parado justo en medio de la cocina, cuando me vio, en vez de espantarse y correr como despavorido, al contrario se paró en dos patitas y hacía gesto de querer husmear qué traía en las bolsas... como diciendo... "mmmm... qué traes ahora para que lo rompamos y nos lo comamos".

Debo comprar una trampa. Estoy decidida. No me gusta matar animales, nunca ha sido una gracia quitarle la vida a los animalitos, no importa de qué clase sean, me gusten o no. Pero es claro que tienen que irse y no logré espantarlos con el método 1. Hoy iré a comprar la trampa. 

Problema número dos:
La refrigeradora. Como este asunto de mudarme me agarró desprevenida, cuando vine a aterrizar a esta casa vine con lo necesario, es decir: ropa y libros. Nada más. Poco a poco fui haciéndome de algunas cosas: el día que me mudé Miguel me acompañó a comprar una cocina de mesa, el tambo de gas me lo donó mi papá y fui cliente frecuente de la tienda morena, la sucursal del mercado central, durante un mes, comprando cacerolas, platos, vasos y lo necesario para tener una vida en San Salvador. 

Obviamente quedaron relegados otros lujos, no tuve un sillón decente hasta noviembre pasado, dormí en un colchón prestado durante los primeros tres meses y pasé sin refrigeradora dos meses.

La refri llegó como caída del cielo, me la donó Camilo, amigo de mis antaños tiempos de anarquista universitaria, solo pagué una pequeña reparación y ya... pude alimentarme más y mejor.

Lastimosamente al día siguiente de quedarme sin trabajo se arruinó. Simplemente decidió que no quiere congelar, no produce hielo, pasa fresquito y medio se conservan verduras y frutas que aguantan climas templados pero no sobreviven carnes, lácteos y otros menesteres. 

Con Gabriela entramos en depre, todo parecía mal. Todo. Como somos un par de fatalistas le dije en una madrugada, cuando ella vino de su trabajo que eso de ser pesimistas y fatalistas no era bueno, que durante años me había enfrentado a pequeñeces peores y he sobrevivido. "¡Tenemos que ser machas!" fue nuestro grito de guerra. 

Administrar una casa no es lo mismo que administrar un hogar. Es distinto. A mi se me podrá arruinar una refrigeradora, enfrentarme a una inundación en la segunda planta y amanecer rodeada de agua, podré tener un accidente de tránsito, podré no tener más que un sobre de sopa maggi para el almuerzo, pero eso no hace que se desquebraje mi impulso de tener una vida mejor. Administrar una casa es pagar cuentas, administrar un hogar es saber qué hacer a la hora de una emergencia, con quién contar y ser feliz con lo que se tiene. Siempre buscar algo mejor, también.

Administrar una casa se hace con el cerebro, administrar un hogar se hace con un poco de corazón y otro tanto de entrañas. Por supuesto, son complementarios, esta no solo es una casa, es un hogar. 

Las cosas van mejorando... mucho de hecho, ahora iré a comprar una trampa para los ratones, este día vendrá un técnico a ver si puede hacer algo por resucitar a nuestra refri... y ayer me dieron un nuevo trabajo. 

miércoles, 8 de enero de 2014

Los pancakes o de cómo a veces sucumbo a la decepción

Estar en casa tiene su encanto, cocino sin prisas, me detengo a pensar detenidamente qué va bien con qué cosa y ridiculeces de esa clase.

Esta mañana desperté y vi una entrevista, revisé lo que tenía que hacer y se resumió a seguir buscando cómo trabajar, así que decidí ir a la cocina y prepararme unos suculentos pancakes, los compartiría con Gabriela, quien anoche regresó de su trabajo más helada que una paleta.

Gracias a las ráfagas de viento me tardé un momento en limpiar la cocina, luego a sacar los ingredientes, no me gustan esas mezclas que solo necesitan agregar agua, así que la última vez que compré mezcla para pancakes compré de la tradicional, esa a la que hay que poner huevo, leche y mantequilla... creo que no soy de procesos resumidos, siempre he sido así, necesito hacer las cosas paso por paso. 

Todo iba bien, parecía que los pancakes con miel o con mermelada de piña con gengibre iban a resultar perfectos, hasta que me fijé. En medio de los grumos vi que algo se movía. Era un insecto. Me dio asco. Moví la cuchara y luego otro... y otro... lo solté.

Fui a revisar la caja de harina y descubrí que es un nido de diminutos gusanos de harina. Mi tía siempre me dijo que esos gusanos son inofensivos para la salud humana, pero nunca he querido comprobarlo. Tuve que resignarme a dejar todo y pensar que deberemos alimentarnos de otra forma.

No me gusta cuando eso pasa, cuando algo no sale bien y tengo que dejar algo y pensar una alternativa, supongo que a ninguno nos gusta, nos pone "más trabajo" del que ya teníamos previsto. Por supuesto, también está el factor de quedarse con los colochos hechos y, en este caso, no comer pancakes. u_u

Gabriela sigue dormida, la mezcla engusanada está sobre la mesa de la cocina aún, esperando a ser desechada, yo vine a escribir, porque resulta que escribir y cocinar son las cosas que me dejan más tranquila, y si una falla, la otra siempre es la mejor alternativa.

Supongo que esa es la lección de hoy: tener alternativas. Aún si nos hemos decepcionado antes un poco.

No es fácil no decepcionarse, de remate se nos arruinó la refri.

martes, 7 de enero de 2014

Karina

Recuerdo que fue hace exactamente un año la primera vez que la vi.

La vi y era un ente perdido en el espacio y en la brisa caliente de la oficina que compartimos en Suchitoto. Llegó como un alivio. En menos de cinco minutos hizo un esquema lindísimo y nos apantalló su manejo del espacio.

Nadie lo supo ese día, era su cumpleaños y ninguno la felicitamos.

Durante más de seis semanas, en la ejecución de un proyecto de prevención de violencia con tinte artístico-cultural Karina nos dio a conocer su esencia: es un alma libre.

A veces me he preguntado cómo es posible tanta distracción, despistadencia y alegría todo en un solo cuerpo. A saber qué leyes de la naturaleza tuvieron que romperse para que todo convergiera en ella. Es una artista. Su arte favorito es darse a querer.

En medio de todo el ajolote, de la presión y de mi neurotismo porque todo fuera perfecto, estaba ella, con su calma y su serenidad, con su "ya vas a ver que todo va a salir bien", con su valentía tan propia de los años veinte, cuando una se puede dar el lujo de estrenar el día en lugares diferentes si así se desea, con su imperante necesidad de hacerme reír, de hablarme como colombiana o simplemente hacerme un dibujito en un post it y dejármelo en mi escritorio.

Hoy hace un año la conocí, en estos 365 días estuvo cerca, alegrándome, dándome ánimos cuando estaba triste, ayudándome a mudarme, buscando siempre un video que me sacara una carcajada en medio del silencio de la redacción de sistematizaciones, informes e investigaciones. Hace 365 ella es la brisa que pasa y me despeina, que se ríe de mi puerta con ovejas y me dice y recuerda que una no debe volverse tan tosca, sino esperar cosas hermosas, porque la vida está llena de ellas, todo está en dejarse encontrar. A mi me ha alegrado la vida el haberla encontrado a ella.

Feliz cumpleaños Karina, las ovejas y yo te extrañamos.

domingo, 5 de enero de 2014

Rompió hervor

Algo se cocina, rompió hervor y su aroma llama a conversaciones de domingo, llama a hacer planes y soñar que todo lo puedo. Por supuesto, tuvo que pasar algunos días descomponiéndose un poco, seguramente hubo dolor, miedo y a veces oscuridad, pero era necesario que sucediera antes de transformarse.

Luego se mezcló con otros ingredientes que estuvieron esperando a que estuviera lista, se conocieron, se mezclaron y aunque algunos se parecían en su sabor, había otros que nunca se hubieran imaginado terminar mezclados con tal combinación... dulce y picante.

Lo dulce, aunque su sabor es agradable, fue precisamente lo que tuvo que descomponerse antes de este día, muchos creerán que para comer algo bueno solo es cuestión de tiempo, no. También implica la forma de preparación, los intentos fallidos y las mezclas inusuales, los desastres.

Hace unas semanas pensando en que cocinar es mi mejor manera de superar los malos ratos, decidí hacer mermeladas. Compre fresas y tenía suficiente canela para hacer esa extraña combinación, como era tiempo de festividades y no tenía dinero para comprar regalos para un par de familias que han sido muy generosas conmigo decidí compartir eso que salió de mi cocina.

El 30, mientras trataba de arreglar un día desastroso en mi oficina y que, al final, pude cerrar con buen término justo el 31, decidí comprar una piña. Sí. Compré una piña y dejé que se madurara al punto sin retorno de empezar a arruinarse. Recogí los estragos de gengibre que quedaron por ahí luego de una tos de chucho que tuve hace meses y hoy convertí piña, gengibre, azúcar y una taza de agua en mermelada.

El olor era espléndido, inundó mi casa y yo me sentí feliz. Algo se ha transformado y ahora es bueno. Creo que así es la vida, cuando tenemos días malos, en los que creemos que nada puede empeorar, luego los toques dulces que me regala Gabriela, con su cara de aflicción ante una realidad que no podemos cambiar de momento o los toques picantitos que me da Miguel con su compañía solidaria, con sus consejos y su "estar ahí" que a veces se resumen en solo caminar para ir a tomarnos un café. Yo soy esa piña, que a veces parece demasiado áspera, que se ve pasada.

Antes era bien fácil aislarme del mundo, volverme inmune a todo, a ensimismarme demasiado, pero ahora... ahora sé que algo viene y que será mejor.

Algo ha roto hervor, su danzar con el fuego nos dará la satisfacción de haber sido pacientes.

jueves, 2 de enero de 2014

¿Le ha pasado?

Que han tenido un par de días muy malos y que de paso termina sintiendo que la que es culpable de las cosas que suceden es usted, porque no tiene los ovarios suficientes para mandar al carajo a todos...

O que de repente reaparece ese mísero dolor que había desaparecido un par de meses atrás y que no la deja ser feliz gracias a los piquetazos que le da la espalda... y que maldice a todas las generaciones de médicos que no han logrado quitarle ese suplicio...

O que, para rematar, siente que está sola, aún cuando está acompañada de una multitud de gente que le repite que es parte de un colectivo y por más que intenta, no se siente parte de dicho colectivo y se pregunta por qué en otro colectivo no le dan cabida...

O que, cuando siente que al fin encontró el trabajo adecuado, que puede poner en práctica todo lo aprendido, se da cuenta que no, que igual no... gracias... y queda en un limbo que ya no es soportable.

O que, de la nada, vienen los sueños, las imágenes y alucinaciones más hermosas pero no importa, porque sabe que son algo que no existe y la dejan simplemente con los colochos hechos y quiere reventar en insultos contra la gente que no entiende nada de lo que dice..

¿no le ha pasado?

Que llega a la conclusión de que lo que busca a lo mejor no existe o está lejos y se siente perdidamente infeliz... y hasta le pasa por la mente que esta vida es una mierda.

Que una o todas las anteriores situaciones llegan a la vez... y quiere salir corriendo y a penas es 2 de enero...

ALTO! DETÉNGASE... lo sé, ser optimista es cansado, pero si Mike Jagger está viejo como está y puede cantar estas cosas, por qué deberíamos lanzarnos a la desgracia?

INDICACIONES POSTERIORES:
1. Póngase los audífonos.
2. Suba al máximo el volúmen.
3. Dele Play... y cante conmigo!