sábado, 30 de agosto de 2014

La seguridad es una cuestión de percepción (¿?)

Anoche regresaba de cenar con un amigo y abordé la 30B.

En algún punto de la colonia Escalón se subieron dos muchachos, instrumentos en mano y con pinta de rastafaris. Cantaron.

Saqué veinte centavos (que era lo único que podía darles) y los entregué cuando el más jovencito pasó, gorra en mano, pidiendo una colaboración o (al menos) una sonrisa. Les di los escasos centavos y la sonrisa.

Hasta ahí no era en nada diferente a todas las veces que he visto a cipotes subirse a cantar, a hacer malabares, hacer una rutina cómica e incluso (y me puedo morir tranquila con ello) a recitar poemas, pero sucedió algo diferente esta vez.

Los chicos cantores de Bob Marley acababan de bajarse en una de las paradas de la zona rosa cuando un tipo, que venía del lado de atrás del bus, se sentó repentinamente a mi lado, me asustó. No miento, me asustó mucho. Era tanto miedo que no le entendía qué me decía, mientras agitaba a mi lado su mano con algo en ella. En esa fracción de segundos traté de bajar mi miedo instintivo y fijarme qué era lo que tenía en mano y poner atención a lo que decía su voz que era un susurro.

Era un carnet, de la UES. Al fin pude entender que me estaba preguntando algo... "¿por qué le dio monedas a esos muchachos?"... ¿Qué clase de pregunta es esa?. Posiblemente por mi expresión (primero de susto y luego de desconcierto) el hombre empezó todo... "Soy estudiante de la UES y me fijé que le dio dinero a los muchachos, ¿por qué lo hizo?, solo mujeres le dieron dinero...¿fue por miedo?"

Vi su carnet, en la parte superior decía POST-GRADO. El sentimiento me cambió, ahora era de desconfianza. En el bus íbamos pocas personas, unas 8 a lo mucho, talvez 5 mujeres y 3 hombres. Todos se estaban echando el rollo que el tipo se había sentado a mi lado y un señor que iba casi a la misma altura pero del otro lado del bus se friqueó, creo que pensó que el tipo me estaba asaltando. Había toda una atmósfera de tensión. Tensión que no se dio cuando subieron aquellos músicos que nos habían deleitado con ritmos caribeños.

El tipo insistió en preguntarme... ¿por qué ha dado dinero a los cipotes?... le contesté. Siempre he trabajado con jóvenes y en proyectos culturales y artísticos, sería incoherente de mi parte no tratar de ayudar con algo a un joven que intenta vivir del arte y la cultura. Me dio las gracias por la respuesta, me dio la mano y se levantó, antes de irse me dijo... "disculpe por haberla asustado" y se fue.

Es curioso. Le tuve miedo.

Me puse a pensar que siempre es así, a diario veo que gente se sube a los buses a vender, a pedir dinero (forzosamente) o a ejercer el arte para obtener algunas monedas. Como casi siempre ando sola he aprendido a identificar al miedo o a la confianza cuando se sube en el bus.

Por supuesto, no había motivo para tener miedo o desconfianza de aquel hombre moreno, como de mi edad, que dice ser estudiante de post-grado de la UES, no había motivo. Pero algo me dice que la gente demasiado académica no es tan buena, que los que quieren entender un fenómeno social a veces no logran ver el todo o peor aún, ya he conocido los que ni siquiera lo ven de manera humana.

Luego pensé en la seguridad, que como mujer, no logro encontrar en casi ningún ambiente. En cómo percibo el concepto de "seguridad" y en qué pongo mi seguridad personal. Todo es tan complicado porque a veces, simplemente pienso que la dichosa seguridad se va volviendo quimera, animal mitológico.

Hoy amanecí pensando en vos, vos que seguis en las calles, sola.

martes, 26 de agosto de 2014

Nos están dejando sin nada

Este día me llegó la confirmación de un rumor: Cierran la Astral.

Radio Astral estuvo en el 94.9 del dial salvadoreño durante 21 años, dedicada a llevarnos el género del rock (casi todas sus ramas) a la sociedad. 

Estoy segura que la mayoría de mi generación (los que éramos adolescentes en los 90's) tenemos recuerdos ligado a esta estación que nos mostró grupos como Héroes del Silencio, Soda Stereo, Café Tacvba y otras bandas latinoamericanas. Sumado a eso, logró que nos acercáramos a la generación anterior, a la de nuestro padres, al mostrarnos el rock de la época de los 70's y así supimos de bandas como Led Zeppellin, los Rolling Stones y Pink Floyd. Y qué decir del oleaje que nos arrastró a todos los que disfrutamos del grunge y meneamos las melenas al ritmo de Nirvana, Pearl Jam y otros.

En lo personal debo confesar que casi no escucho radio, pero cuando me digno a sintonizar algo es precisamente la Astral (hasta ahora), me hace recordar a mi mamá preguntándome cómo yo... con estudios en teología, escuchaba "música diabólica" y contestarle con serenidad que no es música diabólica, sino una forma distinta de lenguaje. 

Cuando me enteré de la noticia, quisieron consolarme diciéndome que la radio pasará a formato digital, tal vez para los dueños de la emisora es lógico que los adultos podamos tener acceso a la radio digital en nuestros trabajos y mientras laboramos escuchamos música... pero ¿y los que no tienen acceso? Me refiero a la mayoría de jóvenes que no tienen acceso a radios online.

No solo cierran una emisora, sino la oportunidad de ser curiosos... de preguntarte de qué tiempo es tal canción o de preguntarte qué dice una canción y esforzarte por traducirla y (en el proceso) aprender un par de palabras en inglés (u otro idioma), de tener otra opción que no sea reguetón. Porque resulta que ahora, en el dial, en vez de la Astral estará una emisora dedicada al reguetón. 

Nuevamente, en lo personal, a mi el reguetón no me gusta, me parece vacío e indigno, tal vez muchos lo disfrutaran y sé que porque a mi no me gusta no dejará de existir, más bien, trato de evitarlo y coexisto con esa expresión cultural de manera respetuosamente alejada... pero los cipotes que en una época de la vida necesitan escuchar un poco de rock no le están dejando ningún espacio para reconocer en los acordes de guitarras no solo su propia rebeldía, sino buscar espacios para la expresión y el sueño de cambiar sus entornos. 

Posiblemente diran "esta tipa es demasiado pasional y está afectada" y si... soy pasional y me siento afectada... cómo le voy a preguntar a un cipote... ¿has escuchado a los Enanitos Verdes o a Metallica o a Poison? si sé que no ha habido una plataforma accesible para que pudiera tener la oportunidad (no que le guste el rock sino) de decidir (siquiera) que le guste.

Yo puedo escuchar la Astral en mi oficina, audífonos encasquetados, pero cuando mi sobrino crezca, cómo me va a decir... "Tía escuché la canción que te gusta, esa de Aerosmith".

Estoy segura que porque cierren una emisora no va a acabar la cultura del rock, pero honestamente me consterna pensar que los "empresarios" siempre van por opciones que les dan dinero o que mantiene al rebaño calmo. La cultura, el arte y las expresiones artísticas terminan siendo accesibles en la medida en que sean rentables económicamente. Me siento triste. Nos van dejando sin opciones.

Mi mamá, hace muchos años (casi diez atrás) me preguntó cómo una persona que lee y trata de culturizarse escucha "esas" canciones. No le dije nada en ese entonces, porque no tuve argumentos. Pero hoy le digo... no solo a mi mamá... sino a todo el mundo, cuando hay una expresión cultural como el rock, que traspasa no solo el eje de la música, sino que nos hace curiosos de la historia, de la delicia del amor y de otra tantas cosas, vale la pena escuchar "ruido".

Una muestra... Enrique Bunbury, exvocalista de Héroes del Silencio, al que admiré en mis 16 años, con su melena y pantalones a lo Jim Morrison y su cara de chico malo, que pegaba alaridos, ahora es un músico que sigue sorprendiéndome y que participó en la banda sonora de una película que estamos esperando ver en familia, si... mi mamá quiere ver esta película que retrata a un comediante mexicano que nos ha sacado risas y lágrimas desde que se fundó mi familia. Música, cine, recuerdos, amor, familia. Todo lo que hace el rock. Todo lo que el rock ha hecho en mí y que esperaría que otros puedan vivir también.


miércoles, 13 de agosto de 2014

"Genio... eres libre"

Hace dos días, mientras luchaba por no sucumbir a una nueva gripe, se nos comunicó al mundo entero que Robin Williams había muerto.

Debo confesar que me dio la misma conmoción que le dio a todo el mundo, ¿cómo un hombre que nos hizo reír a toda una generación había muerto de tristeza? Luego recordé que las emociones son un lugar pantanoso cuando no se tiene el cuidado de querer subsistir.

Sumado a eso, me vino a la mente el recuerdo de sus películas que no fueron de comedia. Recordé que fue su John Keaton el que me motivó tantos años en mi tiempo docente. Recordé que la tristeza también nos habita, solo que a veces se desborda sin que podamos hacer mucho, como le sucedió a uno de los alumnos del Sr. Keaton en "La Sociedad de los Poetas Muetos"

Ayer vino mi papá a mi casa, vino a ver si no me iba a morir de la gripe, es lo último que le falta, me dijo, refiriéndose a los problemas que ha tenido que enfrentar como papá en los últimos meses. Se sentó y mientras me acariciaba el pelo, como solo un papá puede me dijo... "bien triste que se haya muerto Williams".

Fue así como hicimos un repaso concienzudo sobre las películas de este hombre que vimos juntos, de las veces que nos retorcimos de la risa y las veces que nos sacó lágrimas en el viejo sillón de la sala. Es lindo saber que ha habido momentos en común con mi papá, con la familia entera.

Le conté que la Academia le rindió homenaje tierno y puro al publicar en tuiter la frase que le da nombre a este post... "Genie, you're free". Porque ciertamente la muerte es una liberación. Mi papá no sabía que la voz en inglés del Genio de Aladino era de Robin, se sorprendió y hasta dijo que algo familiar tenía ese "azulito panzón".



La visita de mi papá me trajo, no solo la plática sobre este artista, también trajo otros temas, no tan buenos y lindos como este, pero me quedó claro algo... los recuerdos compartidos seguirán ahí y que la muerte no solo ataca a nivel físico, a veces se van muriendo algunas esperanzas (y esa muerte también es liberadora).


PD. Para mi, Aladino  no es una de las películas mejores de Robin Williams... no mucho me gusta la película, solo me gustan las partes donde sale el Genio. Nada más. Pero todo lo que hacía este hombre me parece tocado por la bondad y la alegría (hasta las partes tristes)