lunes, 30 de septiembre de 2013

Se acaba

Septiembre siempre me ha gustado.

Es un mes magnífico para verificar mis propias fuerzas, porque una sabe de sus límites aunque no nos guste hablar de ellos. Mi debilidad siempre ha sido la tristeza. Hasta que dejé de llorar porque lloro, entendí que así soy y que es más fácil aceptarme tal cual que luchar en contra de mis necesidades emocionales de quedarme viendo al horizonte y desear ser otra persona más feliz.


Entonces, desde hace años septiembre ha sido para autoevaluarme, buscar salidas y abrir entradas. Este mes es para hacer un viaje mental a mi "lugar feliz" y sentarme ahí... sola o acompañada... y maravillarme de estar viva. De haber sobevivido a todo.

Posiblemente esta sensación nazca de la proximidad de mi cumpleaños, cerrar un año más en el cual, no tanto por los abrazos y felicitaciones, me alegra haber luchado por ser fiel.

La tarde de ayer me dediqué a ver el atardecer. Me quedé quieta y silente, observando cómo el sol se iba, cómo la noche caía con el peso de sus horas muertas, de su oscuridad y de sus ruidos particulares, del ruido que se produce en mi interior. Estar sola me gusta, me da espacio para verme y ser conciente de mi ambiente de la gente que dejo que se acerque.

Septiembre se ha acabado, este año no ha sido particularmente distinto, revisé mi corazón y descubrí que algunas personas se están terminando de ir, no les he retendio, más bien he alzado la mano para decirles adiós desde lejos. Eso no significa que no sienta la nostalgia del tiempo que una vez compartimos, sin embargo, ahora que se están terminando de ir lo que me queda es desearles una buena vida, un buen recorrido y decirles "yo ahora tengo otras compañías y otras rutas... y sé que vos también... que nos vaya bien a ambos".

Septiembre siempre es lindo porque es lindo sentirme triste en él, porque no me mata, no me atosiga, no es como mayo, cuando la tristeza es desmedida y arrolladora, no. Septiembre es tierno, me abraza y me dice... "tenes derecho a la tristeza... vení, tomémonos un café sin pronunciar ni una pinche palabra... yo te acompaño". Por eso amo Septiembre. Porque me deja ser triste, pero me recuerda... a la vez... que la alegría está a la vuelta de la esquina... o viene a mi casa de vez en cuando.


Te me vas Septiembre, pero dentro de once meses te daré la bienvenida con nuestro muy acostumbrado café.

domingo, 29 de septiembre de 2013

Ella ahora es una adulta

Hace veintidos años nació Gabriela. Su nombre se lo busqué yo, faltaba menos de un mes para que yo cumpliera catorce años. No nos parecemos físicamente, somos totalmente opuestas. Somos opuestas en todo sentido. 

Ayer se lo decía a Miguel, mi familia, pero en especial mis hermanas y Sebastián son el GRAN amor de mi vida, muy niña decidí, por las circunstancia, que jamás permitiría que nada malo les pasara. Me sentía la gran paladina de ellas. En especial de Gabriela.

Luego crecimos, ellas y yo. Una se da cuenta que no puede proteger del todo a la gente que ama, no puede evitarles dolores, caídas y desamores... entonces solo queda una salida: sentarse con ellas y tratar de consolar sus lágrimas. 

Creo que haber cuidado a mis hermanas fue en realidad de las cosas que más me marcaron en la vida, es cierto... no tengo, ni tendré hijos... pero sé que soy capaz de cuidar y amar a otras personas gracias a la gran experiencia de haberlas amado sin entenderlas en absoluto. 

Gabriela siempre ha sido tan frágil, siempre muy inocente, sufría cada vez que me contaba que un niño la molestaba en el kinder; me daba risa que siempre fue muy novia, su primer novio fue el príncipe azul que mataba al lobo feroz y ella era caperucita roja en una obra de teatro cuando iba a preparatoria. 

Lo sé, ha tenido muchos príncipes azules... todos en distintas tonalidades de azul... Siempre me maravilló su capacidad de enamorarse, de sobrevivir con dignidad y pocas lágrimas a los más sonados cortes, de secarse las lágrimas y decir... "este cree que es el único de la tierra" y creer que el siguiente será mejor. Tiene un hermoso corazón. 

Siempre me ha maravillado su magnífica capacidad de decir "voy a hacer X cosa" y aunque nadie le tenga fe de ver finalizada la misión, lo finaliza, no por gana de demostrarlo, sino por el simple gusto de saber que lo pudo hacer. Así estudió gastronomía... a pesar de nunca en su vida haber entrado a la cocina, a menos que fuera a traer su plato de comida o lavar los trastos. Es obstinada. 

Hace unos días le dieron su primer trabajo como chef... bueno... es una forma de decir que será la aprendiz de un chef viejito y maltratador en un restaurante gourmet de este país, no se imaginan el miedo que tengo de que no aguante el ácido. "No te preocupes, hice horas sociales con vos, eso me preparó para cualquier viejito terco" ¬¬ Pero es cierto. 

En medio de explicarle cómo no perderse en la zona rosa, explicarle que los trámites de la pnc no se pueden hacer un día antes de la fecha límite para entregarlos y escuchar su voz totalmente afligida en el teléfono diciéndome... "ayudame, me perdí... y no sé cómo llegar al restaurante... frente a mí hay una farmacia", recordé que siempre la he cuidado, siempre estuve pendiente de ella... ella que es celosa, caprichosa y consentida. En mi opinión, los peores defectos en una mujer.

Recordé que aquel domingo en el que nació cayó una fuerte tormenta y que, al día siguiente, cuando fuimos a traer a mi mamá y "al niño" a la primero de mayo, me pareció el bebé más lindo que había visto en mi vida, desde ese momento no se la volví a dar a mi mamá hasta que se le ocurrió que tenía hambre y le dieron pecho. Ella fue mía, sigue siéndolo, es mía porque así lo quiso la vida. Porque, como me dijo ayer, "vos siempre me ayudas a llegar a donde sea", ella es mía no porque yo la haya cuidado el 80% de su vida, ella es mía porque me ayudó a llegar a ser buena hermana. Es mía porque siempre, siempre le he deseado una vida muy distinta a la mía. Le he deseado la felicidad como ella la quiere. 

Ella ahora es una adulta, cumple 22 años, quiere casarse, quiere cocinar y quiere verme luego de casi dos meses de ausencias. Ella me llama en la mañana de su cumpleaños y me dice... "te he extrañado tanto, pero pronto te cocinaré algo rico en tu casa".

Lo sé, ahora ella se siente adulta y yo (quizá estúpidamente) desearía que regresáramos el tiempo, a esa época en la que ella tenía 3 años y  yo 17 y yo le cocinaba algo. 

Feliz cumpleaños Gabriela.

jueves, 26 de septiembre de 2013

Margarita

Tengo una amiga. No, no se llama Margarita. En realidad no importa cómo se llame. Esta mujer es valiente, pero también es una niña que sigue en búsquedas interminables pero que la hacen ser la que es.

Tiene hijos, ama profundamente, tiene pleitos, es trabajadora y excepcionalmente creativa.

Les hago toda esa contextualización antes de presentarles un video que llegó esta mañana a mi muro. Lo vi e inmediatamente pensé en mi amiga. Me dio mucha ternura. Luego me quedé pensando que no solo mi amiga, muchas mujeres se ven reflejadas en esta historia que una vez Rubén Dario escribió para una niña.

Acá les dejo "Margarita", una animación de Hampastudio (empresa española). Véanla y se sienten identificadas o relacionan a alguna mujer con los personajes el objetivo habrá sido cumplido.



MARGARITA from HAMPA STUDIO on Vimeo.

Magda, este es para usted.

Medicinas

Hace exactamente un año, mientras Miguel estaba en México, fui al médico. Había algo en mi organismo que no estaba funcionando. No, no era a nivel mental. 

Durante un año, en especial los primeros tres meses, he pasado sumergida en toda una variedad de exámenes médicos, desde los de sangre... los raspados... citologías... hasta estar acostada más de media hora con un scaner encima sacándome una fotocopia de corte axial. 

Bien entretenida mi vida.

Sumado a todo eso... las medicinas. Como en mi negación de morirme de lo mismo que se murieron mis abuelas (ambas) empecé a consultar otros médicos... hasta llegar a las manos de mi actual ginecóloga. La amo. En serio, la amo. Esa mujer ha sido ruda como médico de hospicio, pero suave como una amiga de mucha confianza. Por supuesto... ella que es la gran candidata para el título de "Heroína del año" me atipujó de medicinas. Las más caras de mi vida, por cierto.  

El resultado: estoy a dos o tres meses de ser dada de alta total y permanentemente de este suplicio hemorrágico. 

Por supuesto, todo esto ha tenido un costo.

Revisando mis finanzas.. muy malas por cierto, llegué a la conclusión que gastar casi $200 solo en exámenes cada tres meses ha causado un impacto grande y ya no digamos los dos meses de medicinas intensivas. Ahora ya me quedé solo con las medicinas "de cajón". Una vez al mes... voy y compro mis correspondientes blisters que duran tres semanas. 

Mi sorpresa este mes que recién inicia (medicamente hablando) es que ambas medicinas han aumentado de precio. Ahí me tenían frente al mostrador contando y buscando hasta el último centavo perdido en mi cartera para no tener que regresar por las pinches pastillas.

Justo cuando caminaba hacia mi casa pensé que jamás leí la Ley de Medicamentos. Soy una incongruente. Pensé que, bien que mal, fácil o no fácil... yo he podido solventado el 90% de mis gastos médicos de un año. Me sentí muy mal por quienes no pueden. Es una tristeza-pedrada bien fea. 

Solo dos meses más. Solo dos meses.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Ver y mirar no son lo mismo.

Estamos acostumbrados a ver pasar gente... pero no nos detenemos a mirarlas. 
Muchas razones pueden estar influenciando: trajín diario, problemas propios, accidentes en nuestras cabezas... distracción. 

Durante años he pensado que no me di el tiempo y la oportunidad de conocerte bien, querido niño, nada pude haber cambiado en tu vida o en tu entorno. Pasé junto a tí mientras cantabas aquella canción de Charly García y me maravillaste con tu infancia-adultez prematura. Trece años han pasado y hoy te he recordado precisamente por esa canción que te sacaba del montón en medio del patio del recreo.

En la actualidad, a veces, sigo con la mala maña de solo ver y no miro. A veces, quiero cambiar esto. 



Yo no quiero saberte tan triste,
yo no quiero saber lo que hiciste,
yo no quiero esta pena en mi corazón...

domingo, 22 de septiembre de 2013

Vivir en pareja

Soy la eterna soltera, una de mis metas en esta vida es no cambiar de estado civil. Seguir siendo soltera hasta que me muera. 

Sin embargo, cosa distinta es vivir en pareja. No. Nunca he vivido en pareja. Posiblemente haya sido miedo, circunstancias y huidas a tiempo. No lo sé.

Tengo casi cuatro meses de vivir sola y hacer diez años (en octubre del 2003) me fui por primera vez de la casa paterno-materna. En diez años han pasado muchas cosas... vivir en Guatemala (en dos ocasiones), trasladarme a vivir a Suchitoto (casi un año completo) y vivir en San Salvador (en tres casas distintas, incluyendo en la actual). Por supuesto han pasado algunas parejas en ese lapso. 

En realidad no es que me haya planteado vivir con alguien en serio nunca. Incluso ahora que estoy en la relación más larga y estable de mi vida. A lo mejor sea que me estoy poniendo vieja... sí, tener 35 no es lo mismo que tener 25... tengo como 25 libras más, algunas arrugas (tenues y tiernas) cerca de la comisura de los ojos y las canas se me ven hermosas en medio de la negrura habitual de mi pelaje, pero ADEMÁS, ahora si se me pasan algunos temas por la cabeza que jamás habían aparecido. 

Nunca fui, hasta ahora, de relaciones serias o duraderas. Quitando las relaciones ocasionales y furtivas puedo asegurar que solo he tenido tres relaciones significativas, una a los 24, otra a los 32 y esta que me ocupa el poco tiempo libre que tengo. 

Recuerdo que cuando me fui a vivir sola la primera vez tenía una "especie de relación" con un muchacho algunos años menor que yo, él estudiaba arquitectura y yo estaba en medio de la teología, nos conocíamos desde hacía mucho, cuando eramos unos adolescentes. Fue la persona que me ayudó a ordenar y decorar mi primer hogar y sobre todo evitó que saliera corriendo de regreso a casa de mis papás cuando me sentía sola. Pero siendo muy honesta, él no se quedaba mucho tiempo, salvo una ocasión en la que se quedó tres o cuatro días seguidos. Con el tacto de un rinoceronte en plena embestida le pregunté a la quinta mañana de amanecer con él si no iría a visitar a su mamá. Soy lo peor. Se levantó, agarró sus hermosos libros de arquitectura, la ropa que habitaba en su mochila y se fue. No lo vi en tres meses. Me di cuenta que ninguno de los dos estaba preparado para vivir en pareja. 

La segunda vez fue a penas un esbozo antes de marcharme a Guatemala, pasé refugiada unos días en casa de mi pareja de entonces ya que yo no vivía como me gusta: sola. Había pasado la peor época de desempleo de mi vida, gran parte del año no me había salido ni la Siguanaba. Justo cuando sentía que me ahogaba me llamaron de Guate y me ofrecieron algo que no podía dejar pasar. Lástima que justo en esos días previos a irme fueron realmente horribles en el aspecto emocional, pero creo que fue bueno irme. Claro, eso no se ve en el momento, tuvieron que pasar varias cosas para saber que fue lo mejor. No es darse paja y decir... "estaban verdes", sino más bien hacer una lectura objetiva y luego decirse a una misma... "a saber qué putas estabas pensando", no por la otra persona, sino por decisiones que una toma. Me quedó la satisfacción (hasta la actualidad) de no ser enemiga de mi ex. 

Pero desde hace unas semanas me puse a analizar mi actual relación. No vivimos juntos, pero tenemos una convivencia compartida que nos ha resultado cómoda a ambos. Pero ayer sucedió algo peculiar: me atreví a preguntar si viviremos juntos en algún momento. Por supuesto, siendo Miguel como es (y es de las razones por las que más lo quiero) me contestó con la sinceridad absoluta "no sé"... de hecho, yo tampoco lo sé. Pero fuera de la molestia típica femenina de siempre querer saber el futuro, me pareció que es lindo no tener un futuro. Es decir, tenemos planes... queremos hacer cosas juntos... a veces fantaseamos en tener un negocio, en buscar soluciones familiares, en buscar una casa y comprarla, en ver crecer a sus hijos y a mi sobrino... pero no hay nada escrito y eso me da tranquilidad. Me da paz. 

Sí, soy rara. 

Luego pienso... vivir en pareja ha de ser feo. Pienso en el desgaste de oír cosas constantemente, de decir... "si yo cociné... vos lava los platos" y varias horas después me veo lavándolos, o decir "quiero ver tal obra" y escuchar un "ya la vi, buscá con quién venir a verla" en respuesta, también en el pleito por tomar el control remoto y no ver otro partido de tenis más del US Open o tantas otras pequeñeces absurdas. Todo el romanticismo de vivir juntos se va al... ahí. 

Posteriormente pienso en su perfil delineado por la luz de la mañana que entra por la ventana del cuarto, en su abrazo amoroso a las 3 pm mientras hacemos la siesta del sábado por la tarde, de las risas compartidas y de la compañía a la hora de que algo me duele. De la paciencia que me tiene y de su consejo siempre a tiempo. 

Somos tan complejos. 

Y me sorprendo cuando, sin que él esté, me quedo viendo un set de la Serena Williams o me acuerdo de él cuando veo que una escritora que le gusta cumple años o me pongo a ver películas que sé que le gustan y que jamás me habría imaginado ver, con el pinche objetivo de ver por qué le gusta tanto la dichosa película post-apocalíptica. 

Lo dije ya, me estoy poniendo vieja, que es la época en la que más necesitamos compañía tranquila.

Yo ya vivo en pareja, no vivimos juntos, es cierto, pero es claro que no es el futuro lo que nos une, es lo que vivimos a diario y soy feliz con eso.

PD... este post nació luego de oír a unas mujeres en mi oficina decir que cuando una quiere que su hombre "de el siguiente paso" debe presionar y casi que vestirlo para ir a la boda, porque sino ellos no dan modo. Me pareció tan triste escuchar aquello. Me quedé pensando en qué sentido tiene obligar al otro a hacer algo para lo cual no está listo aún. No me hagan caso. Estoy divagando. 

sábado, 21 de septiembre de 2013

La Nonna

Hace unos meses Tatiana de la Ossa, directora de teatro y actual Directora Nacional de Arte... y además mi ex jefa del proyecto de Suchitoto en el que trabajé hasta marzo de este año me encomendó una misión: adaptar un texto.

Roberto Cossa, un dramaturgo argentino escribió la obra "La Nonna" en 1977, año en el que yo nací. Treinta y cinco años después Tatiana me pidió la adaptación del texto original al "salvadoreño" actual. Eso fue allá por mayo. 

Anoche, Miguel y yo caminamos desde mi casa hasta el Teatro Luis Poma para ver la puesta en escena de la obra, bajo la dirección de Tatiana, con un elenco de actores y actrices muy respetados en el país y la participación de muchas personas en la producción.

Se siente raro ver algo puesto en escena cuando has tenido "algo que ver" con la obra. 

Podría hablar sobre lo que me pareció la actuación de un texto que pasó frente a mis ojos más de una semana y en el que procuré hacer lo mejor que podía... imaginar. Podría. Pero no lo haré. Los invito, sé que esta invitación es tardía. De hecho la obra tiene ya una semana completa de haber estrenado y por diversas y pintorescas razones no había podido ir a verla. 

Alguien que fue a ver la obra la semana pasada y al reconocer mi nombre legal en el programa de mano, me mandó un mensajito: ¿Esta KR de la Nonna sos vos? Justo desde el jueves 12 tuve una recaída de mi tratamiento. Estaba en medio de un dolor espantoso cuando esta persona, quien siento que me tiene estima, me regañó por no hacer del conocimiento acá en el blog esta "magnífica oportunidad". Lo siento, quizá he andado más ocupada en sobrevivir que en hacerme auto publicidad. 

Anoche, mientras caminábamos hacia el teatro Miguel opinó lo mismo, no doy a conocer estas cosas que parece que son muy importantes para las personas que dicen ser escritoras. Esta mañana, mientras pensaba en muchas cosas y personas, caí en la cuenta, ni siquiera a mi familia les he contado, también caí en la cuenta que no he visto a mi gente en más de mes y medio y reconocí que me habría gustado invitar a mi papá, creo que lo extraño, pero eso ya es un sentimiento que debo arreglar por mi cuenta. 

En resumen: La Nonna seguirá presentándose en el Teatro Poma, mañana domingo a las 5 p.m.... y luego los próximos jueves, viernes (ya están agotadas las entradas) y sábado a las 8 y de nuevo, el domingo próximo a las 5 p.m. Quedan invitados... y si, la que aparece bajo el título "Adaptación de texto" soy yo.

PD... Este domingo se me ha informado que La Nonna ha sido un evento cultural muy arrollador, por tanto, el Teatro Luis Poma ha decidido abrir una función extra para el sábado 28 a las 4 p.m. por si se anima a ir.

Despertar

Proust dijo una vez... "Me recosté en la cama y al mirar las cosas con atención, me sentí realmente vivo".

Existen miles, millares de maravillas en esta vida, hay maravillas como gustos excéntricos. Para algunas personas son las nubes, para otros los animales o las delicias del alcohol, otras personas se maravillan con la gastronomía y otros con las estrellas. 

Quizá sea que toda la vida me ha costado dormir, más en algunas temporadas, pero el hecho de amanecer y abrir los ojos (aunque haya dormido poco) siempre me ha llamado la atención, es salir de un mundo (el de los sueños) para entrar en el habitual. 

Esta tarde, Miguel me preguntó hasta qué edad quiero vivir. Me dio pena decirle la verdad, que a veces quisiera morirme a diario o por cuotas  y le contesté... sesenta años o algo así... Hay días en los que no sé hasta qué edad quisiera vivir, no le pongo demasiado cuidado. Pero lo que si estoy segura es que me gustaría morirme así... durmiendo. Solo acostarme, conciliar el sueño y ya nunca más despertar. 


Sentirse superiores

Mucha gente me ha dicho que el sentirse superiores es de los más grandes defectos de los exalumnos jesuitas. Durante años no solo pensé que era cierto, sino que me sentía orgullosa de ello. 

De repente las experiencias me demostraron, no siempre de la mejor forma, que el egocentrismo y desfachatez de sentirse superiores al resto de la humanidad es un vicio horrendo. 

No es falsa humildad, porque la tal "falsa" humildad no existe, es como esa expresión tan absurda de "envidia de la buena"... no, no existe... humildad es humildad y envidia es envidia... a secas. 

Una vez Miguel me mostró un video, era de un TEDx, en el video un matemático empezó a contar la experiencia de querer comprobar una teoría de esas raras que siempre quieren demostrar los ingenieros y conexos... para demostrarlo tenía que precisar de la ayuda de un pizzero, así es, un señor que hace pizzas. En el intento de llevar a cabo el experimento le dijo al pizzero que cortara la pizza por mitad, el hombre muy obediente lo hizo, luego le dijo el señor matemático-lógico que por favor cortara una porción perpendicular pero no en el centro. El pizzero se le quedó viendo extrañado, el matemático comprendió que no le estaba entendiendo, entonces le dijo "si, haz un corte de noventa grados a un quinto del diámetro de la pizza"... el pizzero aún más extrañado. 

El matemático supo que no le estaba entendiendo, entonces le dijo... "haz una cruz"... al pizzero se le iluminó el rostro porque al fin había entendido lo que el matemático le había dicho de varias formas e hizo el corte. 

El maitro pelón y matemático dijo algo que me quedó dando vueltas en la cabeza desde que vi el video: todos podemos entender algo, pero dependerá de nuestra experiencia, nadie es estúpido, nadie es idiota... simplemente no nos comunicamos de la misma manera. No es solo que el otro no entienda, es que el que trata o es más estudiado, no está orientando de la mejor manera.

Cuando alguien se siente superior que el resto de las personas, su primer error es que no ve el contexto de las personas, no pregunta y solo señala. 

Tantos años he sido así. 

Posiblemente hay gran parte de mí que sigue siendo así, pero hay algo que ha cambiado (creo). Es largo el camino para ser gente, además de largo también está lleno de baches y piedras, la gracia está en querer seguir a pesar de los tropezones. Los que se creen superiores que los demás ya están en un pedestal y se ven hermosos ahí. 

jueves, 12 de septiembre de 2013

Santiago

Conocer Santiago fue realmente mágico, pasar solo unas semanas sumergida en libros y forrada de chumpas y sueters, casi que solo caminaba del apartamento a la Universidad y viceversa.

Lo único que si hice, en esos días de tormenta y frío fue ir al Palacio de La Moneda. Y una es tonta... porque termina derramando lágrimas de pensar muchas cosas referente a lo histórico, como cuando termino llorando mientras transcribo entrevistas de mujeres que vivieron una masacre, como cuando a los 14 años terminé llorando agarrada de la mano de mi papá, en medio de la misma plaza donde años antes, durante el entierro de Monseñor Romero, él mismo iba a terminar aplastado o baleado... ambos pensábamos que aquella plaza retumbando de gente y banderas era lo más hermoso que habíamos visto.

Una tiene derecho de llorar por su historia, por la historia que va recorriéndola a una y la que una recorre. Llorar por gente en aviones, por gente que muere por gases, por gente que no tiene una vivienda adecuada y que corre peligro en un temporalito de morondanga. Una tiene ese derecho, pero también el deber de hacer algo concreto por tratar de que este mundo no sea tan peor, que no sea como el de hace cuarenta años, que no sea como el que gente sin conciencia quiere para sí.

Conocer Santiago es conocer San Salvador, es conocer Managua y cualquier otra ciudad latinoamericana, no por lindas o parecidas, es porque compartimos una historia, una sola sangre y un canto profundo que llama a vivir. 


miércoles, 11 de septiembre de 2013

Apantallar

Esa costumbre casi animal, arraigada a pesar de años y años de evolución humana, es algo con lo que debemos lidiar al pertenecer a una sociedad.

Durante mis largos años de soltería me di cuenta, los hombres tienen diversas formas de "apantallar" a las mujeres que son objeto de su afecto y/o interés. 

Los más básicos se conforman en mostrar músculo, su bravura y cosas un tanto vikingas. Ash. Casi son machos alfa. 
Otros se van por parecer el que resuelve las necesidades de su potencial pareja y prole... el macho proveedor. 
Otro... ya un poco más evolucionado en asuntos sociales, es el protector, no solo va de cacería, sino que además está pendiente de que la cueva donde habita su manada no se inunde, que le de el sol a cierta hora, que la alimentación sea balanceada. 

Y luego estás vos, el que me apantalla regalándome poemas en mails, datos interesantes, proporcionándome información para tener conversaciones serias o discutir estupideces como cuántas horas pasó muerto Jesucristo, aunque eso no nos importe en realidad. Vos que me has hecho leer otra vez, que me recordas cuándo tomarme las medicinas... que me insistis en alimentarme bien, vos que me has hecho llorar un par de veces para que yo evolucione. Vos que amaneces de cuando en cuando en mi cama.

Vos que me apantallaste desde un inicio. Solo necesitaste una canción. 


lunes, 9 de septiembre de 2013

Jodida

"Si me mal jodes una vez... es tu problema,
si me mal jodes una segunda vez... es MI problema."
Samantha Jones
Sex and the city

"Joder".

Joder a otros o que te jodan, no como sinónimo de trato sexual, sino de cansarte, de acabarte la paciencia, de decir cosas que afectan de manera negativa, de llevarte al limite en el que empezas a alzar la voz. 

En medio de una llamada, ayer... me detuve a tiempo. No seguí alzando la voz, en vez de eso, guardé silencio y dejé que hablaran lo que querían hablar. No hay nada más rico en la vida que, al terminar de vomitar reclamos, la otra persona se quede callada y vos solo decis "ok"... y colgas.

Es el inmenso placer de implementar una indiferencia medida, táctica y fría. Eso puede más que los gritos, el llanto y la autorecriminación. 




viernes, 6 de septiembre de 2013

Mataflores...

Suelo ser distraída y/o puedo mantenerme al margen del mundo, de forma que paso desapercibida, puedo pasar a su lado y usted (se lo prometo) ni siquiera se diera cuenta... o viceversa.

Estaba leyendo los periódicos como cada mañana (investigando un tema específico), tratando de ya no darle vueltas a los pensamientos recurrentes de la noche anterior... cuando abrí mi cuenta de tuiter... sigo un par de rotativos nacionales y en eso pasó un tuit... le pasé la mirada tipo aeroplano y leí... "accidente de avioneta en Bosques de la Paz... tulipanes lesionados..."

¿¿¿TULIPANES??? O_o

Regresé a leer el tuit... sentí un enorme alivio al leer bien... tripulantes lesionados.

¿Se imaginan qué mundo más cruel y descarado en el que un par de tulipanes se ven tirados en el piso, en medio de un charco de sangre?

Tengo que hacer algo contra esta mi imaginación de muchachita puberta... o aprender a dibujar para mostrarles la imagen que tuve del tal fatal accidente...

Mátenme, por favor.

PD... ningún tripulante de avioneta murió en la redacción de este ridículo post.

jueves, 5 de septiembre de 2013

La cacerola

El domingo pasado llegó Miguel con su mochila al hombro a mi casa... me preguntaba qué traía en ella. Domingo no es día de mochila para él, es viernes. 

Abrió el artículo contenedor y de él sacó... una cacerola. Un día antes habíamos andado buscando una cacerola triple b (buena, bonita y -sobre todo- barata) y nada, solo encontramos una que me enamoró por su precio: tres dólares... la Tienda Morena es lo mejor para mí. 

Sin embargo, nos quedamos con la sensación de que nos faltaba una cacerola extra en la casa, pasé tres meses haciendo malabares con una sola sarten, no se imaginan lo estresante que es tratar de armar un almuerzo o desayuno decente con una sola sarten. 

Miguel sacó aquella cacerola, es grande, contundente y hecha de barro negro. La compró - me contó - hace como unos tres o cuatro años atrás en un pueblo de oriente del país (no logro recordar dónde) y había estado guardada en su casa, refugiada de la posibilidad de ser quebrada por alguno de sus hijos. Hoy vivirá en mi hogar. 

Como mi intensión es cocinar todos los días para comer sano ahí me tenían... preparando mi almuerzo del lunes: pollo con piña y salsa de mandarina... quedó rico. 

El artefacto para cocinar es bueno: tiene buen rito de cocción y además no se calienta su mango. 

Esta mañana estaba preparando mi almuerzo de hoy cuando pensé que (debido a los últimos sobresaltos nocturnos, debido a un par de balaceras escuchadas últimamente) también sería un excelente escudo y arma de defensa personal. 

En serio... alguien haga algo con mi paranoia. En serio. 

Diario de una gorda

El martes fui donde mi ginecóloga, me felicitó por estos tres meses de estabilidad emocional y hormonal, es decir, he dejado de ser la versión actual de la mujer con hemorragia que aparece en un libro de la biblia... la segunda felicitación llegó cuando me dijo... súbase a la báscula... he rebajado 5 libras... luego me dijo...claro, eso no es suficiente, debe consultar a una nutricionista para bajar las 15 libras que le falta bajar. 

u_u

No sabe mi amada ginecóloga que tengo casi tres años de estar peleando con las mismas 15 libras, que me como una galleta en la mañana, antes del almuerzo, que me levanto más temprano para preparar mi almuerzo... intentando que sea sano... que me canso con nada y que Miguel me hace chiste porque sudo como porcino antes de llegar al destasadero cuando hago algún esfuerzo mínimo. 

No sabe nadie la presión que implica la gordura... escuchar "Niña qué flaca estas" en tono de halago (como dijo Mariana un día de estos, no quiero vivir en un mundo así). Tengo 35 años, no tengo mi organismo de los 20 cuando no almorzaba y eso ya implicaba que había bajado libra y media. 

Son las 10:30 a.m. y nadie (realmente humano) puede sobrevivir hasta el mediodía con solo haber comido tres rodajas de piña y una tacita de yogurt. Nadie!

Veo mi almuerzo, está ahí... esperándome... diciéndome... "KR... ¿te acordas esta mañana cuando me estabas cocinando? ¿Verdad que el aroma era rico? ¿por qué no me comes ya y terminemos ya con esta tortura?" Yo me pongo los audífonos y me acuerdo que Freddy está cumpliendo años... bueno, que estaría cumpliendo años si no se nos hubiera ido en las primeras tandas de muertos por SIDA. 

Pobrecito... tanta presión sobre él... como la que tengo yo ahora...  trabajar, parecer normal, querer a la gente aunque no la entienda, ahorrar, pagar, contestar exámenes, rebajar... rebajar...

Distraeme Freddy, no quiero devorar mi almuerzo ya. 


miércoles, 4 de septiembre de 2013

Conflicto femenino

Todo empezó hace dos o tres sábados, cuando mi madre me gritó por teléfono, por supuesto lloré. Toda la tarde pasé deseando que mis recuerdos (los malos) fueran archivos para poder ser enviados al bote de la basura, pero no es así.

Me negué a hablarle, quizá estoy cansada y solo quería descansar, pero no es cierto, aunque no le hable, aunque no la llame o conteste sus llamadas... la verdad es que sigo pensando en ella. 

Anoche venía caminando bajo la lluvia y me dirigía a mi casa cuando vi que mi papá llamaba, le contesté y solo me dijo... qué tal estás e inmediatamente me preguntó... "¿Por qué no le hablas a tu mamá?" Como pude me aguanté la reacción inmediata y le dije... te puedo contar otro día, cuando nos veamos en persona, ahorita voy en la calle" por supuesto él no se quedó conforme con mi respuesta, pero la respetó. No insistió, solo me dijo... ¿Está lloviendo, verdad? cuando llegues secate bien para que no te de gripe, le agradecí el consejo y colgamos. Lloré el resto del camino. 

Emme es mi amiga, no quiero decir que la mejor, pero ciertamente desde hace un año me acompaña en alegrías y tristezas, de hecho trato de que ese acompañamiento sea recíproco. Anoche, mientras tomaba un poco de caldo de pollo llegó, traía en sus manos una semita y entró, le conté de mi conflicto, me dijo algo que es cierto... "las madres siempre se sentirán celosas de una alegría que no es compartida con ellas". Me puso un ejemplo concreto: ella había viajado mucho, por estudios, por carrera, por muchas cosas... su mamá siempre estuvo feliz y orgullosa, hasta que un día viajó con su novio a Europa.. a visitar a la familia de éste. Entonces todo cambió.

Me quedé pensando... yo no vivo "legalmente" con mi familia desde hace más de diez años... por temporadas he regresado pero siempre ha estado latente esa necesidad (mía) de vivir sola. El año pasado cuando me mudé a Suchitoto todo fue fácil y fluido porque era NECESARIO que me mudara, era lejos y mi trabajo era demandante. Hoy no. Vivo lejos de ellos por opción, por decisión. Por necedad (según la opinión de mi madre). 

A veces me pregunto si la que está mal (en serio) soy yo. 

Seguí llorando, porque aunque siempre digo que ya no voy a llorar, es mentira... siempre lloro cuando me acuerdo, siento como cuando un novio me ha cortado. Aunque ahora la que ha cortado soy yo. 

Esta mañana venía a la oficina. El bus venía con algunas personas de pie, yo venía sentada a la orilla del pasillo, una señora muy grande, con una bolsa llena de tetuntes (grandes también) me golpeó, yo no dije nada, solo traté de esquivar cuando vi que venía un segundo golpe, ella se fijó que me había apartado y empezó a decir "al aire" que si no queríamos ser golpados o maltratados que era mejor usar taxi o comprar carro. Ese comentario al aire era para mí. 

Me levanté, porque ya me tocaba bajarme, y en ese instante me dieron ganas de decirle a la señora, de la manera más educada posible, que prefería tener educación y ver de no golpear a la gente que tener carro, que era mejor saber que si se golpea a alguien nadie va a culpar a nadie, pero que es una buena cortesía el poder decir "lo siento" y no decir/hacer algo peor que el golpe inicial. Que las hijas podemos aceptar esa frase bien fácil... "lo siento"... porque también podemos decirla... que habemos personas para las que no es importante poseer cosas, pero si las emociones.  Pero no dije nada. Ni siquiera vi a la cara a la señora. Me di cuenta que todo lo que le quería decir a esa desconocida, también se lo quiero decir a mi mamá. 

Me bajé del bus y caminé hasta mi oficina. A veces pienso que mi conflicto femenino no es con esa señora, o con mi mamá... es conmigo misma. 

martes, 3 de septiembre de 2013

Anoche había un corazón triste en la ciudad

Decir esto es muy inexacto. Lo sé... habían muchos corazones tristes anoche en mi ciudad. 

Pero el de Norman es el que me interesa. MI Norman estaba triste. Nos escribió a Carmen y a mí, no solo para decirnos eso, sino para contarnos el motivo: el gran amor de su vida se fue a Madrid a sacar una maestría y aunque sé que está orgullosísimo de ese amor, eso no le evitaba sentirse un poco derrotado de tanto desamor.

Porque el amor es así, uno se siente herido no solo porque lo boten o lo maltraten, hay un dolor más grande que no ser querido... el de ser querido pero estar lejos. La tristeza por esa lejanía es como una migraña. Sabes que pasará, pero en el momento no podes ni moverte del dolor. Lo sé, porque también lo he sentido alguna vez.

Norman está en este lado del mundo y su gran amor ha de estar aterrizando en Madrid, lejos no solo de su pareja, sino también de su familia y el resto de amigos, lleva en su maleta alegrías, expectativas y todos nuestros buenos deseos, seguramente empacó también su transtorno obsesivo-compulsivo, su sarcasmo y los abrazos que esperan para cuando se reuna con Norman de nuevo. 

Ellos ya son adultos, son tan adultos que a veces me ha costado reconocer a los niños que fueron adoptados hace casi diez años, sin embargo, anoche, luego de contestarle a Norman el mensaje enviado... pude reconocer que mi amor por ellos está vigente, aunque no nos veamos, aunque ya no compartamos las tardes de septiembre en un colegio. 

Anoche había un corazón triste en la ciudad y yo quería darle consuelo, abrazarlo y decirle "sos valiente, esto va a pasar y ya veras... te reunirás con tu gran amor y será genial". La vida es eso. Sentirse tristes y recibir abrazos que te consuelen. 

lunes, 2 de septiembre de 2013

Sentimientos encontrados...

¿Si son sentimientos encontrados es que antes estaban perdidos?

Un día Edgar me reclamó fuerte porque en el post del aniversario de la matanza de los estudiantes universitarios dije que no entendía la violencia que hacía asesinar (no importando si son jóvenes en la actualidad), por supuesto su indignación se quedó flotando como mal y apestoso pedo en medio de una multitud. No hallas a quien echarle la culpa. 


Disculpen el simil anterior, creo que hoy ando algo ácida. Mal por mí. 


Esta mañana al abrir el periódico... qué insistencia la mía de joderme la vida leyendo noticias... me encontré que asesinaron a un reconocido pandillero, el viernes anterior habían matado a su esposa y el domingo (ayer) a otro de la misma pandilla. Leí un artículo en El Faro que me impactó, no tanto por las muertes, al final asesinatos de estas personas son casi como morir de muerte natural. Me impactó porque hablaba de los hijos de la mujer. Pero sobre todo hablaba de los comentarios que las "buenas personas" hacen a estas noticias... haciendo gala de una animalez muy grande. 

Tiene razón el periodísta... ha de ser bien feo quedarse huérfano a los 9 y a los 6 años... pero eso no lo ve nadie. Los que crecimos en un ambiente sano y rodeado de una familia medianamente normal (mi familia por ejemplo solo puede ser acusada de un leve nivel de locura, casi natural y sencilla) no podremos saber nunca... nunca... qué se siente quedarse totalmente desprotegido. Somos una raza hecha mierda. 

Puede ser que ande así no solo por la noticia y porque me obligaron a hacer algo que no quería y odio que me obliguen a hacer cosas desde que el hermano Pedro, jesuita encargado de las llaves del colegio, me obligaba a tomar elixir cuando me dolía el estómago, me raspaba una rodilla o me dolía la cabeza... odio que me obliguen a hacer cosas. 

Odio que me obliguen a pensar que somos seres humanos buenos porque nos levantamos cada mañana para ir a un trabajo, por amar a los que nos aman... que somos seres humanos buenos porque nos alegramos de la tristeza de dos niñas que ahora no tienen a nadie. Somos tan buenos.