lunes, 17 de febrero de 2014

Adoptar una mascota

Durante mi vida he tenido varias mascotas, debo decir que todo empezó con Atila, mi labrador negro que en paz descanse. Luego vinieron la Alfonsina (una tortuga que no requería mucho cuido) y Rasputín (cuando llegó a mis manos era un pequeño gazapito y terminó siendo un enorme conejo negro).

Confieso que amo los pelajes negros, como se habrán dado cuenta.

Desde que empecé a pensar en mudarme a vivir sola, de nuevo, pensé en que me vendría bien una mascota para hacerme compañía, pero varias cosas lo evitaron: salud, dinero y amor. No me sobraban. Así que fue pasando.

Hace unos meses hablábamos con Flor, su gata había tenido su primera camada y me ofreció uno, tuve que rechazarlo. Hace unas semanas nuevamente su gata tuvo gatitos. Esta vez adoptaré uno.

Siempre he amado los perros, pero en mis actuales condiciones de trabajo y vida cotidiana es mentira, los perros requieren más cuido y más atención. Los gatos son más... independientes y sé que si vengo noche o no le presto tanto amor, sé que no morirá.

Aún así, debo prepararme para su llegada, justo ahora que la casa empieza a tener cara de casa decente... ya tengo sillón, refri y pareciera que al fin me asenté en una adultez cómoda y no dañina. Leer sobre gatos es interesante, muchas cosas las he sabido en estos días.

La noche que le dije a Miguel que deseaba un gato me preguntó si quería que me lo consiguiera. Me dio ternura. Pero esto es algo que debo buscar por mi cuenta, él me ha ayudado tanto en otras cosas. Esta vida es mi responsabilidad.

De momento sigo preparando su arribo, debo buscar un nombre apto para él, había pensado en Tolstoi, pero no estoy muy segura. Se aceptan sugerencias, también todo consejo gatuno será bien recibido.

La refri... parte final de la historia...

espero.

Todo terminó en algo sencillo, tuve que hacerme de una refrigeradora nueva. Pasé desde el 1 de enero de este año sin artefacto congelador y la vida se me estaba complicando.

Hoy llegó a mi vida, es un poco más alta que la anterior, pero no tanto, pareciera que tiene caracter y espero que dure muchos años.

Para mientras pasé a una "huesera" de refris para que vengan por la viejita... a lo mejor le saquen alguna pieza que sirva, además, el motor está bueno.

"Todo va mejorando" dijo el sábado Miguel, tiene razón... ya era hora también.

El sábado compré una planta, junto a la violeta que me regalaron para mi cumpleaños ya hace que esta casa parezca una casa decente.

Sumado a esto, esta casa está 100% libre de ratones. Me siento orgullosa de mí misma. Solo me falta pagar algunas deudas pendientes y ya... podré morir en paz.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Carta a Joaquín

Ahorita que todavía lo tenemos vivo. 

Querido Joaquín:

Me tomo el terrible atrevimiento de dirigirte esta carta porque, veras... soy algo así como tu fan... desde que me acuerdo, es decir, allá por mis tiernos 12 años cuando veía en, no sé qué canal de mi país, que pasaban unos descoloridos y aburridos videos de tus canciones. Por supuesto, tuvo que pasar y pasó... escuché "Pacto ente caballeros" y supe que vos no solo cantabas con una voz carrasposa, sino que además tenías una forma de contar historias que me gustaba. Me enamoré.  

Pero como ya sabemos, nuestro amor es imposible... la diferencia de edad es demasiada y además, vos nunca sabrás de mi, a pesar de que en noviembre pasado fui a tu concierto que diste en San Salvador. Fui con el hombre con el que si es posible este amor. También es tu fan, más que yo, creo... Miguel te fue a ver cuando diste un pequeño e íntimo concierto en un hotel de San Salvador, allá por el 2000, imaginate, hace 14 años! 

Pero regresando al asunto que nos concierne... vos y yo...

Debo agradecerte mucho, tus canciones me han acompañado en viajes, tesis, noches de insomnio, tiempo para escribir, para arrullar a mi sobrino Sebastian... mi hermana no quiso ponerle Joaquín como le sugerí y como en mis planes de vida nunca he tenido la idea de reproducirme no pude darte homenaje de esa forma... Además, "Silvio Joaquín" no rima... 

¿Ves? Nuestro amor es imposible. Ahora que lo pienso creo que es hasta difícil amarte, es difícil amar a hombres como vos que ven en el amor algo que lleva contradicciones de suma natura, como lo decís en "Contigo".

Mientras estudiaba Letras en la universidad, una vez hice una tarea sobre tu poesía y las letras de tus canciones... y que Miguel me dijera que "Contigo" es su canción tuya favorita me conmovió. 

Leí en aquella ocasión, que esa canción es un paralelismo de la poesía barroca de Quevedo, que es una contradicción... decir que no queres algo para terminar cayendo en la cuenta que es lo que deseas... tuve que aprender a amar esa canción, no solo porque le gusta a Miguel, sino porque es caer en la cuenta que también me ha pasado. Le huí durante años a las relaciones demasiado "establecidas", me daban miedo muchas cosas cotidianas del amor. Mi mamá decía que le huía porque no quería sufrir. 

"Lo que yo quiero, corazón cobarde, es que mueras por mí" 

Y yo que era "Rosa de Lima" terminé siendo ese "corazón cobarde" al final de cuentas, supongo que es lo lógico, al fin encontramos a la persona que vibra al mismo ritmo que una, que quiere hacer los mismos viajes y ver las mismas obras de arte, encuentra una su propio "maestro y tutor" y colabora a domesticar al mismo.. tiene razón Miguel, "Contigo" es quererlo todo, sin querer nada... es una hermosa canción. Es simplemente la historia de un amor totalmente distinto siendo el mismo de siempre. 

Pero en realidad, a lo que yo venía con esta carta, es a decirte feliz cumpleaños Sabina y a agradecerte tantas canciones durante todos estos años y kilómetros recorridos, porque una siempre precisa de un buen soundtrack para amar la vida.

Para mientras, viví un rato más, te lo mereces luego de tanta droga, rockandroll, mujeres, poesía y otros vicios... viví porque es lindo pensar que se ha coincidido con buenos artistas en este descolorido mundo. Para mientras viví, escribí y tarareá tus canciones. Nosotros seguiremos haciendo lo mismo. 




martes, 11 de febrero de 2014

De aquí hasta el Oscar... II

Seguimos con la honorable tarea de ver la mayoría de películas nominadas (las nominaciones más sonadas, pues) para los premios Oscar. 

La vez pasada les contaba que ya vimos algunas... por supuesto, los cines nuevamente nos han ninguneado y pusieron dos semanas Philomena, película por la cual está nominada Judy Dench a Mejor actriz principal, no comprendieron los cines que entre mi trabajo, las elecciones y mi iguana con las entrevistas, no me dio chance de conjugarme con Miguel para ir a verla... u_u y aunque están dando "La Ladrona de Libros" (película que no es mala, pero que no está nominada a nada) no es suficiente para los que seguimos ávidos de conocimiento cinematográfico.

En esta tarea ya vimos otras dos de especial mención... 12 years as slave. American Hustler y Dallas Buyer Club. 

Las nominaciones importantes son Mejor actor principal (12 years y DBC)  y Mejor actor de reparto (las tres). 

Obviamente mi intención no es hacer una reseña de cada película, lo único que si les aseguro es que Dallas Buyer Club es, por mucho, nuestra favorita para ganar las nominaciones mencionadas. Miguel y yo somos fans de esta película y, en lo personal, estoy evaluando qué otra película saco de mi Top 5 para que entre a ese rinconcito tan especial de mis gustos. 

Esta semana espero que podamos ver otras que tenemos pendientes y cuando ya hayamos agotado las posibilidades de verlas todas, daré mis proyecciones para los ganadores y ganadoras. 

De momento, en serio... vaya y consiga las tres, pero si no puede, al menos Dallas Buyer Club. 



PD... Miguel me regañó cuando le dije que nos dedicábamos a piratear, me dijo que nosotros no somos piratas, no asaltamos barcos y no ejercemos el robo de magníficas cantidades de oro y plata... tan gracioso él, especialmente cuando se ha cruzado más de la mitad de una botella de vodka. ¬¬ 

Saber estar de pie.

El enojo me ha andado toreando desde el sábado, al parecer la poca paciencia que había logrado acuñar en los últimos dos años desapareció como por arte de magia... en el supermercado, en el camino a casa y al llegar... y cuando llegue, justo en la puerta y luego en un enorme charco que encontré a media casa... estallé. 

Justo en ese momento iba llegando Miguel y Gabriela terminaba de alistarse y me encontraron en un berrinche total y explosivo como de los pocos que me habían visto tener, en especial Miguel. 

Verlos ahí de pie, ayudándome a arreglar el desastre que me rodeaba y buscando el resto del almuerzo mientras yo me despachaba en cocinar arroz y carne... verlos ahí sin perder los estribos como yo me trajo de un solo golpe a la realidad, ellos no tienen la culpa de la frustración o enojo que yo pueda sentir, por una u otra razón. No puedo pasar llevándomelos. Recordé que soy un ser humano racional y me calmé, terminé de cocinar y para cuando nos sentamos a comer ya me sentía menos fúrica y ellos ya me veían con otros ojos. 

En la noche, mientras cenábamos con Miguel (Gabriela ya andaba trabajando) me lo dijo... "pero todo se arregló y la pasamos bien".

Esta mañana otra vez... algo pequeño detonó no solo enojo y molestia, sino una terrible tristeza. Terminé llorando como una tonta en mi cubículo, tratando de calmarme porque si escribía justo lo que sentía iba a ser peor, tardé casi media hora en regresar a la racionalidad y escribir justo lo que tenía que escribir, aunque tuve una respuesta considerada del otro lado de la pantalla me quedé pensando, no solo en el motivo de la molestia, que para mí es válido, sino también en mi reacción. ¿Por qué lloré?

Posiblemente sea porque la persona (y el otro resto de su familia) con la que chateaba me importan mucho, bastante diría yo y eso me trae pensamientos encontrados, "esto nunca me había pasado", "¿cómo resolver esto?", "¿cómo le hago entender que siento feo cuando veo un panorama así?".

Ya se lo he dicho a Miguel, mi problema no es esperar... mi problema es no tener "dead-line", no tener un parámetro de medición en el cual pueda sacar conclusiones, en el cual pueda verificar avances o retrocesos, un parámetro que pueda abrazar satisfecha, porque no importa si es corto o largo, es mío y lo comparto con otra persona. Pero si no lo tengo, me siento vacía. 

Como tenía una inmensidad de trabajo no podía estar dorándome el ombligo y tuve que atragantarme el sentimiento y seguir con mi rutina natural de cada día. 

Qué difícil es, lo hablábamos con mi jefa, respecto a cuestiones laborales, pero que se aplica a todo esto... saber estar de pie. No solo es cuestión de no caer al suelo y llorar todo lo que se quiera llorar, sino también implica no perder la ecuanimidad y no dejar que otros, con actitudes adrede o sin querer-queriendo, terminen de ponerte mal. Supongo que es una de las grandes consecuencias de vivir en sociedad y más aún cuando te estrenas en el mundo de los afectos prolongados. 

"Pero todo se arregló... y la pasamos bien", nuevamente. Creo. 

Saber estar de pie también implica saber arreglar las cosas o tratar de arreglarlas entre dos personas, no solo una. Lo que me lleva a pensar otra tanatada de cosas y concluyo que a veces soy egoísta porque no quiero tener todo este montón de preguntas, porque nadie nos enseñó a "arreglar" algunas cosas y nos pasamos o de pragmáticos o de sentimentales. 

Hablé con mi mamá esta noche. Nuevamente la paciencia iniciaba su viaje lejos de mí... tuve que agarrarla del pelo para que no se me fuera y que mi mamá escuchara otra vez a la energúmena que parió hace casi 37 años atrás. Al final, debo admitirlo, algo de razón tiene esta mujer, no puedo vivir sola para siempre.    

Debo recordarlo siempre... debo saber estar de pie, en cada situación.