miércoles, 31 de julio de 2013

Treinta y ocho años de matanzas

Ayer leí una noticia que me impactó... supuestamente... un tipo, en un arranque de intolerancia le dio tres tiros de 38 mm a un motorista de la 42B.

Los crímenes en este país es lo que más abunda, a veces  ni me dan ganas de abrir los periódicos o ver las noticias para no ver tanto asesinato, si... a veces es porque soy distraída que no lo hago, pero otras soy consciente de no querer saber. 

A partir de la noticia me quedé cavilando en muchas cosas, entre las muchas pensé en las personas que están en mi rango de afecto, pensé en su seguridad, pensé que habitualmente usan esa ruta de microbuses, pensé que yo también paso por ese lugar todos los días, que la vida es tan frágil, que (como dice Miguel) no hay que andar peleándose con nadie, muchas cosas... 

Luego pensé en las personas que comentan las noticias en la página web de los rotativos, todos piden sangre, "treinta balazos deberían haberle dado", "ganas de tomar la justicia por mi cuenta me dan, cuídense que voy a andar el cuete listo", "son unos animales... merecen eso y más". 

Pensé en la familia del asesinado. ¿Y si leen esos comentarios? ¿qué sentirían? ¿qué pensarían?

Varias veces, un par de personas a las que quiero y respeto han dicho que quisieran exterminar mareros. No los entiendo cuando dicen eso, porque nunca me imaginé que esas palabras salieran de su boca. Claro, comprendo que hay toda una situación de impunidad y desbordamiento de la violencia que lleva a estas reacciones. No los juzgo, es lo que sienten, pero no lo comparto. 

¿Cuándo dejamos de ser humanos? ¿cuándo la tolerancia nos abandonó y solo nos dejó la compañía de las reacciones viscerales?

No solo es el que tiene un "cuete", somos todos, los que pedimos sangre, los que no pensamos mas allá de una situación, no vemos la raíz, no vemos el origen o simplemente nos hemos abandonado a la conformidad y palabras como rehabilitación, prevención, educación ya no son una opción. 

Luego lo recordé, ayer era la conmemoración de una masacre en mi país, hace treinta y ocho años alguien pensó lo mismo... "balas merecen", "así van a aprender", "a todos los deberían de matar". Por supuesto, la situación, las víctimas y los victimarios eran distintos... pero eran las mismas palabras. Las mismas. 

No defiendo el crimen, lo que no logra comprender mi corazón es la infinita carencia de humanidad. Supuestamente se dio un conflicto social para cambiar a las personas que gobernaban en base a la represión, atrás de una pistola apuntando a un joven, atrás los instrumentos de tortura, se quiso que esos hombres dejaran de gobernar y ahora muchos desean hacer lo que ellos hicieron una vez. ¿Cuándo nos perdimos?

Puede argumentárme todo lo que quiera... el sistema de justicia no sirve, la pobreza arroja a las nuevas generaciones a caminos fuera de la ley, las familias son las culpables, no... los maestros... no... todos... no... nadie... Pueden decirme que es culpa de los políticos. Es casi seguro que ante muchos de sus argumentos esté de acuerdo y reconozca algunas barbaridades desde las cúpulas. Pero nadie puede quitarme este sentimiento feo que nace de pensar que como siempre,  desde siempre, como diría Rubén... "no todos somos iguales", pero lo terrible es que nos vamos pareciendo a los que tanto daño hicieron en las dictaduras. 

Treinta y ocho años después siguen habiendo desaparecidos, violaciones, homicidios a plena luz del día, torturas, los más afectados son los jóvenes... solo que ahora no solo podemos ser víctimas, también podemos ser los victimarios. Solo que ahora estamos sumergidos en la indiferencia, en la indolencia... en la pasividad.


martes, 30 de julio de 2013

Experimento

Mi abuelo inició, en los años 60's una empresa dedicada a la industria de los alimentos, con el trabajo de él, su esposa y sus hijos levantó una fábrica en la colonia Ferrocarril, justo a un costado del Cementerio General. 

Mi abuela siempre cocinó, para ella y los suyos e incluso los que no eran suyos... siempre repetía que lo mejor que una mujer podía hacer para ayudar en cualquier caso era rezar y cocinar. Por supuesto, mi abuela era una mujer nacida en los años 30's, educada a la usanza católica tradicional, pero quitando eso, tenía mucha razón, cocinar ayuda mucho.

Esas son las raíces de esta negra, por el lado del hombre que me crió y que me ha visto crecer. 

Lelouthan siempre me preguntó por qué no abría una "empresa", cada vez que lo dice, siempre le contesto con una pregunta... "¿y de qué?", mi amigo se me queda viendo y no contesta, siempre se queda callado. Hasta que una vez me contesté a mí misma... "simple, de lo que puedo hacer".

No sé si algún día levantaré una empresa, no sé si mis abuelos me han heredado la paciencia y el empeño necesario, definitivamente los recursos económicos no los tengo tampoco, pero para mientras... haré este experimento. 

Desde que me mudé a vivir sola he empezado a hacer encurtidos, una de las variedades de alimentos que hacía mi abuelo y que ninguno de mis tíos se ha decidido seguir. Me parece que es una buena idea explorar este mundo de los encurtidos. Es fascinante enterarse por qué y cómo trabajan los elementos de los ingredientes para hacer comestibles verduras tan inhóspitas como el coliflor y la zanahoria o como un simple limón (o el jugo de varios) puede modificar la estructura molecular de la cebolla. 

De momento lo hago para la gente que quiero y para sus familias... esta semana experimenté con un nuevo ingrediente... pepinillos... son primorosos y juguetones, son como niños traviesos, tiernos y muy fáciles de pasar por la salmuera. 

Si usted quiere probarlos y ver si no muere en el intento (debo decir que no he matado a nadie aún con mis comidas) puede dejar su pedido en este blog. ¿Quién sabe? a lo mejor me animo a dejar de escribir y me dedico al negocio que iniciaron hace tantos años mis abuelos. 


¿Y si dejara de escribir?

Doce días son muchos días para no escribir, en este tiempo me he hecho muchas preguntas, entre las que más conciernen a este espacio esta: ¿Y si dejo de escribir?

Decirlo se dice fácil, no es que estos días sufriera demasiado por no publicar acá en el blog, de hecho se instaló un silencio bien feo dentro de mí luego del accidente que no permitía que escribiera. No recordaba muchas palabras y otras se me hacían un acertijo recordar cómo escribirlas bien. Me sentía estúpida. 

En el fondo creo que he estado ocupada pensando en lo que quiero, pero como casi siempre es tan difícil, me resulta más fácil contestarme qué NO quiero. Creo que así somos las personas, solo buscamos respuestas que nos den un poco de paz. 

Si dejara de escribir, creo que ya no me sentiría tan triste o dejarían de sorprenderme cosas bellas que lea o simplemente no me horrorizaría de leer noticias fatales y sus consecuentes comentarios que me dicen que la humanidad se terminó de ir al carajo y el miedo no se instalaría dentro de mí. 

Si dejara de escribir a lo mejor no tendría la misma capacidad de enamorarme de nuevo y la vida solo esperaría a que la muerte llegue, el silencio sería eterno y aunque lea... no podría compartir una parte de mí con las personas que amo y los colores tendrían nombres que nada significarían si no fueran parte de mis escritos. El viento solo sería un fantasma que se instala en mi cuarto a las tres de la mañana. No podría describir el alto y el ancho de las minúsculas plantas que están creciendo en mi ventana, no podría maravillarme con el majestuoso tapiz de tu espalda y escribir en ese tapiz algunos deseos. 

Probablemente sería común y silvestre, nada me sorprendería y nada podría convocar la alegría que suelo tener cuando me siento frente al teclado y dejo que mis dedos dancen sin cesar palabras que tuve que aprender en treinta y pico de años. 

Por supuesto sé que dejar de escribir también me daría un poco de calma, un poco de quietud... esa extraña tranquilidad que solo he podido encontrar cuando recibo un abrazo. 

Es tan difícil decidir si escribir o no, porque a veces recuerdo a todos los personajes que aún están dentro de mí, esperando a nacer en papel y tinta, esperando a que la vida se les materialice en un respiro, en una cuartilla, en un tic tac de teclado. 

¿Y si dejo de escribir?

jueves, 18 de julio de 2013

¿Cómo sobrevivir a la convalecencia de un accidente sin morir en el intento?

Sexto día después del accidente, como buena imprudente que soy ya me saqué el collarín y ando por la vida como si no tuviera un par de chichones en la cabeza y el cuello adolorido, sin embargo... luego de un par de autoevaluaciones llegué a una conclusión: soy macha y ya puedo ir por la vida sin ayudas médicas.

Consecuencia: dejé de tomar las medicinas que me dieron en el hospital que me daban sueño pero que me sumergían en una sensación placentera de nulidad del dolor.

Error.

Esta tarde, luego de ir a comprar mis otras medicinas (las del tratamiento que ha funcionado muy muy bien luego de siete meses de sufrimiento de ginecólogo en ginecólogo) regresé a la casa y me fui a acostar porque empezaba a sentirme "algo cansada" de caminar esas 8 cuadras entre la farmacia y mi casa. Lo bueno fue cuando me quise levantar.

No grité porque recordé que... soy macha... y las machas no gritan por dolorcitos de morondanga. u_u

Por supuesto, el dolor de cadera persistió hasta un punto en el que emitió un tronido y mi posterior toma de la dichosa pastilla que me lleva a otros límites de la conciencia y lejos del dolor.

En serio, una no debería andar tomando decisiones sin antes tomar sus medicamentos. Permiso... iré a dormir un rato.

miércoles, 17 de julio de 2013

Dolor

Siempre me he preguntado por qué sentimos dolor.

¿Será para recordarnos que somos finitos y limitados? Durante estos días he hecho un inventario de los dolores físicos que he coleccionado en los últimos 15 años. No han sido pocos.

Cada dolor nos va regalando experiencia, así cuando nos encontramos en una nueva emergencia, una puede decidir cuestiones prácticas que le ayuden a sobrevivir dicha emergencia: a quién llamar, a dónde dirigirse, saber cómo llegar si toca ir sola, cuidar su dui y demás pertenencias, mantener un mínimo de cordura. 

Los detalles del accidente del sábado (los que recuerdo) son largos de contar, también un poco engorrosos, lo que puedo decir y ustedes verificar es que sobreviví (nuevamente). 

Este nuevo dolor me ha hecho reflexionar, he tenido tiempo de sobra y ni el libro de Pérez Reverte ni jugar "joyas" ha podido alejarme de pensar a pesar del agudo dolor o el efecto somnífero de las pastillas que me dieron en el hospital .

El dolor nos encara a la realidad de la que huimos siempre, nos recuerda que necesitamos de otros, que tenemos afectos que nos importan, que existen otros tipos de dolores no físicos y sobre todo que debemos finalizar algunas cosas antes de que nos toque morir gracias a un camión repartidor de algo, a plenas 5 a.m., bajo una gran tormenta.

viernes, 12 de julio de 2013

Pablo Neruda

A mí me gusta la poesía de Pablo.

Pero no tanto sus poemas de amor y canciones desesperadas... sus cien sonetos... la culpa la tiene una profesora que tuve quien me hizo copiarlos de castigo por no sé qué puntada dicha a media clase, los que me conocen se imaginarán que habrá sido algo así como "... es que me da pena..." y puesi, los graciosos de mis compañeros no eran lo suficiente discretos y lograron que me expulsaran a la biblioteca durante todo un mes de la clase y fuera a parar a la biblioteca y copiar los pinches poemas.

A mí Pablo me gusta por revoltoso y sexual... ash si...

Como cuando decía:
"Rodando a goterones solos,
a gotas como dientes,
a espesos goterones de mermelada y sangre,
rodando a goterones,
cae el agua,
como una espada en gotas,
como un desgarrador río de vidrio,
cae mordiendo,
golpeando el eje de la simetría,
pegando en las costuras del alma,
rompiendo cosas abandonadas,
empapando lo oscuro.
(Agua sexual)

Porque seamos honestos, el amor entre dos adultos no puede ser solo romanticismo y de a poco el dichoso romanticismo se va transformando en maneras más sutiles y entretenidas de convivencia. Lo sé... soy una inadaptada hasta para eso.

El asunto es que Pablo me gusta también porque decía las cosas de esa manera particular que nos hacía sentir tontos pero gloriosos... como para descifrar sus enigmas... como cuando me tuve que aprender un poema suyo porque un profesor de letras me dio garabato de que yo traía para declamadora... que era una juglar actual y todo eso... y pasé dos semanas repitiendo como loro (casi todo el día y en todo lugar):

Si solamente llamaras,
su prolongado son, su maléfico pito,
su orden de olas heridas,
alguien vendría acaso,
alguien vendría,
desde las cimas de las islas, desde el fondo rojo del mar,
alguien vendría, alguien vendría.
(Barcarola)

Y puesí, una cuando tenía 18 años soñaba con encontrar a un Pablo y ser su Matilde, porque una pensaba que  la dichosa Matilde (la de veras) había sido una gran zorra pero con una suerte magnífica... y nunca le confesé al Padre Anibal que luego que nos llevó al cine a ver "El Cartero de Neruda" a todo el humanístico, yo pasé dos semanas sin comer con tal de ir a verla de nuevo yo sola y soltarme en lágrimas amargas al escuchar al cartero haciendo una grabación de todo lo que amaba para enviarlo a la mujer que amaba y si... era una cursi... en realidad sigo siéndolo, solo que ahora se me nota menos.

Pablo me gusta porque doblegaba a las palabras, como a sus mujeres, a punta de ternura y de sexo.

jueves, 11 de julio de 2013

El eclipse

Hace 22 años yo tenía 13... mi mamá estaba embarazada de Gabriela, mi hermana menor y el acontecimiento del año fue un eclipse total de sol.

Recuerdo (no sé si estaré en lo correcto) que casi toda actividad se paralizó ese día y las familias se reunieron en casa para esperar el fenómeno, a eso del mediodía.

Días antes, el ministerio de educación determinó que todos los colegios y escuelas (no sé si las universidades también) no fueran a clases para evitar bichos ciegos-cuirosos. Mis compañeros (Juanjo y no me acuerdo quién otro) pasaron varios días antes en el laboratorio de biología "inventando" unos lentes que les permitiera ver directamente el eclipse. 

Mientras tanto, en mi casa había mucha especulación sobre las consecuencias que podría tener mi "futuro hermanito" si mi mamá recibía los rayos del eclipse. Resumen, mi papá tapó las ventanas de la casa con gruesas cortinas improvisadas con los manteles de mi mamá y ella se envolvió en una gran manta roja (color que le recomendaron) para proteger a la cría. 

Hace veintidos años son muchos años, la vida nos ha dado más riesgos y peligros que un simple eclipse y los tres o cuatro terremotos/temblores fuertes que se han presentado en este tiempo y hemos sobrevivido, bien que mal, pero acá seguimos. Ahora yo tengo 35 años, vivo como creo que es lo correcto, mi hermanita cumplirá 22 años en septiembre y terminó sus estudios en gastronomía, también quiere vivir de la manera que le parece mejor y que dista mucho de mis métodos. 

Hace 22 años, yo tenía 13 y disfrutaba de las primeras muestras de rebeldía, no sabía qué quería ser cuando fuera grande y ni me imaginaba toda la dicha que me esperaba afuera de la puerta de la casa de mis padres. 

miércoles, 10 de julio de 2013

La refri

Mudarme a vivir sola y retomar la vida adulta hasta en su más simple y mundana expresión es caer en la cuenta que hice mal los cálculos.

Ayer cumplí un mes de haberme mudado a San Salvador y sigo sin refrigeradora. Así es... y esto ya me está pesando.

Debido a esto, decidí ir a cotizar una refri, como en casi todo sin muchas exigencias: que sea un poquito más alta que yo (digamos entre 9 a 11 pies), el color no importa, no tan angosta, que congele. Básica.

Recordé que con Miguel anduvimos consultando precios en mayo, encontramos opciones hasta por $280... en ese rango esperaba encontrar alguna ahora... pero no, la más barata que encontré cuesta $400!

¿Cómo es posible que se haga una mala jugada a las madres (y mujeres que no somos madres) salvadoreñas y poner "baratas" las refrigeradoras justo en mayo? me pareció una desconsideración.

Definitivamente no tengo pinta de mujer pudiente o de poder adquisitivo alto en este país (y sospecho que en ningún país del mundo), así que me parecieron que las opciones de almacenes no se ajustan a mi presupuesto, así que me fui a buscar alternativas un poco más realistas: por ejemplo visitar algún taller de reparaciones para ver si tienen en venta alguna refri decente y que mantenga congelada la carne que necesito para alimentarme.

Otra opción fue buscar en los clasificados, me metí a una página de anuncios clasificados del país y marqué la categoría "electrodomésticos", he acá mis conclusiones:

1. En este país, como electrodoméstico aplican: celulares, pantallas planas, juegos de video, sets de pedicure  y otros enseres que no creí posibles en esa categoría.

2. Hay mara que vende celulares "casi" nuevos por $400, pero sobre todo hay mara que los compra... y yo llorando por una refrigeradora del mismo precio.

3. Los anuncios que dicen ser "tratos serios" tienden a tener una muy mala ortografía y redacción, eso me hace dudar sobre la seriedad de sus tratos... u_u

4. Sigo necesitando una refri y cada día se va haciendo más urgente el asunto. Si saben de alguien que quiera hacer trato... pásenle este post. Gracias

Verdades Masculinas

Como comprenderán, para una mujer con relaciones disfuncionales como siempre fui, tener una relación "cuasi" normal con una pareja, por más de un año me ha dado nuevas y sorprendentes lecciones. 

Siempre me cuidé de no ser TAN cliché, pero no me salvo... soy mujer y dejaría de serlo si no tuviera ciertos comportamientos y detalles, no me da pena reconocerlo a mis 35 años, pero Miguel llegó, entre otras cosas más gloriosas, a educarme en algunos aspectos, él que se autodenominó mi "maestro y tutor de artes nobles y otras innobles" a los dos meses de haber ido a Perquín. 

Es así como inauguro esta nueva "categoría" entre los posts de este blog... titulada "Verdades masculinas", donde iré recogiendo lo "aprendido" en este tiempo, en especial ahora que vivo sola y que eso nos ha hecho redescubrirnos en una etapa más tranquila y casera.  Espero que mis observaciones, aprendizajes y bayuncadas puedan ser útiles en ese largo (y a veces empedrado) camino de las relaciones "cuasi" normales.

Verdades masculinas #1: "Los hombres no entendemos de comida gourmet, comida es comida" (en palabras de Miguel), pero bien que se fijan cuando una no cocina o cuando cocina sin ganas... ^_^ (según mi observación).

Verdades masculinas #2: "El tiempo no es el mismo cuando un hombre espera, que cuando una mujer espera"... En verdad, en verdad os digo... hay que hacer una seria y objetiva observación en el número de mensajitos, llamadas y señales de humo en cada género de la población a la hora de esperar a la otra mitad de la pareja. 

Verdades masculinas #3: "Se tachará de feminista radical (aunque en realidad no lo sea) a toda mujer que defienda una causa meramente femenina."  En esta verdad no solo entran las parejas... ahí eche en cuenta todo hombre: papá, hermanos, primos, ex novios, amigos, ex amigos, tipos que le caigan mal... todos. 

Bueno, queridos lectores y lectoras, hasta aquí nuestra crónica de hoy... espero poder seguir llevándoles estos enunciados nacidos de mis observaciones y experiencias, se aceptan observaciones, comentarios y contribuciones para hacer más rica la discusión.

sábado, 6 de julio de 2013

Frida

Hace 106 años nació esta mujer.

Es mi pintora favorita, en muchas maneras siempre me he sentido como ella, a veces bella, a veces horrible y llena de dolores físicos.

Su obra siempre me pareció un reflejo no solo de sus soledades y tristezas, sino también una forma bastante valiente de ver el mundo que la rodeaba.

Ser Frida Kahlo ha de haber sido bien difícil, en un ambiente totalmente machista y con una identidad no definida de un México post-revolucionario.

Muchas mujeres somos Fridas, nos hemos cortado el cabello en los desamores más grandes y recurrimos al alcohol como acompañante de las sensaciones que no podemos nombrar porque son demasiado nuevas, que nos heredaron un estereotipo que no creímos necesario usar.

Frida vivió 47 años y en ese tiempo demostró ser una luchadora, como muchas latinoamericanas, que pasó por enfermedades, accidentes, abortos y un amor desmedido por un gordo hijo de puta que la lastimó mucho. Pero sobre todo... y aunque cuesta verlo en sus pinturas ... padeció de un infinito amor por la vida, ese amor que le llevó a tomar pinceles y modificar su entorno para poder pintar mientras estaba en cama envuelta en yesos.

Feliz cumpleaños Frida... las que nos quedamos en esta vida, seguimos luchando por el derecho de pintar nuestras vidas como nos de la gana y de amar a los hombres que nos de la gana.


"Las dos Fridas"
mi pintura favorita de esta mujer

viernes, 5 de julio de 2013

La gloria de un buen desayuno

Abrís los ojos y te das cuenta que te quedaste dormida luego de apretar el botón para callar el despertador, hace tiempos que no te pasaba eso. 

El sol está alto ya, la inmensa cantidad de ventanas en tu cuarto (y la ausencia de cortinas) no ayudan, te abofetean feo cuando decides girar sobre tu propio cuerpo y quedas así... expuesta a la vida. 

Entiendo tu necesidad de estar en cama, a veces los días no son lo que una quisiera, llamadas, mails, mensajes que te dicen cosas que no queres escuchar/saber/oír, solo queres dormir. Pero hasta dormir no te está ayudando, porque soñas.

Tu mundo onírico te lleva a una inmensa playa de arena blanca, con el cielo empedrado y el agua agitada y reconoces que aquella infinita manta azulada y agitada de aterra y te encanta a la vez y te odias al ver que "amigos" del pasado están enmedio de la triste tempestad y piden auxilio (piden tu auxilio) y vos decidis que no vale la pena entrar a ese naufragio sin barco. 

Abrís los ojos y lo primero que pensas es "soy una arpía", porque la vida te juega una mala jugada y tu ego te hace pensar que sos mala persona por no ayudar a alguien que jamás te ayudó. Seriamente tenes un problema. 

Abrís los ojos y te sabes sola, a pesar de que la luz te ciega, te lo dice el frío que se te cuela bajo la piel. Pensas... "necesito un café" solo porque una vez, hace meses, pensaste que sus besos son como el café... te reaniman inmediatamente y se te hacen vicio. Pero sabes que no es cierto, sus besos no son café y no está ahí junto a ti para besarte, necesitas un café... fuerte. 

Recordas que abajo, junto a la cocina, anoche dejaste un pastelito de guayaba que le haría genial compañía a tu café. Inmediatamente recordas que a tu papá le fascinan las guayabas, que no importa dónde esté si ve un palito de esa fruta se detiene y empieza a ver si tiene frutos. No te engañés, no importan las discrepancias, ni si te entienden o si los entendes, algo de falta te hacen. Eso no quita la tristeza que te dio hablar con tu viejo hace un par de días. Por supuesto, vos que te la queres llevar de buenecita dijiste... "no importa, no me voy a molestar por esto y tiene razón, él debe decidir y no tengo que opinar". ¡Cómo te engañas!

Bajas a la primera planta y primero comprobas que haya agua en el chorro, por suerte ya no la cortaron; pones agua a hervir para tu café; rápidamente haces un inventario, necesitas ir al supermercado, se te está acabando el café y el azúcar. Haces un recuento de otras necesidades, sabes que debes invertir, pero no podes, debes ser previsora, debes tener cuidado, debes... debes un montón de cosas. No importa. 

Pensas que deberías comer algo, tu almuerzo de ayer no fue el mejor y no cenaste, vas a la despensa y ves lustrosos y hermosos el cartón de huevos que compraste, se te antoja comer huevo picado con ketchup, que la vida bendiga al inventor del ketchup... "a lo mejor fue un accidente su invento" pensas, nada serio podría estar relacionado con esa salsa de tomate dulce.

No te engañés, tenes ganas de comer sushi... desde hace días, solo que no lo habías admitido. Mágicamente te acordas que anoche te llamó Leluoathan, tenía muchos días de no hacerlo, no entendés por qué le tenes estima, en otras épocas has mandado a la mierda a otras personas por menores razones que las que él te ha dado, en fin... no importa, ahí está el muchacho, perdido como siempre. 

El desayuno tiene esa magia que nunca te has logrado explicar, quizá si desayunaras más seguido no sintieras que te va tan mal en el día, las llamadas, los correos, los mensajes no te afectarían tanto. No solo café y un pastelito de guayaba... 

Te conectas, le decís "buenos días a Miguel" y luego un para de líneas y luego el silencio, por supuesto... él está trabajando, no como vos, que estás en pijama a las 9 a.m. buscando una razón para seguir despierta... luego te acordás de tus sueños y se te van las ganas de regresar a la cama.

No te recomiendo que abrás el periódico en línea, siempre sus noticias te dan alguna pulsación de indignación y eso no es bueno, ayer alguien te dijo... demasiado radical sos... 

Debería haber una forma de dormir sin soñar... serías más feliz. Anoche que te despediste de Lelouthan le dijiste que irías a dormir y él te contestó que no le mintieras... que eso es casi imposible, que dormis dos o tres horas y luego estás ahí, habitando la nada en la madrugada. A las 3:30 a.m. recordaste sus palabras y lo odiaste.

Debería haber una forma de ampliar el desayuno, al fin y al cabo, ese café, el pastelito de guayaba y el huevo con ketchup han sido lo mejorcito en estas últimas 24 horas. 

jueves, 4 de julio de 2013

Marlon

El 4 de julio gringo no tiene ninguna resonancia para mí, este día es el día de Marlon. 

Conocí a Marlon cuando ambos éramos un par de inocentes: él era jesuita y yo era maestra en un colegio jesuita. Éramos jóvenes, yo rondaba los 20 y él... era más viejo que yo. 

Tener un amigo como Marlon me ha hecho creer fervientemente que personas tan desprendidas no lo somos de verdad. Es decir, todo mundo espera que uno sea mimoso y estar siempre ahí... pegado a la gente, pero no, nosotros nos desaparecemos, aparecemos cuando nos da la gana y terminamos perdiéndonos eventos imprescindibles entre los amigos y la familia.

Recuerdo que estudiábamos último año de teología cuando él salió de la Compañía y a los pocos meses yo me fui del colegio, creo que la vida nos zarandeó al mismo tiempo aunque de manera distinta. Éramos vecinos cuando decidimos que la vida era mejor si se es independiente y eso nos propició la solidaridad y una forma muy particular de cariño... aquel que de repente te llama para preguntarte si lo queres acompañar a una visita nocturna a Nejapa, a un concierto o simplemente a comer tortas chucas en una calle perdida de la Cima. 

Hace poco más de tres años, un día me contactó solo para decirme que se iba a Estados Unidos, que se iba a estudiar una Maestría y un Doctorado, él no se imaginó cómo lo envidié. Desde entonces ha venido un par de veces y siempre hacemos tiempo para vernos y comer/tomar algo. Esta última vez, hace un par de meses, hicimos planes para escribir alguna investigación juntos cuando él termine su doctorado. 

Ahora vive brincando entre Honduras y la Florida... y en algún punto del globo terráqueo ahora cumple (si no me equivoco) 38 años. Sigue siendo distraído, olvidadizo y una especie de niño que teme a los compromisos afectivos, no porque no los sienta, sino porque no los siente como el resto del mundo... a veces pienso que hubiéramos sido magníficos gemelos en ese aspecto, porque exactamente así me siento yo. 

Felz cumpleaños amigo... acá te espero, para visitar de nuevo Antigua Guatemala, comprar cosas para nuestras casas, para chambrear y para hablar cosas serias... y para darle vuelta a una buena botella de ron. 

¿Y ahora?

¿Recuerdan mi melodrama con la pila y sus dos tapones? Si... uno que no quería salir y otro que no quiere entrar...

Siempre he creído que Murphy me quiere mucho y que cuando me abandona unos días siempre regresa en el momento menos oportuno.

Tengo 24 horas de no tener agua potable en la casa, justo esta semana en la que tengo libre en la oficina... nada, absolutamente nada de agua.

Con suerte había un poquito de agua en una olla y pude prepararme el café de la mañana... ¿les he comentado que me pongo de mal humor si no me baño temprano? Estoy que ni yo sola me aguanto.

Con permisito... iré a ver dónde me puedo ir a bañar.

La CSJ y sus resoluciones

Hace un par de días me llegó la noticia de que la Corte Suprema de Justicia dio su fallo sobre el caso del Diputado Rodrigo Samayoa.

Según la resolución dice que el mencionado tipejo debe ser restituido como diputado, regresarle el fuero y además, los salarios y bonos no entregados, que en total suman más de $52 mil.

Por si no lo recuerda, o no viven en mi país, Rodrigo Samayoa fue denunciado por su entonces esposa por haber sido golpeada, esos días fueron de gran relajo y todo mundo habló hasta por los codos en mal de ella y también de él. Que si ella es una borracha, una tragahombres, una vivian... que si él es un viejo rabo verde (creo que le lleva más de treinta años de edad a ella), que si troglodita, que si un montón de cosas más.

Como magnífica opción de huida, justo a los días de la golpiza, a él le dio cáncer en la garganta y se fue a Estados Unidos a ser tratado, ahora está de nuevo en el país, milagrosamente curado y repuesto físicamente.  Es una maravilla la medicina gringa al parecer.

Todo este relajo volvió a mi indignación perenne por el mensaje que da la CSJ, que una persona que fue elegida para representar los intereses de las personas que votaron por él puede hacer lo que le pegue la gana, incluso apalear a su pareja y eso será catalogado como "delito leve" (me pregunto si para esta resolución consultaron a la abogada defensora del asesor legislativo que fue encontrado culpable del mismo delito, esa señora que expuso en el juicio que la violencia contra la mujer viene desde tiempos de las cavernas y que no entiende por qué ahora no lo ven como una cuestión natural).

Algunas diputadas de diferentes fracciones ya se pronunciaron en contra, al leer la noticia, me dio una especie de alivio pensar que al menos alguien (y de mi mismo género) dice no estar de acuerdo con los machos políticos. Pero luego recordé que dentro de la misma Asamblea Legislativa se han cometido atrocidades contra las mujeres, por ejemplo, el caso de Iris Chavarría.

Iris Chavarría era empleada de la Asamblea Legislativa, hace unos años presentó una denuncia por acoso sexual contra otro diputado. En resumen: el juez que vio el caso no solo falló en favor del diputado, sino que además permitió y abrió la puerta para que éste demandara por difamación y ahora Iris tiene que indemnizar a su acosador por haber tenido el valor de denunciarlo.

Esto me deja en claro varias cosas:

1. Violencia contra la mujer no solo son golpes.

2. Existe una gran y grave desarticulación por parte de las diputadas, es grave pensar que solo representan el  27% de la totalidad del pleno legislativo, pero peor es que no se pongan de acuerdo como bloque de género para defender los intereses de las mujeres.*

3. La política seguirá siendo ese papá impositivo y enojón con las mujeres, quienes creen que las mujeres debemos pasar de la casa de nuestros padres a la casa de nuestros maridos y que temas como el aborto, la lactancia materna, los casos de violencia y hasta de por qué el feminicidio tiene que ser una tipificación distinta en casos de asesinato... seguirán siendo temas que los hombres determinen y no las mujeres.

Es una tristeza comprobar que ser mujer en países como El Salvador, a veces está muy cerca de ser un riesgo.

*De 84 personas que integran el cuerpo de la Asamblea Legislativa solo 23 son diputadas propietarias, a ellas se suman 25 diputadas suplentes.

miércoles, 3 de julio de 2013

La pila

Entre las muchas cosas que me ha tocado resolver (o al menos intentarlo) ahora que me mudé a vivir sola está destapar la pila.

¿Cuántos hombres se necesitan para destapar una pila?

Resulta que las inquilinas anteriores dejaron el tapón de la pila trabado, cuando me dieron las llaves de la casa, la dueña me dijo “le voy a dar un tapón nuevo, porque creo que va a tener que quebrar el que está para poder destaparla” dicho y hecho, me entregó el tapón nuevo, el mismo que no hemos podido poner ya que el anterior sigue trabado.

Van tres semanas, al menos cuatro hombres han intentado destapar la pila… con herramientas que van desde tenazas, destornilladores, taladro (incluso se quebró una broca gruesa ¬¬) y el google (si, cuando Miguel y Carmen se dieron a la tarea de preguntarle a san google cómo destapar la dichosa pila) y nada, esta noche me han prestado un martillo y un cincel, a ver si puedo terminar la misión.

Al menos ahora que el tapón atorado tiene unos agujeros, gracias al taladro, ya se vació de agua y el criadero de zancudos se terminó. Pero en serio, necesito poner en funcionamiento la pila, necesito lavar, me estoy quedando sin ropa.

¿Cuántos hombres se necesitan para destapar una pila? Respuesta... ninguno, porque a tres semanas de vivir en esta casa, ninguno pudo. Ayer en la mañana logré (con la ayuda de la paciencia, el taladro, un cincel y un partillo) destapar la dichosa pila. Ahora solo tengo resolver un detalle técnico más... encontrar un tapón a su medida.

martes, 2 de julio de 2013

Los costos de la adultez

Nos han engañado… pasamos más de 18 años deseando ser adultos, todo para que a los 35 años deseemos volver a la edad más feliz (en mi caso los 17).

Y es que llegar a la adultez no es una ganga, una pensaba que con esa edad se ostentarían permisos concedidos para los vicios, la vagancia y la autonomía desmedida (tomar, fumar y co… si… eso), al final el Ministerio de Hacienda ha sido el que me hizo aterrizar de zopetón esta semana, cuando me dijo… nonono.. ¿usted quiere ser autónoma, independiente y ser “macho sin dueño”?, está bien…  pero tiene que pagar sus impuestos.

Impuestos… ese asalto al que los “independientes” nos sometemos, nos imponen una serie de medidas, restricciones y sobre todo… pagos que al final hacen que repiense eso de ser adulta. Alguien alguna vez me dijo que los viera como “un arancel de la libertad” pero no, me niego. Tanto que cuesta ganarse los pesos que lo alimentan a una para que le quiten la renta, el iva y no sé qué otras cosas más.

¡Protesto!

Y puesi, ejercí mi soberano derecho de hacer berrinche,  y ahí me tenían quejándome con el pobre Miguel, cuando decidí abrir un periódico on – line, que además de noticias se dedica a hacer foto reportajes… ¿para qué?

El de esta semana es sobre las condiciones de vida en un hogar para personas con discapacidades mentales y enfermedades psiquiátricas. Más cólera cuando leí el risible presupuesto que les da el INSA y que a comparación de otros gobiernos, ahora están en la gloria porque tienen pampers para adultos… todo por los impuestos.

¡Aquella indignación que me agarró! De pensar que como a mí, muchos otros profesionales independientes, tienen que emitir facturas por los servicios que prestamos y que de paso muchos de esos impuestos quedan en un limbo (llámese cuenta de ahorros de algún político o servidor público) y no llegan a donde podrían dar un fruto mejor, por ejemplo este hogar ubicado en San Martín.

Definitivo, mi alma no está preparada para tanta pendejada de otros adultos. ¬¬

Luego recordé que me llegó una invitación para escribir un artículo sobre el tema de la pobreza, pero que tengo que enfocarme en la pobreza europea. Para empezar ni sé cómo es allá y a pesar de que sé que la pobreza es jodida donde sea… creo que la de acá, la pobreza que vive mi pueblo y esta que a veces siento acechar en formas de miseria humana ha de ser más jodida.

Lo siento, quiero regresar a mis 17, quizá porque además de ser la edad en la que más me divertí, también porque en ese entonces, creía fervientemente que la humanidad tenía arreglo.

Tonta de mí.