jueves, 23 de octubre de 2008

Malas noticias

El acecho de malas noticias es constante, por ejemplo... me siento frente a la computadora y empiezo a teclear distintas misiones... una entrevista, un concepto, un proyecto, un poema, un "algo" de mi interior... cuando, de repente, recibo noticias. Malas noticias.
Escuché en una película hace poco... "No existen las malas noticias... solo son noticias..." recuerdo haberme alegrado momentáneamente cuando lo escuche. Sin embago, el personaje admite, segundos después... que en efecto la noticia que recibió si es una mala noticia.
En serio, este día lo inicié con toda la intensión de hacerlo bello a fuerza de mi optimismo... no importando los desaires, no importando los retrasos, no importando los infalibles transportadores de mala vibra... y hasta el momento había librado bien la lucha, había escuchado hermosas canciones que me amparaban de malos pensamientos... había avanzado en la terrible tarea de Sísifo impuesta en la entrevista... hasta había resultado ilesa en lo emocional ante noticias de antaño y hasta había recibido bellas felicitaciones por mi natalicio...
Pero...
pero...
pero...
siempre hay un pero...
meditándolo bien, odio los "pero's"
Porque asi comienzan las malas noticias, precisamente con un pero... y son tan inapelables como los resultados de los certámenes literarios en los que he participado.... INAPELABLE... no solo tiene en sí fuerza de mala noticia... sino que no hay apelación posible por cambiar el hecho.
Sebastian sigue enfermo... y regresó al hospital.

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