viernes, 28 de septiembre de 2012

Música para pasar la gripe

He tenido gripe toda la semana, eso ya es un asunto grave. Hoy no pude acompañar a mis alumnos a una ruta de visitas en los Parques Arqueológicos y en serio quería ... u_u

Ayer y hoy me he quedado tirada en la cama más de media mañana, en un esfuerzo por sacar esta maldita gripe de mi organismo. No se imaginan lo feo que es no poder dormir y estar tirada en cama... pero esta vez no fue así, he dormido bastante y solo un para de mensajes de emergencia/consulta lograron despertarme. p

Por supuesto, dormir implica una exposición vulnerable a soñar... y qué creen? Soñé.

Ayer por la mañana: Ixbalamqué, hermano gemelo de Hunnapú (personajes del Popol Vuh), se me apareció y estuvo dándome razones importantes por las cuales no debo sentir miedo. Puesi, me desperté... con miedo. 

Hoy por la mañana: soñé que había ido a traer a Miguel a una estación de buses, que venía de no sé dónde y resulta que regresé a casa y cuando acordé... me di cuenta que lo había dejado olvidado comprando sorbete de pistacho. Puesi, me desperté... con miedo y pena. >_<

Al aterrizar a tierra de los despiertos me quedé inmóvil en cama... como esperando a que algo sucediera, no sé... la muerte, el aburrimiento o una sanación instantánea del malestar. Llegó el aburrimiento.

Como la música es lo mejor en momentos solitarios, no sé cómo llegaron estas tres canciones a mi mente, por supuesto, tuve que estirarme para alcanzar la compu y buscarlas. Son mi soundtrack para pasar la gripe.

Todas me gustan y mucho, pero la primera está plagada no solo de buenos recuerdos de la película a la que pertenece, sino también llena de recuerdos de mi 1993, año en el que conocí a Emilia, me sirvió, esta canción, para recordar que de vez en cuando me hace falta y poder llamarla y decirle que tengo fiebre, que me duele el cuerpo y que tengo días buenos, días malos y que la paciencia no me sobra... que me hace falta (ella y la paciencia), que conocí a Miguel y que sigo siendo una sentimental de mierda, que tengo un trabajo que me encanta, que Sebastian está enorme y que sigo sin saber a dónde pertenezco. Porque esas cosas las comprende tan bien, ella que me conoció cuando teníamos 15 años, que fuimos a ver esta película y que terminábamos llorando cuando Tom Hanks moría tan agónicamente. 

Dele play... y si nota que mis ojitos están llorosos, es la gripe...









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