Se preguntará el lector cómo es un corazón vintage...
yo tengo uno, desde que nací.
siempre en búsqueda de la valoración,
a ese mi corazón, se le asignó un número de latidos por semana
sin saber que tendría que aprender
a latir a un ritmo impropio para otros corazones.
Mi corazón vintage y yo nos entendemos bien.
me he sentido feliz en su compañía
a veces me ha pedido calma y he tenido que aprender a dársela.
El muy incongruente no sabe
lo que me ha costado encontrarla antes de entregársela.
A mas de algún hombre
ha horrorizado este mi corazón vintage
su antiguedad lo ha hecho pieza de colección
algún insulso quiso llevárselo sin permiso
pero resulta que mi corazón, a parte de ser vintage,
también tiene estrictos criterios de pertenencia.
Con los años esta maquinaria vintage
ha ido agregando valores adicionales,
ahora, dentro del coleccionismo
tiene un nuevo precio
porque ya te ha pertenecido a vos.
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