miércoles, 7 de abril de 2010

Razones para andar feliz

Siempre la Dra. Garay me insistía en que debía rebuscarme las razones para ser una persona feliz, nunca le hice mucho caso, para mí, ella no era más que un caso irremediable de entusiasmo crónico casi enfermizo, en ese aspecto no sé si ella me daba tratamiento sobre mi distemia o yo le daba tratamiento sobre su condición... a saber...

El asunto es que a veces esta mujer que, en algunas remotas oportunidades, extraño tenía razón, hay días en que sobran los motivos, lo particular de estos motivos que hoy tengo... son como bien silvestres, sin mucha bulla ha llegado y se ha instalado a mi lado.

No son (solamente) las esperanzas banales de seguridad económica de un posible trabajo, o el arreglo habitacional con mi familia, es que algo está cambiando sin querer queriendo. Ayer me lo decía Interbret... "INTERESANTE".

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