jueves, 25 de octubre de 2012

Alfonsina

Una mañana caminó a la muerte que eligió, donde el mar extendió su  manto absoluto y la acobijo.

Fue de las primeras mujeres que me sorprendieron... fueron sus palabras, su alma libre y su vida llena de fuerza y ternura.

Los hombres de su época no tuvieron otro remedio más que hacerle un espacio en las fotos de los intelectuales y escritores, compartieron ese espacio y le adjudicaron una importancia en ese mundo tan machista. La admiraron y desearon para sí el candor de sus palabras, el fulgor de su corazón y el tibio timbre de su viento.

Alejandro, su hijo de "padre desconocido", dijo en referencia a su madre: "A la mujer que usa el cerebro se le secan los ovarios", pero no es cierto... ella era fecunda, prodigaba vida en sus palabras, tuvo el coraje de ser madre de un hijo sin padre, en una época totalmente inhospita. Fue oscuridad y me dejó luz a la vez.


Luz
Alfonsina Storni
Anduve en la vida preguntas haciendo,
Muriendo de tedio, de tedio muriendo.
Rieron los hombres de mi desvarío…
¡Es grande la tierra! Se ríen…yo río…
Escuché palabras, ¡abundan palabras!
Unas son alegres, otras son macabras.
No pude entenderlas; pedí a las estrellas
Lenguaje más claro, palabras más bellas.
Las dulces estrellas me dieron tu vida
Y encontré en tus ojos la verdad pedida.
¡Oh tus ojos llenos de verdades tantas,
Tus ojos oscuros donde el orbe mido!
Segura de todo me tiro a tus plantas:
Descanso y olvido.

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