martes, 9 de octubre de 2012

El Che o de cómo 45 años no son nada y son todo

El 9 de octubre de 1967 marcó una derrota.

Los lectores pensarán que soy una incendiaria al leer mis títulos o subtítulos. Si lo soy, solo que para sobrevivir en esta nueva era he tenido que adaptarme a una normalidad inofensiva. Me siento tan hipócrita al respecto.

1992. El Che Guevara llegó a mi vida en octavo grado, tercer ciclo fue el caldo de cultivo histórico para mí, las figuras históricas que me han influido y que he admirado llegaron en esos tres años, él no fue la excepción. Recuerdo que Alfredo, un año mayor que esta loca, me rondaba con una insistencia devota, me regala canciones escritas en páginas de cuaderno, se sentía importante al explicarme cosas que yo no conocía y además me veía con ojos de borrego degollado. Ustedes saben... el amor adolescente es así... medio pendejo. ¿Qué tiene que ver el Che con Alfredo? Un día llegó este muchacho, con sus quince años a cuesta y en ese recreo me dijo: "Nos dieron los personajes para representar en Sociales, me tocó 'El Che'... no me agrada la idea, pero ni modo ", le pregunté quién era "ese", con su desabrido y escaso lenguaje me explicó quién era, como no me satisfizo su explicación, me fui a la biblioteca (como era mi costumbre) y pedí todos los libros que pudieran darme una mejor explicación de quién fue este hombre. Qué dulce fueron mis catorce años conociéndolo. 

Llegué a mi casa, hablé con mi papá... era el único con el que podía hablar de estas cosas... le dije "hoy conocí al Che" recuerdo que le cambió el rostro, no pude interpretar si estaba contento o afligido... "vos no conoces al Che... vos has leído de él, para conocerlo hay que entender qué es la 'Guerra de Guerrillas'..." ¿Ahora entienden por qué soy incendiaria? Por todos lados me caían términos que no tenía más remedio que averiguar qué eran. Alfredo y mi papá tuvieron la culpa.

Por supuesto averigué qué era la "Guerra de Guerrilla" y averigué más sobre el Che. Quedó toda esa información ahí, en mi cabeza. Mientras tanto... Alfredo logró entender que de amigo no iba a pasar conmigo y como suele suceder a esa edad, se marchó sin irse en realidad. 

1996, diciembre. Alexander acababa de regresar del seminario, en un intento fallido por se cura, llegaba a hablar con el hermano Santos, un religioso mexicano que vivía en la parroquia donde yo trabajaba como secretaria. Creo que los muchachos, en la adolescencia y en la juventud temprana, usan el mismo método de cacería: lo rondan a una como cazadores a la presa. Llegaba y siempre me llevaba una flor, un dulce o un algo que me parecía irrelevante, por supuesto, siempre acompañaba esas nimiedades con su mejor sonrisa. Lo odiaba. Luego de salir del seminario hizo lo que siempre me ha parecido la traición más grande... se metió al cuartel, así que cada flor iba a parar a uno de los jarrones del Santísimo o los dulces los repartía entre los niños a los que les daba catequesis, nunca me quedaba con nada, alguien me dijo que era una ingrata. La traición siempre ha sido un término con el que he tenido problemas, para mí, el traidor solo merece una cosa: la muerte. Recuerden... soy incendiaria. 

Una mañana de noviembre llegó Alexander de nuevo, esa vez tuvo la desfachatez de llegar medio uniformado y con un gran bulto en la espalda. Le abrí la puerta y regresé a la oficina, me siguió, le dije "el hermano está en la casa cural" con la intención de echarlo de mi oficina de manera diplomática. Puso su mochila sobre un escritorio desperdigado y empezó a buscar algo... yo blanqueaba los ojos esperando cualquier mierda y pensar que por decencia se lo iba a tener que tomar, hasta encontrarle otro destino fuera de mi vida. Cuando levanté la mirada, frente a mí, junto a su sonrisa, Alexander me entregaba un libro: "El diario del Che en Bolivia". No supe qué decir, creo que me lo notó y dijo "Sé que le va a gustar". Ese libro estuvo más tiempo conmigo que el muchacho que me lo regaló, lo leí y lo releí muchas veces. 

2010. Iba Pasando pasó por acá y un día, luego de un par de encuentros acepté visitar su apartamento, el cual estaba siendo pintado... con mi asesoría en decoración de interiores... al llegar todo estaba movido de su lugar, los sillones estaban a medio apartamento y una alfombra de papel periódico se extendía a lo largo del piso junto a las paredes. 

Para ese entonces yo estaba clara en lo que quería con ese hombre, la delicia de dejar de ser tan inocente es eso... tener claridad de muchas cosas, sin embargo, eso no quiere decir que una no disfrute esos días o semanas en las que las potenciales parejas lo cortejan a una. Luego de ver el relajo que tenía, debido a la pintada, lo primero que vi y me flechó fueron sus cuadros decorativos... uno donde aparecían, de cuerpo completo, el Che y Fidel Castro, el otro... la silueta del Che con la bandera de Cuba al fondo. 

Creo que nunca se lo dije a Iba Pasando, pero siempre amé sus cuadros, siendo pareja y mientras él se iba a trabajar, yo pasaba mañanas completas en su apartamento, escribiendo y más de alguna vez escribí alguna historia ficticia de cómo llegaron los cuadros hasta ese bunker-apartamento. Fue una redundancia ver varias veces en aquel lugar "Diarios de Motocicleta" en el que Gael García Bernal nos presenta el retrato de un casi adolescente Ernesto. 

2012. Una tarde Miguel me dijo que quería darme "algo" en calidad de comodato, es decir, una donación temporal, empezó contándome cómo lo había conseguido y que le gustaba mucho porque no era un cuadro "común", pero antes de decirme de qué se trataba en realidad, me pregunto: "¿y a vos te gusta el Che?". ^^ Me dio tanta ternura que me lo preguntara. 

Así, al siguiente fin de semana en que nos vimos, me llevaba envuelto en una inmensa bolsa negra, un cuadro del Che Guevara. Es hermoso. En realidad se trata de una litografía, la silueta del Che, de perfil, con sus ojos entrecerrados y con el fondo en distintas tonalidades color pastel le da un aire de leyenda. Lo es. 

Hoy me acompaña el Che, vive conmigo, me acompaña y me observa mientras escribo, mientras leo y  sueño. De alguna manera extraña tener ese cuadro es una especie de vínculo concreto con mi actual pareja, es saber que un día lo vio y pensó que me gustaría tenerlo, que supo que yo sabía y amaba al Che y a todo eso que representó en la historia de Latinoamérica, supo este santaneco que me enamoraría más de él, que el tiempo es solo eso... tiempo y que las luchas, aunque con estrategias distintas, siguen siendo luchas y que cada uno tiene derecho a mantenerlas como mejor le parezca. 

Por mi parte, y muy honestamente, espero que Miguel sea el último hombre en mi vida al que vinculo de esta manera al Che. Ya es suficiente tener recuerdos de otras tres personas en estos 45 años de muerte, este cuarto quiero que sea el último. El que espera que algún día le regrese su cuadro... y que él no sospecha que nunca sucederá ^^... pero no se lo cuenten :)

Che: Te fuiste de este mundo hace 45 años, para mí eso significa que diez años antes de llegar yo, vos tenías que dar cuentas al mundo por un idealismo fundamentado en el amor a la libertad. Vos y yo no tendremos nada (o casi nada) en común, nunca pensaste en una mujer que nacería en El Salvador y que sería una anacrónica de primera, que amaría la libertad y las nubes, que rechazaría becas para ser servidora de la oligarquía y (neciamente) se dedicaría hacer lo que le pegara la gana. Vos nunca lo supiste, ni lo imaginaste; en cambio yo si te he podido imaginar, te he podido redescubrir en un libro, en un cuadro, en un amor. 

Te fuiste pero seguís aquí, como Roque, como Carlos Fonseca Amador, como Sandino, como Farabundo. Seguís siendo lo que siempre quisiste ser, son los demás los que te han convertido en una marca, en un icono, en un mito. Para mí sos tan real, tan humano, tan historia, tan flor, tan atardecer, tan ojo inquisidor, tan fusil y tan bala, sos el amor que me inunda, sos el beso de Miguel. sos la música de Silvio, sos la intransigencia de la vida, sos mi padre retándome a leer más sobre vos, sos la forturna de mis noches. Sos el cariño de la gente humilde, estás en los ojos de mis alumnos, en las interminables cartas de un proyecto, en la injerencia de las necesidades de un sueño, en la cultura, en la alegría, en el humo de un cigarro, en la borrachera filosófica. 

Te fuiste, tu cuerpo se fue, pero vos estás aquí en el corazón de los que seguimos pensando que la rebeldía es una virtud. 


3 comentarios:

Miguel G dijo...

¿Cómo que no será devuelto?; debí hacerte firmar para su devolución.
Hoy que lo veo, acá en tu blog, después de tiempo sin verlo me parece muy bonito el cuadro; parece ser que lo has cuidado bien y ya no se ha deteriorado más.
Si te contara que los cubanos que vinieron trajeron 4 libros llamados "El che político"... no sé como robarme uno de los cuatro..

Miguel G dijo...

Por cierto, hoy también es el natalicio de Lennon...

KR dijo...

:)

Pero sabes que te quiero, eso te tiene que consolar jajajaja.

Tomaste la mejor decisión para el cuadro: dármelo, lo cuido y lo he restaurado.

Tené cuidado al robarte el libro ;)