Querido Miguel:
Hace dos años exactamente nos fuimos a conocer. Nos habíamos escrito correos y mensajes durante casi dos meses y en un momento, en el que ni me di cuenta, decidí darme la oportunidad de salir de mis rutinas, mis aflicciones y mis temores. Cosa que ya sabes, es bien difícil para mi.
Por supuesto, viendo cómo sucedió todo hace dos años, nadie (es decir, yo) habría apostado a que esto durara o fuera significativo, porque así soy... nunca he podido calcular realmente el impacto de la gente en mi y opto (casi siempre) por hacerme la maje al poco tiempo, para no salir lastimada, para no comprometerme, para no gastarme. Así fue... hasta ahora. Tal vez sea feo que lo diga, pero no le tenía "fe" a esta relación. De hecho, cuando meses después pasamos por un tiempo raro de separación, lo vi hasta lógico. Pero como las relaciones no son de una persona, sino de dos, vos te quedaste. Hiciste un espacio para vos y tus grandezas mal puestas de santaneco y yo acepté dejar que te quedaras y te pudieras instalar en una vida que había dejado olvidada.
Debo confesar abiertamente que he tenido miedos (reales e infundados) de algo que no conozco, la domesticidad siempre un fantasma para mi, pero anoche, mientras lavábamos, cocinábamos y hacíamos cálculos para comprar muebles para el apartamento me di cuenta que no costaba nada. Nada. Solo que nunca lo había hecho y ahora ya no resulta aterrador.
Aquella tarde, mientras te vi llegar con unas Orsai bajo el brazo, a tomarte un café conmigo, no sospeché que dos años después estaría escribiéndote esta carta, haciendo planes y preparándome para lo que tenga que venir (que en realidad no sé qué será). Ha sido bueno verte a mi lado la semana pasada, el día que regresé a casa luego de pasar tanto tiempo sola en el hospital. Me sorprendí al escucharte murmurar "dormite"; por supuesto no pude, pero fue bueno sentir que - por primera vez en mucho tiempo - me he sentido acompañada.
El tiempo seguirá su curso, no sé cuánto nos dure, en realidad no quiero pensarlo mucho, puede ser que me asuste, pero para mientras yo trataré de terminar el diplomado, buscaré otros entusiasmos para regresar a escribir y vos leerás a la carrera y seguirás afinando nuestro presupuesto para ir a México. Seguiré teniendo mala salud y vos la salud de hierro que tanto presumis. Tal vez dentro de dos años quiera escribirte otra carta o tal vez haya borrado ya las 23 cartas que nunca te entregué mientras viví en Suchitoto. De momento, este fin de semana tenemos que seguir viendo fútbol, pintar el apartamento y experimentar nuevos sabores en la cocina.
Te mando los besos asignados para este día.
KR
1 comentario:
Qué lindo!!! :)
un abrazo, y adelante con el diplomado y todo lo que venga!!!
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