jueves, 26 de junio de 2014

El mensaje

El viernes, mientras la vida me transcurría entre una llamada de Skype, mi preocupación por no tener nada de comer en la refri y el intento de organizar un fin de semana de fútbol y trabajo, me cayó la notificación de que tenía un inbox en FB.

Eso no es raro, ya que es justo por inbox de esa red social por donde me comunico de manera exclusiva con algunas personas. La sorpresa fue ver el remitente al abrirlo.

28 meses habían pasado desde que no sabía de esta persona. Pocas palabras hicieron que miles de recuerdos regresaran de golpe, de patada y de torrente. Me quedé inmóvil, casi asustada, revisé la fecha del mensaje, pensé que era uno de los antiguos que nos mandábamos casi a diario con esta amiga. No, era de ese día, a pocos minutos de haber sido redactado. No supe de mí por un par de segundos.

Cuando la razón me regresó, agarré mis llaves y me fui a hacer las compras de la semana al supermercado, porque al fin y al cabo, la vida sigue... aún con recuerdos que aún logran sacarme una sonrisa, aunque sea momentánea.


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