martes, 1 de julio de 2014

Puede ser

Puede ser que me haya equivocado en algunas cosas desde el final de la semana pasada... puede ser.  Eso significa que puede ser que no me haya equivocado, que simplemente tomé decisiones que no le parezcan las adecuadas al resto del mundo.

El mundo...

Siempre he pensado que el mundo es demasiado complicado, pero es bueno, es lindo y a veces aún me logra sorprender, encuentro gente que es buena y que me inspira por creativa e innovadora, a ratos el mundo se pone demasiado intenso, justo ahora que le pido un poco de paciencia a la vida. Puede ser que no estamos "tan" sintonizados en esta época. Por supuesto, sé que esta es solo una etapa, sé que pronto, el mundo y yo, nos andaremos sintonizados, sincronizados y como cuando las niñas son "mejores amigas".

Puede ser que a veces quiera llorar, como el sábado por la tarde, cuando estaba confundida entre un reclamo, entre un regaño o una forma sutil de protegerme de nuevos errores e igual no llorar, porque al fin y al cabo... ¿de qué me sirve llorar? Puede ser que llorar sea lo que he estado necesitando, porque al fin y al cabo... siempre he sido llorona, aunque no llore.

Puede ser que extrañe demasiado a algunas personas que se acaban de ir o que no terminan de llegar, pero admitirlo sería un riesgo demasiado grande para mi corazón. Puede ser que sea esto lo que me mantiene con un cansancio perenne y que pronto agarre el teléfono y al fin haga la llamada que no hago desde hace tiempos.

Puede ser que lo que necesito no es ron, ni vodka, ni regresar a mi control médico porque cada vez es más común que me siento agitada y asustada en las noches, porque a ratos me cuesta respirar, porque a ratos pienso todo puede mejorar y soy un revoltijo de esperanzas mal puestas y realidades superfluas... porque al final nunca debí haber dejado mi control médico. Puede ser que lo único que necesito es reírme mucho con mi afecto favorito o simplemente refugiarme en su hombro y llorar. No importa qué.

Pero...

También puede ser que todo mejore justo en el momento en el que, en medio de todo lo feo, un muchacho, como de 19 años, me detiene en la calle y me pregunta "Disculpe, ¿sabe si Alemania ganó?" y yo le puedo contestar, sonrisa en cara, "ganó 2 a 1", o cuando me cae un mensaje preguntando mi paradero, o cuando me doy cuenta, mientras me adentro en mi cotidianidad aburrida y demasiado adulta, que la música no me deja, o que simplemente sigo viva para poder cambiar todo aquello que no me agrada... porque me acuerdo, que el problema no son los demás (si me entienden o no), porque me acuerdo que soy yo la que puede cambiar.




No hay comentarios: