sábado, 15 de mayo de 2010

Querido Roque:

No quise escribirte el lunes pasado porque andaba con el ánimo machacado para variar, además... me pareció incorrecto hacerlo en una fecha tan triste para mi... como lo es la fecha de aniversario de muerte, por eso preferí hacerlo hoy... que es el aniversario de tu vida.

El año pasado te escribí una cartita como esta... tan ingenua como incendiaria... disculpame la desfachatez... así soy yo.

Quisiera contarte que muchas cosas han cambiado desde entonces: más de algún buen amigo ahora ya no lo es... y tuve que reorganizar mi cosmos a fin de sobrevivir, de alguna manera tuve que autoexiliarme... pero no me quejo... no todo ha sido malo, he tenido ganancias... por supuesto, de esas ganancias que solo son ganancias para personas como nosotros, es decir... nada tienen que ver con cuestiones económicas ni terrenales, sino que son de la dimensión más cercana al corazón.

No puedo evitarlo... siempre leo tus poemas en Mayo... sabes perfectamente que nunca me ha ido tan bien que digamos en este mes... y por lo visto, éste no ha sido la excepción... pero sobreviviré, lo sé... soy chica de aguante aunque me esté cagando del miedo. Inevitablemente simpre me acuerdo de vos cuando paso por El Playón.

Mucho he escuchado en estos días de vos, andan ahí queriendo hacer justicia nuevamente, supongo que el tipo de justicia que buscan no es la misma que deseamos. Los poetas somos personas difíciles, nunca se queda bien con nosotros. Ciertamente he tenido que repensar mi posición política (si es que de verdad la tengo) luego de escuchar tantas cosas de gente que no desea más que seguir igual, jodiendo gente. Te lo confieso, sigo sin entender a los líderes, esos que lo son porque ningún otro tiene los huevos (u ovarios) de tomar cartas en el asunto. Claro de nada me sirve, porque yo también soy una cobarde.

Anduve buscándote varios días, en los libros, en los pájaros y hasta en la tormenta que cayó el miércoles pasado... y si... sé que siempre andas inmiscuido en esos momentos en los que me siento triste pero también en los que me siento impunemente desubicada y digo lo que no debo, a la gente que no debo y en el momento menos adecuado... es una maña que no puedo quitarme.

Gracias a Nora te encontré en un pasaje vergonzoso de la cultura salvadoreña, entremezclado con Pancho Lara y me volvió a doler el estómago como hace unos días en el hospital. Sentí una gran pena ver a lo que hemos reducido la poesía... esa tu poesía que pretendía mostrarnos la belleza aún en tiempos del horror, ahora... los mismos camaradas nos han dejado solo el horror.

Pero bueno... ya me voy Roquito... cuidate mucho... ojalá pueda encontrarte a lo largo de este año, yo sé... siempre sos así... apareces cuando te da la gana y no cuando uno quiere... en eso nos parecemos. Besos... y Feliz cumpleaños.

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