Yo que soy una fina chillona, venía llorando en el bus a buenas 6:30 a.m. ¡porque solo a mí se me ocurre tener discusiones sin salida con mi madre en ayunas!
Ahí estaba yo... con cara payula preguntándome por qué gran putas no puedo quedarme callada cuando debo o por qué gran carajos no puedo decir lo que me hace estorbo en el corazón... cuando escuché esta canción... no puedo decir que me trajo recuerdos, porque en aquel entonces... cuando tenía 12 años casi no tengo recuerdos que atesorar... pero irremediablemente recordé cosas recientes.
Recordé que desde hacía más o menos un año empecé a extrañar tener un hombre fuerte a mi lado... y ahora lo tengo.
Terminé de llegar a casa de ER. Él que llegó hace a penas 4 meses aún no dimensiona algunas cosas, a veces ni le cuento el centro de mis enojos o de mis frustraciones y solo le enseño las periferias, quizá a fin de no asustarlo, aunque sé que es un hombre fuerte y valiente... pero no vaya a ser...
Al abrirme la puerta esta mañana me abrazó y creo que ni se dio cuenta que lloraba en su hombro, me di cuenta que su fuerza en cada comentario (serio o en tono de virgada) me ha ido dando excusas para sonreír en los últimos días de mayo. Él tiene el poderío de hacerme sentir bien. El corazón podrá desquebrajárseme por otros motivos, mi ánimo puede ser aplastado por el clero y el tiempo incontenible, mi fortaleza podrá ser hecha trizas por las adversidades... pero este hombre fuerte me abraza y yo vuelvo a la vida. Me hacía falta un hombre fuerte y ahora... ahora lo tengo.
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