No, yo no puedo dar muchos consejos de cómo ser hija, en especial esa especie tan fina y distinta a mí... ser buena hija. Tengo conflictos con mi madre y a veces no sé cómo acompañar a mi papá en una enfermedad tan lenta y degenerativa. No tengo el valor suficiente para ser "buena hija" según el concepto clásico. Sin embargo, algo puedo asegurar con fuerza porque nace de mi corazón (de esas cosas que solo una puede asegurar): amo a mis padres, aunque no los entiendan y aunque no entiendan mi vida trashumante.
El título de este post nació ayer en mi oficina, terminé llorando como infante frente a mi computadora, no solo porque el texto que leí era tan bueno, sino porque me reconocí en los consejos que daban a los padres (no a las madres) que tienen hijas. Lloraba porque soy una chillona de mierda, sentimental aguada y porque en estos días ha sido tan fácil llorar cuando pienso en ellos.
El texto reunía veinte consejos para hombres que tienen hijas. Recordé no solo a mi papá que tiene tres, sino también a otros hombres quienes tienen la dicha de tener a ciertas mujercitas en sus vidas. Recordé a Nelson, un tipo monumentalmente gigante (mide casi dos metros y es fornido), que chorreaba de ternura mientras chineaba a Zoe, su hija de cuatro años. Me vino a la mente mi tío Carlos, quien en su ser tosco y rudo, crió a Vilma, su hija que no era su hija en realidad. Me acordé e hice inventario de las cosas que mi papá hizo conmigo, creo que sin saberlo, pero que crearon entre nosotros un vínculo que ha perdurado a pesar de las adversidades.
No voy a reproducir los veinte consejos, solo les diré los que mi papá aplicó y de los cuales puedo dar fe, como hija, que funcionan, serán con esas pequeñas acciones que puedan, queridos padres con hijas, establecer una complicidad mágica con futuras mujeres.
1. Ama a su mamá. Dice el texto que si un hombre ama a la madre de una hija, ésta tendrá (inconscientemente) un parámetro para la búsqueda de una pareja en el futuro. En lo personal no estoy tan segura de ello, puede ser cierto, pero fue importante que mi papá amara a mi mamá durante todos estos años (en febrero cumplieron 34 años de estar juntos) porque así me enseñó amar a las personas aunque no estemos de acuerdo con ellas. Me enseñó, a través de eso conceptos de lealtad y fidelidad.
2. Enséñale a lanzar y atrapar una pelota. Nunca fui muy deportista, pero siempre voy a recordar las noches, mientras mi mamá estaba en turno en el hospital, cuando llegaba mi papá... Lorena y yo tendríamos como 4 y 10 años respectivamente, se le metió en la cabeza que nos tenía que enseñar a jugar fútbol... y ahí nos veían en la sala de nuestra casa, jugando y rompiendo un par de adornos de cerámica. Lo chivo es que nunca nos dijo frases como "no le pegues como niña".
3. Déjala tener mascota. A mis papás no les gustan mucho los animales, sin embargo cuando Atila fue depositado en mis brazos y lo llevé a casa, él no renegó al ver la bola de pelos gruesos y negros, amó a mi perro favorito con fervor, gracias a mi papá Atila recibió atención médica cuando fue envenenado y creo que hasta lloró cuando tuvimos que enterrarlo. Por supuesto, siempre dice que él nunca ha tenido perros y que eso es cosa de niñas.
4. Baila con ella. A mi no me gusta mucho bailar, nunca ha sido de mis actividades favoritas, pero tengo tan presente a mi papá cantándonos boleros viejísimos... y bailando con nosotras.
5. Dile que es hermosa. Mi papá nunca ha sido de esas palabras, sin embargo, reconozco un día en el que me fue a dejar a una fiesta de quince años, yo tenía esa edad, mientras viajábamos de la casa a la fiesta, tomó el valor para preguntarme si tenía novio. Le contesté que no, a lo que contestó "Pues tus amigos son bastante idiotas". Ha sido el piropo mas hermoso que mi papá me ha dicho en la vida.
6. Enséñale a cambiar una llanta. Cuando leí este consejo casi me daba ataque de la risa. Me vi a mis 14 años luchando por cambiarle la llanta al carro viejo de la familia, mientras él estaba sentado en las gradas de la entrada de la casa viéndome, diciéndome... "no voy a permitir que una hija mía se detenga a media calle esperando a que cualquier pendejo se detenga a ayudarle... si vas a manejar debes aprender a cuidarte sola". Ha sido de las mejores cosas que ha hecho... enseñarme a cuidarme sola.
7. Asegúrate a que sepa y entienda que ella es tan inteligente como cualquier niño. Mi papá nunca me pidió mis notas, solo una vez en la vida recuerdo que me ayudó a hacer una tarea porque vio que me quedé dormida mientras hacía un infinito rollo con números, además de escribir en chorrera miles de números, debía cortar, pegar y colorear las tiras... tenía nueve años e iba a tercer grado, cortaban la luz a eso de las seis de la tarde y estaba haciendo mi tarea iluminada con una lámpara coleman. Me despertó y me dijo que me ayudaría solo si no me dormía y seguía a su lado. Como buen hombre de su tiempo, nunca me ha dicho nada por mis logros académicos, pero una vez lo sorprendí hablando con alguien de eso. Le brillaban los ojitos. Me pareció tan tierno.
8. Deja que duerma en tu cama cuando tenga pesadillas. Cuando se tiene seis años es tan hermoso sentir que te protege alguien de esos horribles sueños que te atacan. También cuando una tiene cualquier edad.
9. Pocas cosas son tan reconfortantes para una niña llorando que la mano de su padre. No importa los motivos del llanto, ni importa que una ya no sea una niña, la mano de un padre siempre es buena cuando una llora. Solamente.
10. Hazle saber que siempre puede regresar a casa. No importa qué suceda. Cada vez que me voy, siempre me lo dice... "esta es tu casa, podes regresar a la hora que te pegue la gana". En el fondo es una forma de protección, pero es lindo saber que no es una imposición.
11. Escríbele una carta a mano. Somos un par de románticos, cuando aprendí a escribir en preparatoria, le escribí una carta... de esas cartas que ahora me escribe Sebastian, donde se declara el amor infantil por la familia. Él me escribió una de regreso, pero me la dió el día que me gradué de bachillerato. No sé si perdí la carta, tengo años de no verla, pero la recuerdo en cada punto y coma.
12. Aprende a confiar en ella y dale cada vez más libertad año con año. No sé cómo, ni de qué manera, pero este hombre tuvo que darme esa confianza y libertad, incluso para cometer errores, con lo que tuve que aprender, además, a pedir una disculpa. No solo nos hizo autónomas, sino que nos enseñó un poco de humildad. Cuando leí este consejo recordé una madrugada, yo tendría unos 21 años y lo encontré viendo la tele, sin poder dormir, cuando me dijo que lo acompañara me negué, estaba en un estado de embriaguez muy grande... y se lo dije... "me da pena".
13. Acepta que algún día tu hija se enamorará. No sé cómo lo habrá vivido mi papá conmigo, de hecho no sabe mucho de mi vida afectiva, pero lo he visto con mis hermanas, quienes han sido siempre muy enamoradas. Nunca va a estar listo, pero lo acepta.
Si usted es hija... sea cursi y si usted es padre... también sea cursi. Al fin y al cabo, los recuerdos son lo que nos quedan a través del tiempo. Si quiere leer todo el texto original, dele clic AQUÍ.
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