lunes, 26 de agosto de 2013

Siempre

.Yo parezco haber nacido para no aceptar las cosas tal como me son dadas. 
Julio Cortázar


Siempre has creído que el corazón me rebalsa y termino dando más de lo que debería dar en proyectos, en trabajos, en otros amores. Sin embargo, siempre has pensado que soy incapaz de amar.

Siempre te contradices.

Yo no sé si es correcto lo que hago, vivo como creo y puedo. Por supuesto, para alguien tan concreto y terriblemente realista esto no es lo mejor. Lo mejor sería que viviera como debo. 

Siempre me has dicho lo que debo hacer. 

A lo mejor ninguna tiene la razón, es casi seguro que ambas estemos equivocadas, una vez me dijiste que el amor verdadero siempre me iba a hacer daño, que me cuidara. No sabía en ese entonces que de quien debo cuidarme es de vos. Porque tenías razón, como casi siempre crees tenerla, tu amor me ha herido muchas veces y en distintas formas. 

Siempre pensas que los demás te maltratan y no logras ver que la que saca el cuchillo primero sos vos. 

Es muy probable que yo no haya aprendido a amar aún, puede ser. El tiempo es solo un recorrido de meses que me están llevando a otra etapa. Puede ser que tengas razón, al final voy a estar sola, que es lo mismo que decir que habrás muerto. Lo que no te imaginas es que estoy preparada para eso. Es el orden lógico de la vida, que las hijas estemos solas, lo que nunca nadie quiere admitir es que tenemos derecho a decidir si es eso lo que deseamos y prepararnos para ello. 

Siempre has dicho que soy la peor de tus hijas. 

"Siempre" es una palabra demasiado fuerte para nosotras dos, siempre nos hacemos daño. Siempre queremos tener la razón. Siempre peleamos por cosas que no comprendemos de la otra. 

Yo no puedo cambiar lo sucedido, tampoco vos, el "todavía" ha quedado flotando desde el sábado por la tarde y luego de llorarlo mucho, el muerto de esa tarde ya fue enterrado. 

En esta trinchera mía, en este cubículo bajo el aire acondicionado, veo todos tus intentos, tus patadas de ahogada, tus arrepentimientos a posteriori... y no es orgullo, ni rencor. Es simple auto defensa, es ser fiel a lo que dije que sería hace años, cuando me diste la última paliza de mi infancia. ¿Lo recordas? Te lo dije esa noche cuando entablillabas mi dedo mequiñe que quebraste... "nunca más me vas a hacer llorar". 

Siempre te voy a querer, aunque no lo creas. 

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