martes, 5 de mayo de 2015

"Tal vez estás cansada"

Me dijiste este día, luego de que te confesara que no quiero ver a algunas personas, siempre me has entendido cuando ando así, cuando quiero ser tortuga y esconderme en mi caparazón o ser piedra y no moverme nada, mayo siempre me ha maltratado... aún así, te has quedado, ahí, en el pulso de un cursor, en la palabra escrita porque pasamos días sin vernos y cuando nos vemos, qué lindo es, porque suelo soltar todo lo que me molesta.

Este es el tercer mayo que vivo cerca de vos, mayo sigue siendo el mismo cabrón que se interpone a mis sueños de mini-micro empresaria, que se lleva a una hermana, que se incrusta como gangrena en una pierna, que se instala como olvido estacional en una mente, pero no puedo quejarme siempre.

Mi planta no ha muerto, mi gato ha sanado y vos estás ahí, al otro lado de la pantalla, diciéndome lo que casi nadie se atreve, diciéndome cosas fuertes y cosas suavecitas, como algodón de azúcar rosadito, como aroma limpio de mañana que amanece grisita, como espuma de cerveza helada.

Mayo podrá ser todo lo cabrón que quiera y yo podré estar cansada, harta de reclamos, de desconsideraciones, de ser de hule, pero todo eso se va al carajo cuando te escucho entrar a mi casa, a mi cueva, a mi refugio.

Si, a veces estoy cansada de mí misma en mayo. Luego recuerdo que soy la destinataria de tus caricias y mayo se pinta del rojo de los árboles de fuego y logro ver la bondad de algunas personas, logro encontrar el entusiasmo por un taller, por una idea, por algo que deseo para mi y para todos. No es que me enamore de vos, es que me miro con mi cabello recién cortado y me enamoro de mi, de la idea de que todo vuelve a regenerarse y de que todo lo feo puede quedarse fuera de mi puerta.

Me gusta este camino que llevo, ese que camino sola, ese que camino con vos y ese mismo que me ha traído de nuevo a escribir.



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