viernes, 21 de octubre de 2011

Llegar a un nuevo trabajo

Como ya sabrá el estimado lector o estimada lectora de esta pseudo-bitácora... soy un ser (cuasi) solitario. No soy muy bullista, a menos que tenga ataque de endorfinas, no logro entablar plática con desconocidos fácilmente y no puedo decir que sea rápida para adquirir confianza, pero bueno, aquí estoy, en un nuevo lugar de trabajo, rodeada de gente que no me infunde confianza y en una casa vieja y sucia. Curiosamente, le comentaba a un amigo, que a pesar de eso, me siento contenta y animosa del trabajo en sí.

Por primera vez soy (oficialmente) jefa de un "lugar de trabajo". Es raro tener ese título. Se siente como una pequeña carguita encima del hombro, pero no me asusta (tanto), ya varias veces he dirigido y liderado, claro, no con el título de jefa. Ush.

Sabrán también que además de ser antisocial, padezco de una fuerte intolerancia a la lactosa, a la impuntualidad y a la mala ortografía. Adivinen... lo único que aquí no hay es lactosa... así que ya estoy viendo qué método ocupo para corregirles esos dos males más horribles del mundo.

Ya tengo llave y autorización para realizar algunos cambios y ahorita estoy redactando el reglamento interno. Prometo no ser mala, pero si estricta (especialmente conmigo misma).


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