Querido Lelouthan:
Esta carta a lo mejor debí haberla enviado antes, lo que hablamos a diario no es suficiente a veces. Sé que en las últimas semanas todo ha parecido raro entre nosotros. Yo no he estado de acuerdo en algunas cosas y vos no sentiste que te apoyara, te sentiste atacado por mi parte confieso que he estado a la defensiva.
Pero resulta que ante las cosas que nos han sucedido, han dejado en claro que seguimos siendo amigos.
Esta madrugada soñé con tu papá enfermo. No me extrañó leer tu mensaje a las 5 a.m.... sé que también soñás con él y creeme que con todo el conocimiento y comprensión sobre la muerte a veces no encuentro la manera de decirte las cosas de manera que te duelan menos. Soy una torpe a veces con los sentimientos, en especial con los ajenos. Pero creeme, no busco darte más dolor, es suficiente con el que ya tenes.
La razón de esta breve carta es para decirte que comprendo y comparto tu tristeza, quisiera decirte todo aquello que queres escuchar: que va a estar bien, que se recuperará, que será el hombre que solía ser... pero no puedo y te juro que me duele no poder mentirte de esta manera. Qusiera decirte algo que te dé calma, porque aunque digas que tenes calma, no es así. No hay ser humano que resista impávido ver que un ser amado muere, nadie y menos vos.
Poco o casi nada puedo hacer, solo estar aquí, al otro lado del teléfono, esperando, monitoreando tu tono de voz al contestar, para saber antes que lo digas si aún vive, si ha tenido otro derrame o si llegó la hora del luto.
Quisiera decirte querido amigo que la muerte no es tan terrible, no es macabra, ni horrible como todos dicen, en el caso de tu padre es la liberación de un dolor (o de un conjunto de dolores), es la señora apasible que lo llevará a un lugar maravilloso donde pueda descansar, donde pueda encontrar a otros seres amados y aunque a nosotros que quedamos aquí, de este lado, donde se supone que hay vida, nos dé dolor la partida, tenemos que comprender que sentirnos tristes es lógico, que extrañaremos al que se marcha, pero que toda tristeza... es pasajera.
De momento, en este tiempo triste, aquí estoy... para compartir contigo esa tristeza.
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