miércoles, 10 de junio de 2015

La historia, la fotografía y el amor

El amor como línea transversal de todo... amo la historia, amo la fotografía, amo a la persona que se dedica a recorrer las calles conmigo, aunque yo vaya lento.

Ayer en medio de la falacia de ser adultos nos escapamos y nos fuimos a hacer lo que más no gusta: buscar libros. En medio de un montón de cosas que a veces me asustan, que me distraen y que me vuelven hosca, siempre encuentro algo que me saca, me alegra, me llena de alegría y vuelvo a creer en la humanidad.

Soy demasiado sencilla a veces, no me importa.

Ahí estaba... solo, como escondidito, una hermosa edición de las 50 fotografías más icónicas de la historia. Un alemán se dio a la tarea de escoger 50 fotografías, con sus autores y hacer una verdadera obra de arte que hace un recorrido desde 1886 hasta el siglo XXI. Miguel me lo mostró, él sabe de mi amor al arte, a la fotografía y a la historia... y a los libros bellos. Lo hojeé un momento, le acaricié el lomo, como lo hago con Tolstoi, palpé la dureza de su pasta, acerqué mi nariz y aspiré su olor nuevo, me enamoré.

Le dije a Miguel, que aquel libro era magnífico para estar en la mesita de café en medio de la sala de la casa. LA casa. La mía, la de él, la que queremos para ambos y para los 5 miembros de la tropa galáctica.

Ahora aquel libro que admiré en la librería está conmigo, habita conmigo, luego de muchos años, muchos, demasiado, llega a mis manos un libro de tal envergadura, no se quedó en aquel anaquel, no. Viajó hacia mi casa y anoche caí rendida mientras leía la primera reseña de las 50 que contiene. Soy feliz.

Esta mañana, como toda buena enamorada, busqué una reseña de mi nuevo libro, encontré esto: "Los fotógrafos tienen un modo extraño y poderoso de modelar nuestra visión del mundo e influenciar nuestras percepciones de la realidad. Para demostrar la influencia única y profunda que los fotógrafos tienen en la cultura y la sociedad, Photo Icons coloca bajo el microscopio a los hitos más importantes de la historia de la fotografía.

Cada capítulo de esta edición especial se centra en una sola imagen que se describe y analizada en detalle, en sus contextos estético, histórico y artístico. El libro comienza con las primeras imágenes permanentes (la foto con una exposición de ocho horas de un tejado de Nicéphore Niépce en 1827 y la famosa escena callejera de Louis Daguerre de 1839) y lleva al lector hasta el día de hoy, pasando por la fotografía de vanguardia de los años veinte y obras como la Madre inmigrante de Dorothea Lange (1936), El beso frente al ayuntamientode Robert Doisneau (1950) y la ‘Nueva Fotografía Europea’ de Martin Parr."

Miguel me ha entregado este libro, no es el primero, siempre he sentido esa hermosa emoción ante cada libro de arte que me ha dado durante estos tres años, pero este ha marcado el inicio de otras etapas. Ahora hay que conseguir la mesa para tomar café y donde podrá descansar el libro, accesible a la población hogareña, para que todos recordemos que la historia, la fotografía y el amor tienen algo común: nos pueden maravillar siempre.


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