martes, 23 de junio de 2015

El viaje

Para mí todo es nuevo. Todo. Me gusta vivir así, incluso cuando el desasosiego y la duda me llegan, creo que aún no he perdido el entusiasmo por el futuro.

Todo era nuevo hace tres años, los libros que leeríamos, las películas que veríamos, las pláticas y las tardes en Suchitoto, los amaneceres lejos y los atardeceres separados, el miedo, la alegría y los nervios. La música que escucharía a razón de nuestra extraña forma de mostrarnos afecto, compartiendo lo que encontramos, lo que recordamos, lo que rescatamos.

Todo sigue siendo nuevo, sigo teniendo miedo, sigo con el corazón desbocado, sigo esperándote ciertos días, sigo queriéndote y ahora, además, quiero al clan completo. Sigo anonadada porque todo va rápido y lento a la vez. Sigo sorprendiéndome con cada cosa.

Nuevo este cansancio de domingo por la tarde, luego de hacer tantas cosas de la casa, nuevas las ideas para seguir caminando juntos, nuevos el atardecer y el amanecer que han de venir, nuevas las alegrías y las preocupaciones por los chicos. Nuevas las estrellas y sus conjunciones, nueva la caricia y la molestia. Nuevas las canciones que hemos escuchado muchísimas veces antes, nuevos los caminos que recorremos y los que nos esperan. Nuevo será todo, para nosotros que seguimos conociéndonos. 

Hace tres años me fui a un viaje y aún no quiero regresar. 

*Foto cortesía de Flor Aragón.

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