miércoles, 14 de abril de 2010

El regalo

Ayer que estuvo de manteles largos Sebastian... le cayeron un montón de regalos, creo que compensó el par de años anteriores en los que solo recibió puro amor. Ahora siguió acumulando amor y y se dio gusto destrozando empaques...

Estaba emocionado, extasiado, creo que quería clonarse para jugar con todo al mismo tiempo... un su par de pelotas, carritos, unos bloques de construcción y un juego de plastilinas... las que muy sabiamente preguntó si eran para comer... a lo que mi hermana (asustada) le dijo que no se atreviera a probarlas... ah... la plastilina!

Pero el regalo que hizo ¡BUM! fue el último que recibió.

Luego de una ardua lucha por destrozar el papel, y sacar el misterio interior de un gran paquete con chonga azul... descubrió un camión de volteo... grande... lustroso y eterno (al menos eso dice la garantía, la cual es de por vida)

"Un shuuper carrro!" gritó cuando lo vió... fue corriendo a traer sus nuevos juguetes y empezó a acomodarlos y tuvo que hacer elección porque no todos cabían... no dejó que nadie lo tocara, Gabriela le dijo que quería verlo y el solo le contestó lo que muchas veces ha escuchado "eshto no she toca, eh?" (gesto de dedito índice levantado y cejas caídas incluído) ... Ah... los niños.

Dieron las doce de la noche y Sebastian seguía impábido jugando... mientras la mayoría de los adultos estaban dormidos y las únicas que le hacíamos barra al niño éramos mi hermana y yo... en un estado casi Zombie. Yo sucumbí al cansancio y me fui a dormir... no sé a qué hora se fue a dormir él... creo que la sobredosis de azúcar lo tenía un poco loquito.

Esta mañana fui a su cuarto a despedirme y lo encontré dormido y sobre su cama... el shuper carrro... conteniendo el resto de obsequios.

1 comentario:

iba pasando dijo...

Aaah es que un "shuper carro" donde podás subir tus demás obsequios no tiene precio (^_^)