La palabra siempre me ha gustado, aunque en algún tiempo me preguntaba si realmente creo en la patria, es como de esas fes que uno no termina de cuajar a punta de escepticismo. No encontrar respuestas concretas o verosímiles nos hacen dudar.
Yo conozco una patria, esa que queda allá lejos y perdida entre montañas, ese tíbio olor a atol de maíz tostado, esas arrugas desalmadas de las abuelas amorosas con el puchital de nietos que le quedaron a cargo porque los hijos e hijas se marcharon para el norte.
También sé de patria, cuando leo aquellos poemas... tan encandilados que recitaba para mis tareas o certámenes de declamación: "Patria Chiquita Mia, Pedacito de mundo delicioso, mi semita mieluda. Sos el río Lempa y los chorizos de Cojutepeque, Volcán de Izalco, lago de Ilopango, toreadas de Jocoro, Tamales con café, atol de chuco, pupusas de loroco. Patria chiquita mía, mi mamacita chula, vas a ver que linda vas a ser cuando seas libre, bien peinadita, vestidito nuevo, cachetes chapuditos, vas a ser bien hermosa, vas a ser grandota Patria chiquita mía".
O aquel otro... que nos habla de hermanos... de desgracias... de gracias, de ser salvadoreños: "los que lloraron borrachos por el himno nacional bajo el ciclón del Pacifico o la nieve del norte, los arrimados, los mendigos, los marihuaneros, los guanacos hijos de la gran puta, los que apenitas pudieron regresar, los que tuvieron un poco mas de suerte, los eternos indocumentados, los hacelotodo, los vendelotodo, los comelotodo, los primeros en sacar el cuchillo, los tristes mas tristes del mundo, mis compatriotas, mis hermanos."
Patria... en tu seno hemos nacido y amado...
Para mí la patria es donde uno pone el corazón, es donde lo aguarda uno el calor familiar, un rostro feliz de verte entrar por la puerta... la gente que puede morir por vos si es necesario.
Y yo que soy mujer de sentimientos y pensamientos difíciles, solo puedo decir: patria son mis amigos, mi patria familia, mi patria los sueños y lo anhelos... también la patria de los recuerdos, del tio muerto en combate, de los abuelos que me hablaron de duendes, de los enormes edificios multifamiliares donde crecí, la patria que respiré una noche de noviembre, rodeada de balas y granadas, la patria de mi abuela indita de Panchimalco, de sus candelas a la virgen del Perpetuo Socorro, a la Virgencita de Guadalupe, a la Sra. del Carmen... por cada uno de nosotros que nunca conoció.
Mi patria de libros y en los libros, de Dios, de sangre, de respiro... de cañales en flor, de mujeres valientes, de hombres comprometidos, de mártires... de asesinos también, todos nos hemos conjugado en la historia y todos somos parte de esta tierra.
Yo no sé qué es la patria en realidad, solo la siento firme, pero ¿quién soy yo para definirla? Es una flor, es una nube, es el alimento, es un sentimiento o una calle donde crecí, es cada vez que sueño con mis abuelas, o las palabras de mi profesora de sociología, es el rostro de mi amado Sebastian, o será que es como diría Blades... "Patria... son tantas cosas bellas"
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