reune grandes acontecimientos y razones para ser un buen tiempo, es más... hasta siento que podré resolver algunos tropiezos y eso me tiene esperanzada (de nuevo). ¿Seré demasiado ingenua?... o quizá sea que quiero cosas mejores.
Pero bueno, el tema es Septiembre: siempre me han gustado mucho sus atardeceres, los siento mas silenciosos y con unos celajes hermosos, sus tardes son frescas... o solían serlo, y cuando llueve en este mes no es para tanto.
Recuerdo que estando en el colegio, me agarraba de jugar interminablemente basquetball todas las tardes, e incluso seguía los días sábados y la dimensión temporal llamada Septiembre me abría los brazos para escribir los mejores cuentos que pude haber escrito... lástima que un octubre no tan lejano los perdí y nunca hice copia, pero bueno...
Hoy... este nuevo Septiembre este que hace juego con el año que llevamos a cuestas... hoy acompañé a Gabriela a la Universidad Nacional... en estos momentos en los que escribo este post ha de estar rellenando circulos en su examen de admisión. Inevitablemente recordé que en un septiembre como este, hace diesciocho años, la vida nos presentó cara a cara... ella tenía 12 horas de haber nacido y yo estaba por cumplir 14 años... y ahora la vi perderse en una marejada de jóvenes incautos y a la moda, con pantalones "puntaeyuca" y camisetas rosadas, lentes para sol grandes... ahí iba ella, con su lápiz afilado y (como me lo dijo ella misma) no tan segura de lo desea de la vida... traté de darle consuelo diciéndole que muchos adultos (incluyéndome) a veces no tenemos claras las ideas que le preocupan a ella, que por lo tanto... uno no se muere tan fácilmente, al menos por esa razón.
Me dio un beso de despedida y metros después me volvio a ver y me dijo: "nos vemos mas tarde para celebrar mi entrada a la vida... de nuevo."
Faltan un par de semanas para su cumpleaños, pero que alegre es celebrar la vida cada vez que se puede con ella.
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