viernes, 23 de octubre de 2009

Hoy

Siempre paso mis cumpleaños fuera de casa, bueno, los pasados 31 años, descontando la época infantil, al llegar la adolescencia empecé a tener mis propias celebraciones. Bueno, mas o menos.

En tiempos colegiales casi siempre coincidía que el último día de examenes finales caía en mi cumpleaños. Celebraba entonces la salida a vacaciones y mi natalicio.

La celebración de hace tres años incluyó una convalescencia luego de la reciente operación de apendicitis, así que estaba en casa de mi madre en pleno tiempo de vivir sola, ella... mujer cariñosa y celebrativa de su primogénita, me dio entonces una copa de vino. Fue terrible. Supe ese día que dejaba de lado aquellos tiempos de memorables borracheras. Mi hígado prolijo había caducado. Me puse una zarindanga con una sola copa de vino. Desde entonces no paso de esa dosis porque sino... para qué les digo!

El año pasado Carmen y los demás hijos míos me llevaron a festejar y luego de una cena en el buffalo wings nos dirijimos a bailar. Ya había tenido la oportunidad de entrar en un bar gay, pero esa noche sucedió que me encontré con otros exalumnos que al verme en el contexto se alegraron de verme y me soltaron "que bueno que te destapaste"... "mmm... no... no soy gay, pero soy heteroflexible" igual me manifestaron su alegría... y por supuesto me invitaron a un trago... literalmente le di un trago al trago y nada mas, sino... la noche hubiera sido memorable por la goma posterior y no por la bailada que pegue.

Hoy ha sido un poco diferente este cumpleaños, claro... ninguno es igual. Pero hoy, hoy regresé a las raíces. Luego de ir a una reunión de trabajo y a un tramite bancario fui a la Sala Nacional de Exposiciones, extrañaba entrar ahí, todavía está la expo de García Ponce (vayan!) y recordé que la última vez que estuve ahí... la pasé genial con Manuel, fue la última vez que platicamos entusiasmadamente con Julio y Francisco estuvo proponiéndome negocios. Fue también la última exposición a la que fui con Ely. Extraño solo la mitad de las cosas antes mencionadas.

Fui a traer a mi mamá al trabajo. He pasado la tarde con ella de la manera más casera y domestica, en este momento está ella en la sala viendo una película cuya personaje principal dice que le recuerda mi ser necio y tenaz, Sebastian tararea las canciones y mi padre me ha dicho que el café está listo.

Creo que al final no es que estas cosas no las haya sabido antes, simplemente no les hacía caso... pero luego de una breve "reprogramación" de mi mente, logro ver que estos rostros que me rodean cada día, cada noche, cada buena época y en las malas también, son mi origen, son mi fuente de energía y son la luz que puedo reflejar.

Gracias Martha Alicia. Gracias familia, amigos y amigas

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