jueves, 15 de octubre de 2009

Melia

Es mi tía, creo que la hermana más apegada a mi papá.

El recuerdo más lejano que tengo de ella era cuando venía desde San José las Flores a visitarnos. Siempre le preguntaba por las vacas. Ella me contestaba que las vacas se habían quedado en el pueblo. Yo insistía y le decia cada vez que la próxima visita me trajera una. Ella en su lógica adolescente me decía que en mi casa no estaría cómoda la pobre vaca. Yo le contestaba... que duerma conmigo.

Ahora está lejos, tuvo que migrar para mantener económicamente a sus hijos y de vez en cuando hasta recibimos sus recuerdos hechos dólares. La extraño.

Me cortaba el cabello, en mis tiempos depresivos siempre me dijo que asicalarse levanta el ánimo. En todas las ocasiones especiales sus manos testimoniaba su cariño para cada uno: primeras comuniones, quince años, graduaciones, en todo me ayudaba a mejorar mi apariencia. Una vez hasta me invitó a que intentaramos cambiarme el color de cabello, pero no me dio el ánimo para tanto.

Nunca se lo he dicho, pero es meritorio de ella la vivencia de mi religiosidad desde muy pequeña. Mujer que nos educó en la novena de cada uno de nuestros muertos, de devoción virginal y agradecimiento al Padre Eterno. Me enseñó a cantar alabanzas y hasta me llevó un día a un lugar donde decían que se aparecía la Virgen María. Yo regresé algo tristona pues a mis diez años fui inmerecedora de ver a la Madre de Dios, pero ella misma, quien me había dicho que todos los niños y niñas que iban lograban verla, me dijo que yo la vería después, a solas... en exclusiva. Nunca me pasó, pero no me sentí triste. Supuse que yo no estaba "predispuesta" para ver apariciones y me centré en constatar mediante el conocimiento las manifestaciones divinas.

Hoy cumpleaños esta mujer, ahora lejana y justo ahora que mi vida espiritual está tomando otro rumbo, la extraño aún más.

Feliz Cumpleaños Tía Mélia

No hay comentarios: