Hace veinte años, justo a las ocho de la noche, mi niñez terminó. Quizá sea un cliché, pero así lo siento y ahora, en mi adultez lo valoro asi. En ningún momento califico ese terminar como algo negativo, no. Crecer siempre nos lleva a nuevos horizontes, así me pasó a mi hace veinte años.
El once de noviembre de 1989 marcó el calendario para la mayoría de capitalinos, la tan sonada guerra civil tocó de manera más directa nuestras vidas. El recuerdo real y palpable de esos días lo tengo muy presente aún, desde unos días atrás vi a mis papás prepararse para algo que no sabía que sucedería, frijoles, arroz, agua embotellada, todo fue apareciendo de repente en nuestras alacenas, recuerdo que le comenté a mi mamí mientras guardaba una garrafa de vidrio de aceite "El Dorado" que teníamos comida para un ejercito y ella me contestó: "esa es la idea". No pasó de eso el comentario. Años después me confesó que ella y mi padre ya sabían de la ofensiva que se avecinaba.
La dichosa "ofensiva hasta el tope" me impresionó en muchos aspectos, pero justo el día que iba a comenzar sucedió algo que me marcó para siempre. Mi madre ese día me dió una cachimbiada de "diospadrenuestro" porque no lavé un barril que tenía que llenar porque se iba a ir el agua y no tendríamos reserva del vital líquido. Fue simple, olvidé que tenía que lavarlo, al enterarse de ello mi mamá me castigó.
Ese día no me marcó porque oí disparos y pasos en el techo de mi casa, no, y no crean que lo importante fue la cachimbiada... ese día, a mis doce años, decidí que nunca más permitiría que nadie, ni mi mamá, ni mi papá, ni mucho menos alguien mas me golpearía nuevamente. Hasta el momento lo he cumplido.
Un día de estos oí a mi jefe hablar de la perdida de la inocencia, creo que dicha pérdida no se liga al inicio de la vida sexual activa u otros menesteres, la inocencia termina cuando uno es conciente de las cosas que lo rodean y toma decisiones y las lleva a cabo. Por eso digo que ese día, hace veinte años, yo al fin perdí la inocencia y me fijaba más y pensaba mejor para evitar los castigos. Me funcionó el método.
Pasé la ofensiva con la mano vendada y tuve suficiente tiempo para pensar en la mejor estrategia para crecer.
4 comentarios:
A los doce años perdí la inocencia pero de otra manera; como estudiante desde la infancia de colegios católicos fui formado en esa religión, pero mientras más la estudiaba, más incongruencias le encontraba. Empecé a discutir con mis maestros de Religión, y se enojaban, otros les daba risa y otros me ignoraban.
A los doce años,el concepto del dios bíblico murió en mí, fua algo que me abrió los ojos a buscar e investigar por mi cuenta, a no dar nada por sentado. A tratar de entender porque la gente se mueve por dogmas e ideales; un par de años después la ofensiva final entró en mi comprensión analizando las motivaciones de unos y otros.
A entender que no basta rezar, hay que luchar por lo que uno quiere y construirlo uno mismo.
Tenes toda la razón en cuanto a la religión, quizá a mi me ha faltado "algo" para desatar mi furia ignomita y ateísta, a pesar de los pesares sigo siendo católica, aún luego de estudiar teología y darme cuenta que no todo es como lo pintan o no todo es como uno lo espera. Bien peculiar, quizá sea demasiado inocente en ese aspecto aún... pero me gusta creer, a lo mejor no creo como otros, mi fe es una mierdésima de lo que es necesario para ser católica, pero bueno... soy terca.
Anoche mientras venía con mis compañeros desde Zacatecoluca, escuchabamos la radio y pasaron un anuncio sobre el rezo del rosario para combatir la violencia. Pensé en ese momento, como decis vos, no basta rezar, todo se tiene que construir y construirse en bases sólidas y realistas...
Es que ese volado no es así nomás que hoy soy, hoy ya no soy.. mi hermana (mayor que mí) es bien "beata" y me propuse hace un par de años convencerla (evangelizando a la inversa jeje), con libros, documentales, argumentos, debates, etc., etc. al final un poco desesperada y encachimbada me dijo que ella así era feliz, "creyendo" y que eso la satisfacía...
..allí entendí que no es bueno forzar nada. Por eso lo único que me atrevo hacer (si salta el tema) es sembrar la duda.. el convencimiento es tarea de cada quien.
Al rato te pasas al lado oscuro de la fuerza ja ja ja
jajajaja... si casi que estoy en la frontera de la oscuridad, al final me han convencido que soy un extraño híbrido de ambos, a cada rato me cantan aquello del evangelio que dice... "que mejor helado o caliente pero no tibio", pero en fin... soy un ser incomprendido desde la visión católica y no soy un ser aceptado para los ateos de facto.
Ahí ve... si al fin me dan la bienvenida a lado oscuro, jejeje.
Quizá no me logran aceptar por mi renuencia a desligarme de la idea de la trascendencia... por eso el "otro blog" me gusta ver la espiritualidad (ojo... no la religión) desde un punto de vista mas social, artístico y vivencial y no desde lo dogmático y rígido. En fin y en resumen... soy algo extraña.
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